Capítulo 15: Encantus

5.7K 579 33
                                    

Capítulo 15:

Encantus

El lago se ve igual de espeluznante de día como de noche

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El lago se ve igual de espeluznante de día como de noche. Es extraño que no hay nadie más que nosotros cuatro en el muelle. Como si el lago mismo no permitiera que alguien más se le acercara por lo que estamos por hacer.

Cruzar a un mundo desconocido para la humanidad.

El agua es un manto oscuro sin movimiento, Susej camina por la orilla en busca de algún tipo de piedra en particular, mientras que Bianca no quiere ni acercarse, permanece alejada a la sombra del bosque. En cambio, Shema, no se aleja del borde del muelle con la vista fija en las tranquilas aguas, a la espera de que algo emerja.

Y yo, bueno la impaciencia me está matando, no es que muera por ver a las pirañas con extraordinaria belleza, pero mientras más rápido pase la distancia cada vez se hará menor para encontrar a mis hermanos.

Camino de vuelta al sendero por el que llegamos, justo a donde esta Bianca con ganas de salir corriendo. Sus ojos azul hielo se muestran perturbados ante las extrañas apaciguadas aguas del lago.

—Ya no pareces tan convencida —digo al estar a su lado.

—Este lugar no me gusta —aparta la mirada del lago para mirarme, hay algo en ella que me recuerda Suri.

¿Qué será de ti en estos momentos Suri? ¿Estarás con mis hermanos?, realmente extraño a la pequeña y valiente elfo.

—A mí tampoco, pero es nuestra única entrada.

—Listo, ya las encontré —dice Susej.

Shema se aleja del borde del muelle para ver lo que Susej tiene en las manos.

—Para que tanta selección de piedras, para mí todas son iguales —dice mi amigo, examinando una de las piedras.

—Yo quisiera saber lo mismo —digo con voz indolente.

Bianca me da una mirada de ¿cómo es posible que no lo sepas?, me encojo de hombros sin darle importancia. Mientras que ella se acerca a mirar las pequeñas piedras rayadas.

—Son las indicadas —dice después de pasear la vista por encima de las diminutas rocas.

—Por supuesto que son, ¿con quién crees que estás hablando? —la voz de Susej es arrogante y orgullosa.

Algo que es hereditario, su hermano es igual y su madre ni se diga.

—Ah... claro la señorita sabelotodo sobre las piedras y sus auras —replica Bianca disgustada.

—Pues sí, son mi especialidad —Susej alza la voz.

Shema me hace señas para que intervenga, esto como que no va a terminar bien.

—Así... —se gira a mí— no veo porque ella tenga que estar aquí, es un hada oscura y siempre han tenido relación con la hermandad, eso sí deberías saberlo.

Encantus. Alas de fuego (libro 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora