Capítulo 28: Corte dividida

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Capítulo 28: 

Corte dividida

El maldito sendero ha quedado grabado en mi memoria

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El maldito sendero ha quedado grabado en mi memoria. Lo único que ven mis ojos cerrados son árboles desnudos tragándome. Mi cuerpo hundiéndose entre hojas podridas y el fango.

Abro los ojos, no hay árboles, no hay hojas, solo una delicada luz. Bien, mi situación mejora, no se parece en nada a lo que dictaba mi mente hace unos segundos. Ahora que me encuentro más despierta detallo la habitación, es la misma que me fue asignada en la corte oscura. ¿Será un sueño? O, realmente ¿logramos salir?

Me levanto, aún llevo puesta la misma ropa. Hay lodo en mis pantalones. Esto podría ser real. La alegría llena mi pecho. Dejo la habitación, el largo y solitario pasillo se extiende a cada lado. Medito por un par de segundos que dirección tomar, la verdad es que no tengo ni idea de por dónde ir. Todos los pasillos en este castillo son tan idénticos, que siempre termino perdida.

No sé en qué momento apareció, pero un guardia se acerca a mí, con el porte de un soldado.

—¿Se encuentra bien? —pregunta con una educación que nunca me ha sido brindada.

¿Desde cuándo tanta amabilidad?

—Eso parece —respondo secamente.

—Informaré que ya ha despertado —gira sobre sus talones y dobla al final del pasillo.

¿Se supone que debo permanecer aquí?, que aburrido. Mejor voy a ver qué ha pasado en mi ausencia, tengo la impresión que he estado más de un día inconsciente. Tomo el mismo camino que el guardia.

¿Dónde estarán todos?, la última vez que estuve aquí había un guardia en cada esquina. Ahora no hay ni un alma en los interminables pasillos. Mil cosas comienzan a cruzar por mi mente y ninguna es agradable.

Me detengo al ver a un hombre alto, y muy bien vestido acercarse. Veo su cabeza moverse en negación y frustración. Es mi padre.

—¿No deberías estar en tu habitación? —pregunta.

—Supongo que sí, pero tenía curiosidad, no hay muchos guardias por aquí —veo tras suyo.

Solo somos él y yo en el pasillo.

—La corte se encuentra reunida en estos momentos —dice—, vayamos a tu habitación, necesitas cambiarte de ropa.

Caminamos devuelta a mi habitación.

—Las cosas no están muy bien ¿cierto? —pregunto.

No me imagino el impacto que tuvo el regreso de tres hadas importantes para Encantus. Los tiempos han cambiado y nada es igual que en el pasado. La llegada de Geraldo podría ser tanto positiva como negativa, en su ausencia fue la madre de Gerald quien se hizo cargo de la corte, y de los miles de problemas que provoco la hermandad. Su llegada podría desestabilizar a la corte oscura, de alguna u otra manera.

Encantus. Alas de fuego (libro 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora