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Tom había maldecido al ministerio demasiadas veces ya, no estaban seguros y ahora debía recurrir a su magia oscura de nuevo, precisamente a lo que no quería recurrir.

— Debieron dejar que lo matara – reprochó Tom.

— No contábamos con que escaparía – respondió el ministro.

— Es más ni debí pedir permiso.

— ¡Tom no digas tonterías! – centenció Harry

— ¡Tu querías lo mismo!

Harry lo abofeteó y lo jaló de la camisa atrayendolo hacía si. Tom se confundió por tal acto pero aún así no dijo nada y lo miró.

— Ahora ya no es así, lo buscaremos, lo atraparemos y dejaremos que el ministerio lo resuelva, ellos decidirán si matarlo o no, no nos corresponde a nosotros decidirlo.

— ¿Pero si arreglar lo que la incompetencia del ministerio provocó? – estaba tan molesto y asustado, sí, asustado. Dumbledore iría en contra de él y como en años anteriores buscaría su punto débil y atacaría ahí.

Volteo a ver a Harry que aún lo miraba con el entrecejo fruncido, le causó ternura, aveces Harry se molestaba con el por qué no lo tomaba en serio cuando se enojaba pero en su defensa le decía que se veía muy tierno y este le perdonaba. Harry era su punto débil.

— Tenemos a todos nuestros aurores buscándolo y Dumbledore no puede ir tan lejos, está muy débil.

— ¿Tienen alguna idea de dónde pueda estar? – preguntó Harry.

— Cuando me atrapó me pidió que buscará a su hermano, cuando me citó en su oficina le dije que habían tres puntos donde podía estar – hizo una pausa – eran Docanster, un bar en el centro de Londres y en algunos pueblos ocultos de Texas, pero no olvidemos que también puede dirigirse a Hogwarts por qué tiene todas sus pertenencias y cosas de villano ahí.

— Se debe empezar por algo, enviaré aurores a Docanster y llamaré al ministerio de Nueva York para pedirles ayuda.

— Dumbledore es demasiado inteligente, el debe contar con que lo buscaremos – marcó el ojiverde.

— Harry tiene un punto.

— ¿Entonces que sugieren que hagamos? – preguntó el ministro.

— El me buscará a mí primero y pos..– la voz de Hermione entrando a la oficina con Sirius y Snape detrás lo interrumpió. Para que después entraran el ejercito de amigos que tenía Harry.

— ¡Harry! , acaban de encontrar a Dumbledore muerto.

— ¡Finalmente! – agradeció Tom, no tenía idea de quién lo había matado pero se lo agradecía.

— ¿Está mal alegrarme por la muerte de alguien? – bromeó Draco y Ron a su lado le contestó en forma de susurró

— Si es el malo, no te culpes.

— ¿Donde lo encontraron?

— A las afueras de Hogwarts, cerca de Hosmeade.

— Predecible – dijo Tom recordando las palabras de Dumbledore en su primer encuentro, « Siempre fuiste muy inteligente Tom »_ entonces se terminó! – todos asintieron sonriendo y Harry pasó su mano por su cintura acariciando levemente –.bien, por qué me apetece regresar al castillo, Harry y yo dejamos algo pendiente.

Theodore abrió los ojos ante el comentario que había hecho Tom y trató de borrar la imagen de su Lord con Harry, definitivamente buscaría como borrar recuerdos en algún libro en cuanto regresarán al castillo.

— Parecen recién casados en plena luna de miel – reprochó Draco.

— Espero vayan a cenar un día de estos – ofreció Sirius que miraba atentamente a su ahijado y a su pareja, le causaba escalofríos pero no podría juzgarlo, el era igual con Remus.

« Sigo odiandolo » dijo mentalmente Tom. Todos mantenían conversaciones entre ellos, especialmente Snape que hablaba con el ministro, seguramente sobre la dirección de Hogwarts.

« Me lo dices cada que está presente »

« Y lo seguiré haciendo hasta que nos bendiga el día de nuestra boda »

— ¿Boda? –  preguntó en forma de susurro

— Cierto, para eso fuí a tu habitación pero me sedujiste descaradamente antes de que pudiera decirte algo.

— ¿Sabes que tengo diecisiete, verdad?

— No te pediré matrimonio si eso es lo que te preocupa – Harry alzó las cejas – no hasta que seas mayor de edad.

— Hablaremos luego.

Habían cenado en casa de Sirius, logro convencer a Tom de que le diera otra oportunidad a su padrino, había tenido una negatividad persistente sobre el asunto pero al final cedió. Ahora estaban en la sala común de Slytherin solos, la mayoría dormía ya y como no, eran las 3 a.m.

— Deberías estar orgulloso, logras que me ponga nervioso por decirte unas simples palabritas, ¿que me hiciste Harry? – Harry rió y beso la mejilla de su novio, Tom saco un anillo de plata con algunas esmeraldas incrustadas en el y Harry se sintió desmayar.

— Creí que no hablaríamos de matrimonio hasta que fuera mayor de edad – murmuró Harry mirándolo preocupado y Tom rió.

— Es un anillo de promesa y solo te lo pondré si te comprometes a que cuando te proponga matrimonio aceptarás casarte conmigo, para después convertirte en mi esposo. Te sentaras y presentaras a mi lado como Harry James Riddle o Potter- Riddle si no quieres cambiar tu apellido, solo te lo colocaré si es tu deseo y esto va en serio. Te amo con todo mi ser pero te diré justamente lo que tú me dijiste, no te daré mi mano si tú no lo haces.

— Saca la inseguridad de tu mente, no quiero que le preocupe al que es dueño de mi corazón –  Harry extendió su brazo hacía Tom y este con una sonrisa tomo su mano y le colocó el anillo en el dedo anular – es precioso.

Harry miro con ilusión su mano izquierda con aquella reliquia que ahora poseía, era hermosa.

— Ahora nuestro futuro es promesa – harry lo besó tiernamente y posteriormente Tom lo cargó hasta la recámara y ambos se recostaron. Nada paso de besos cargados de amor y caricias, solo disfrutaron de la placentera cercanía de sus cuerpos y fundiéndose en el aroma del otro.

Amantes y AliadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora