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Eran aproximadamente las 9 de la noche, el toque de queda había sido marcado pero Tom y Harry se encontraban en el bosque prohibido, estaban practicando hechizos en los que el menor no era tan bueno, hechizos que le serían útiles si se enfrentarían a Dumbledore.

— Intenta de nuevo – volvió a decir Tom después de que el azabache fallara en la realización de un hechizo y con un puchero en sus labios volvió a realizar el movimiento con la varita y para su mala suerte, volvió a fallar – estúpido.

— ¡Claramente la situación me hace ver como un estúpido, son hechizos demasiado avanzados, Merlín tengo diecisiete debería estar preocupándome por otras cosas, debería tener una novia o novio, pero no esto, es demasiado para mí ya! 

Tom lo miro desde el árbol donde estaba recargado, debía admitir que potter tenía razón, era solo un niño y aún que no lo reconociera en voz alta, lo entendía, el había reclamado lo mismo en su tiempo y prácticamente habían perdido de la misma forma a todos sus seres queridos pero a diferencia de él, Harry había encontrado personas buenas en su camino pero el no.

Tom rodó los ojos y se dirigió al chico que se encontraba abrazando sus piernas y tomo asiento junto a él, en forma de reconfortarlo lo rodeó con su brazo y lo atrajo hacia sí.

— Que demo-

— Cállate – lo cortó Tom –  yo pase por lo mismo y esto es lo que me hubiera gustado que me dieran.

Harry debía admitir que era agradable la compañía de Voldemort así que sin quejarse más dejó que terminara de pasar su brazo sobre su cuerpo y se acercó más a él; Tom tenía un olor agradable, no sabría describirlo pero olía como a canela pero no tan fuerte, y ponía sentir como se tensaba su cuerpo, el gran Lord Voldemort estaba nervioso, sin duda un divertido cuento para sus hijos.

Pensó en Tom y en como solo había sido un niño fascinado con el gran mago que era Dumbledore en ese entonces y en como se dejó manipular, pensó también en como este había visto a su madre morir, el también lo había hecho pero era un bebé, en cambio Tom ya entendía lo que pasaba y lo había presenciado y Harry cayó en cuenta de que no era un mago tenebroso, era solo un incomprendido.

— Empiezas a agradarme, Tom – dijo Harry para después caer en las piernas de Tom, dormido.

Tom sorprendido por como había terminado el entrenamiento se detuvo a apreciar las facciones del slytherin, las pestañas largas y risadas, cejas pobladas, piel de porcelana, labios rojos y esos ojos que ahora ocultaban sus párpados pero que eran jodidamente hermosos. « Podría perderme en ellos y no me encontrarían jamás » pensó para luego cuestionarse por tal pensamiento sin embargo no se culpo y se tomó la libertad de acariciar el cabello eternamente desordenado del menor, Harry era hermoso y él le agradaba.

— Potter – llamó – Potter despierta, debemos regresar al castillo y no pienso cargarte.

— Realmente eres una fantástica almohada – mencionó sin moverse el azabache.

— ¡Harry Potter despierta,no te cargaré! – murmuró Tom con voz más tenue.

— Entonces duerme aquí – ofreció el menor – conmigo.

Tom sintió sus mejillas arder, claramente el chico no estaba en sus cinco sentidos y no dormiría en la suciedad de aquel lugar, aún que la oferta le sonara tentadora.

— No – respondió decidido

Harry bufó

« Todos sabemos que quieres » le dijo una voz en su mente.

— Bien estoy despierto – mencionó Harry tratándose de levantar de las piernas de Tom, sin éxito – al parecer todo me sale mal hoy.

Tom al ver qué Harry no se levantaría tomo la capa de invisibilidad y la colocó sobre el suelo para después acostarse,  acomodar al menor sobre si mismo y cubrirse con el otro extremo de la manta. Estaba casi cerrando los ojos cuando sintió unos brazos recorrerle la cintura.

Amantes y AliadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora