Capítulo 10:
Respuestas
Se me escapa un grito de sorpresa cuando dos cuerpos pesados caen encima de mí, arruinando mi maravilloso sueño.
Mis hermanos, con doce años también han cambiado. La sangre de hadas que corre por sus venas parece que ha despertado, y los está estirando como varillas.
Condenados enanos.
Los dos se ríen a carcajadas, por mi rostro mal humorado a tempranas horas de la mañana. Por la discusión de ayer parece que no hay resentimientos, lo que no me tranquiliza. Me preocupa como pueda sentirse Kevin, todo lo que no debería guardarse y aun así mantiene bajo llave en su corazón.
—Buenos días, hermana —dicen a coro.
Me abrazan muy fuerte. Y luego comienzan a hacerme cosquillas, y comienzo a reír como loca, pataleo y me muevo bruscamente sobre la cama intento hacer que paren. Los dos son fuertes y están prácticamente encima de mí. Se detienen al ver que hasta lágrimas me han sacado.
—Los odio—digo mientras mi respiración vuelve a la normalidad.
—Hemos venido a despedirnos —anuncia Kevin.
Ambos vestidos con ropa deportiva.
—Iremos con Shema a jugar fútbol con algunos compañeros de la escuela —explica Cristian.
—No sería mejor que se quedarán en casa —sugiero, no puedo pensar en que las cosas irán bien. No después de que mi madre apareciera, el temor de que intente ir por ellos y yo no esté cerca me aterra.
—Estaremos bien. No pasa nada —asegura Kevin.
—Volveremos en un par de horas —concuerda Cris.
—Que se diviertan —digo no muy convencida de esa salida. Le doy un beso a cada uno en la mejilla— ahora largo de aquí.
Me quedo tendida en la cama un par de minutos más. Mi habitación es de color durazno, y solo hay un pequeño armario, la cama y una mesita de noche. No tengo muchas cosas, ya que perdí todo en el incendio. El padre de Shema ha sido muy generoso permitiéndonos quedarnos aquí mientras encontramos algo para nosotros. Me levanto, tiendo la cama.
Camino arrastrando los pies hasta el baño, me dejo caer encima del sanitario, con el cepillo y la pasta dental en la mano. Suspiro y me obligo a mantener la mente en blanco.
Coloco un poco de pasta dental en el cepillo y me levanto con pesadez.
Veo mi reflejo en el espejo, hay cambios en mi rostro no tan evidentes, pero los hay. Mis ojos son más intensos, mi cabello tiene un brillo que no tenía antes, mi piel es pálida, mis pómulos están marcados... y solo han pasado un par de meses y siento que han sido años.
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Encantus. Alas de fuego (libro 3)
FantasyDiseño de portada por @AleanellF Mafer ha vuelto al mundo mortal, pero ya no es la misma chica que se fue en busca de su hermano; ahora, es un hada de fuego, parte de un mundo que jamas existió, y al mismo no pertenece a el. sigue siendo un renegado...