Capítulo 8:
Aguas Calientes
Aguas calientes está al sur del Pilar, a veinte minutos de carretera. Las primeras piscinas naturales de aguas azufradas son un balneario para los lugareños, pero las que ascienden hacia lo más profundo del bosque son de altas temperaturas, con decir que se puede cocinar un huevo en ellas en pocos minutos. Es allí donde me espera Tony, lo más lejos posible de la civilización.
Camino con cuidado por el estrecho sendero que va bordeando las pozas de agua, el vapor que exhalan las rocas me hace sudar, y el clima caluroso no está ayudando mucho.
Shema se ha quitado la camisa, una camiseta blanca cubre su torso y por los vientos que soplan también se la quitara pronto. El olor a azufre se ha vuelto más intenso.
Anthony se pondrá furioso cuando se dé cuenta de que no he traído a los gemelos, imagino que intenta hacer un cambio, dejar ir a Eleonor si me entrego con los niños para los fines de la hermandad. Que predecible, mi ex amigo no tiene mucha imaginación.
Andamos durante quince minutos, y los lloriqueos de Eleonor es la señal de que estamos cerca. La tienen atada de las manos sobre una sobresaliente piedra a orilla de una poza, el agua burbujea por lo caliente.
—¿En qué se está convirtiendo la abuela de Tony? —no me sorprende la pregunta de Shema, esa mujer parece un monstruoso vejestorio. No tengo idea de lo que pueda estarle ocurriendo, de lo que sí, es que hace mucho que dejo de aparentar ser una simple humana y ahora es mucho más que un hada.
—No tengo idea, parece que algo se la estuviera consumiendo de adentro hacia afuera.
La mujer custodia a la tonta de Eleonor. A quien no veo es a Tony.
—Encárgate de alcanzar a Eleonor, y huir de aquí —ordeno. Shema comienza a rechistar, no dejo que pueda pronunciar muy bien las palabras—. No te hagas el héroe.
Él alza las manos en señal de rendición.
Por dar indicaciones a mi amigo, Tony me toma desprevenida por los brazos hasta tirarme al suelo. Ni tiempo de amortiguar la caída con mis manos, pego la frente contra el suelo y se me nubla la vista.
—Quédate donde estás, Shema —grita Anthony muy molesto. Shema, omite su orden amenazante y se pone en pie—, ¿dónde están los gemelos?
—En casa —respondo apretando los labios, me voy levantando de a poco, el golpe me tiene aturdida. Una vez que estoy de pie, me rio en su cara—. Parece que no me conocieras, ¿de verdad creíste que te entregaría a mis hermanos? No seas estúpido Anthony, eso no sucederá.
Alzar la voz me hace doler la cabeza. No puedo evitar sostenerla con mis manos como si eso pudiera aliviar el dolor.
—Ve a buscarlos, Shema. O Eleonor, pagará las consecuencias —su amenaza hace dudar a mi amigo.
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Encantus. Alas de fuego (libro 3)
FantasyDiseño de portada por @AleanellF Mafer ha vuelto al mundo mortal, pero ya no es la misma chica que se fue en busca de su hermano; ahora, es un hada de fuego, parte de un mundo que jamas existió, y al mismo no pertenece a el. sigue siendo un renegado...