Capítulo 2:
Sentimientos
—¿Así está mejor? —pregunto después de haber colocado una almohada más detrás de su cabeza.
Estoy feliz de que la abuela no haya terminado calcinada dentro de nuestra casa. Todavía es difícil asimilar que mi madre fue capaz de deshacerse de la suya. La mujer que nos ha lastimado no encaja con la que sigue en mis recuerdos.
—Sí, —responde agotada. Me sostiene la mano— pensé que no te volvería a ver, ni a los gemelos.
Su rostro parece haber envejecido diez años más, oscuras sombras decoran la parte baja de sus ojos... como si sus casi 57 años de la noche a la mañana se hubieran revelado contra su piel.
—Pero estamos aquí. —Me siento en el borde de la cama, sosteniendo su mano. —Lamento haberme ido en la forma en que lo hice.
—Ya eso no tiene importancia, mi princesa —me da un apretón.
—¿Ese apodo está un poco trillado no lo crees?
—No es un apodo. Es el título que te corresponde.
Cierto que mi padre fue un rey.
—Ah... Claro. Eso. Pues no fue así como me trataron en Encantus.
Ella sonríe.
—Seguramente no.
No llevo ni un día aquí, y ya tuve mi primera aventura fuera de la magia de Encantus. No puedo dejar de pensar en lo loco que es todo esto, la desaparición de Kevin, mi travesía en el mundo de las hadas, la traición de mi madre y mi mejor amigo; de ahora en adelante las cosas jamás volverán hacer igual. Mi vida normal de adolescente se ha esfumado por completo.
—Sabes una cosa. —Suspira, sus ojos se desvían por la habitación evitando los míos. Ha llegado el momento de las confesiones, y no parece estar lista. — Yo tengo la culpa de lo que está pasando.
—¡¿Qué?! —Exclamo alarmada— no, abuela tú no tienes la culpa...
—Sí que la tengo —me interrumpe—. Voy a contarte algo muy importante. Sobre tu pasado.
Asiento.
—Tu madre de la noche a la mañana decidió casarse con un pretendiente que siempre rechazó, me pareció extraño, pero no le preste la debida atención, al poco tiempo quedo embarazada de ti, y ellos comenzaron a tener problemas... por la hermandad, ella no quería tenerte estaba decidida a interrumpir el embarazo.
Siento que me desinflo, como pinchar un globo con una aguja. Ella nunca me quiso, lo dijo, pero se siente horrible que alguien más lo confirme.
—Entonces sin darnos cuenta nos atacaron. Tu padre desapareció ese día, quizás haya muerto o quizás no, no lograron lo que querían y como necesitaban a un responsable por la muerte del rey de la corte de verano, yo fui sentenciada. Tu madre no hizo nada para detenerlos, fui encerrada y juzgada. Meses después, el castigo fue cortar mis alas y la expulsión, ser un renegado el resto de mi vida. Unos días antes de que mi expulsión fuera un hecho tú naciste... con ayuda de algunos amigos que aún confiaban en mí, te raptamos del castillo y te traje conmigo.
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Encantus. Alas de fuego (libro 3)
FantasyDiseño de portada por @AleanellF Mafer ha vuelto al mundo mortal, pero ya no es la misma chica que se fue en busca de su hermano; ahora, es un hada de fuego, parte de un mundo que jamas existió, y al mismo no pertenece a el. sigue siendo un renegado...