Capítulo 14: Reencuentro

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Capítulo 14:

Reencuentro

—Se están complicando las cosas —no es una pregunta es una afirmación lo que llega a mis oídos

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—Se están complicando las cosas —no es una pregunta es una afirmación lo que llega a mis oídos.

Un segundo todo era negro y al siguiente un exuberante jardín aparece a mí alrededor, uno que ya comenzaba a extrañar, y él. Bueno debo admitir que ya se me estaba haciendo extraño que ese ser no apareciera en mi cabeza, como se le ha hecho costumbre.

—Supongo que no necesitas que de un resumen —digo.

Él tan exuberante como siempre, se encuentra de espalda a mí. Él es mi padre; el padre que ha estado ausente toda mi vida. Sin embargo, ninguno de los dos hemos tocado el tema. Siempre que tenemos estos enigmáticos encuentros es porque de alguna manera estoy en problemas. Camino hasta ponerme a su lado.

—Pareces estar enterado de todo. Me gustaría saber, ¿cómo le haces para recibir la información? —frente a mí se abre un sendero diferente al resto del jardín. Un boscaje frondoso.

Le miro de reojo y veo sus labios curvados en una sonrisa.

—Tienes razón, no lo necesito —responde. Sin darle importancia a mi pregunta.

Se encamina hacia ese sendero tan fuera de lugar con el jardín.

—¿A dónde vamos? —pregunto siguiendo sus pasos.

—Quiero mostrarte algo —dice mientras camina con las manos en la recta espalda.

Lo sigo, el sendero cada vez es más claro y el boscaje va siendo reemplazado por una capa de monte que no pasa de mis rodillas. Mi campo de visión pasa de ver todo verde a algo cristalino grisáceo. Nos detenemos al borde de un gran lago que se extiende más allá de mi campo de visión.

¿Dónde nos encontramos?, hay algo de este lugar que se me hace conocido, pero no sé qué. Dejo que mis ojos dorados exploren, buscando esa sensación de familiaridad que me indique dónde he visto este lugar.

Mi padre mantiene el ritmo rodeando el borde del lago. Me acerco y clavo la mirada en las turbias aguas, están tan apaciguadas que perece que fuera un espejo. Tanta calma es perturbadora, pero mi padre no se ve afectado ante la anormalidad.

Alzo la mirada, a lo lejos se puede distinguir una peligrosa curva. Mi mente hace clic ante el destello del recuerdo que cruza mi mente... Solo que nunca había visto este inmenso lago de cerca, sino desde arriba. Desde las peligrosas curvas de la vía a Carúpano.

Desde arriba, el lago se ve como un manto oscuro y misterioso en medio de un valle montañoso. Y desde aquí se ve más espectral... de lo que llegue a imaginar.

Hay una historia que me contó mi abuela con respecto a este lago, no sé si sea cierta o no, pero hace unos meses las hadas no existían, y ahora soy una.

Encantus. Alas de fuego (libro 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora