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— No había estado nervioso en mucho tiempo – murmuró Draco caminado de un lado a otro en la habitación – es más,nunca había estado nervioso.

Los dos chicos que estaban sentados en la cama lo miraron rodado los ojos, Harry pudo ver la ternura en la situación y Ron, solo pensaba en que faltaba menos de dos horas para la hora del almuerzo.

— Todo saldrá bien – le aseguro el azabache.

— Si, – apoyo el pelirojo – además a ellos le gustas tan y como eres con tu aire de perfección y narcisismo.

— Te lo agradezco, weasley.

— Bien, ¿que pensabas ponerte? – preguntó el de ojos esmeralda, para luego ver al rubio mostrar una camiseta blanca ,un saco negro y unos pantalones del mismo color que el saco, dado que Draco tenía un gusto exquisito en la moda y todo le quedaba bien solo asintió –  la verdad no sé en qué quieres que te ayude, parece que tienes todo en orden.

— Siempre tengo todo en orden pero estoy demasiado alterado.

— De acuerdo,respira profundo y sueltalo – Ron y Harry imitaron la acción y al final lograron tranquilizar al rubio – ¿A qué hora es?

—  A las..

— Potter – interrumpió Tom que se recargo en la puerta de la habitación – Dumbledore quiere hablar con nosotros. Harry lo miro por un segundo mientras mordía levemente la parte de atrás de su labio inferior, Tom se veía jodidamente precioso en esa pose,podría apreciarlo por días y no se cansaría, estaba inmerso hasta que Ron le dio un leve pellizco y se levantó.

— Suerte – le dijo a Draco para después abrazarlo.

— Lo mismo para ti – devolvió Draco contra su hombro – y cuidado con las manos.

— Suerte amigo – le dijo Ron y este le sonrió le dio una abrazo de la misma forma.

— Ya, no es como si se fuera para siempre – gruño Tom y los tres chicos lo fulminaron con la mirada.

Le parecía injusto que aquellos chicos pudieran disfrutar del calor corporal de Harry, y el no.

— Vamos.

Ambos slytherin salieron del dormitorio y se encaminaron por las escaleras en un silencio incómodo.

Emanan asquerosas hormonas – murmuró Nagini saliendo de las túnicas de Tom

Cállate – le ordenó Tom

Hola preciosa, espero me hayas perdonado por mi torpeza del otro día – siseó Harry a la serpiente que se enrrollo en su pierna.

— El me agrada, no es tan gruñón.

Claro el no tiene que soportarte todos los días – respondió con el mismo veneno que la serpiente.

También me agradas, nunca te había visto bien, normalmente siempre has querido matarme o la ilusión de ti – siseo en parcel el menor.

— ¡ ¿Ilusión de mí?!, – soltó muy enojada – mataré a esa ave estúpida.

Tom al ver la reacción de su serpiente la hechizó para que cayera dormida y la volvió a meter entre sus túnicas.

Estaba claro que para cuando Dumbledore usaba sus ilusiones para culpar a Tom, usaba a su ave para reemplazar a Nagini a sus pies y el fénix obedecía.

— Lo-lo lamento mucho Tom.

— No te sientas culpable, el fénix de Dumbledore y Nagini nunca han tenido una buena relación. Harry asintió y se pego más a Tom en cuanto llegaron a la entrada de la oficina.

Amantes y AliadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora