Mi rayo de luna...

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NARRADOR

Después de esa noche absolutamente nada sería lo mismo para nadie, después de esta todos necesitarían verdaderos motivos para continuar la vida...

Eric no entendía los motivos de que Pablo estuviera ahí, pero su corazón se llenaba de alegría al verlo de nuevo y era algo que no podía ocultar...

Pablo: Por favor, escucha lo que te dijo, tu no eres así

Eric: ¿Y cómo sabes eso? ¡Me dejaste en nuestra día de la boda!

Pablo: ¡Me gano el miedo! ¡Amenazaron a mi familia! Pero ya estoy aquí, permíteme ayudarte por favor

Eric: ¡Nadie amenazó a tu familia! ¿De qué hablas?

Pablo: Según mi familia tu hermana fue amenazarlos para que cuando me casara contigo te diera la mitad de lo que mi familia y yo teníamos

Eric: ¿¡Hiciste eso Fernanda?!

Fernanda: ¡Ay si! A eso nos dedicamos ¿¡Lo recuerdas?!

Eric: ¡Te dije que con él sería diferente!

Fernanda: ¡¿De verdad?! ¿En serio pensaste que Pablo se casaría contigo porque te ama? No seas incrédulo

Pablo: ¡Es cierto! Yo me casaría con él mil veces más porque lo amo

Mientras esa pequeña discusión se pasaba, Iván ayudaba a todos a quitarles todo de las manos y pies, y en cuanto Abdiel tuvo la oportunidad fue detrás de Leo para ayudarle ya que su padre se había llevado a Samuel

Todo iba bien hasta que Fernanda se dio cuenta de lo que estaba haciendo Iván y sin pensarlo le apuntó con la arma que tenía gritando un sin fin de palabra

Fernanda: ¡Eres un imbécil Eric! ¿No te das cuenta que todo fue una trampa? ¡Se sientan todos de nuevo o los matos uno a uno! ¡No estoy jugando!

Julieta: Ya basta Susana, ya no esta ni Abdiel ni Aarón ya fueron por ayuda

Fernanda: ¡Qué no estoy jugando!

Sin dudarlo dos veces jalo del gatillo y le dio en la pierna izquierda a Iván para que todo mundo se diera cuenta que sus palabras eran del todo ciertas

Fernanda: ¿¡Podemos irnos de aquí Eric?!

Eric: ¡No me quiero ir, me quiero quedar con Pablo!

Fernanda: ¡Deja de actuar como un niño y vámonos!

Eric: ¡Que no me quiero ir!

Pablo: ¡Lárgate tú! Nadie te seguirá ni nada...

Fernanda: ¡Claro que me iré! ¡Pero no voy a dejar testigos de nada!




LEOBARDO

Mientras iba detrás de Samuel y Cristóbal, escuche varios disparos provenientes de la hacienda; me sentía entre la espada ya que toda mi familia estaba en ese lugar, pero el tipo que había hecho demasiado daño tenia al amor de mi vida...

Abdiel: ¿A donde fueron?

Leobardo: ¿Cómo lograste escapar?

Abdiel: Larga historia ¿A donde fueron?

Leobardo: Se fueron para allá ¿Qué fueron esos disparos?

Abdiel: No tengo idea, ya fue Aarón, pero vamos por Samuel ¡Mi padre está loco!


No lo pensé dos veces y junto con Abdiel corrimos hacia donde Cristóbal iba...

Desde lejos logré verlos, se dirigían justo para el lago, tenía miedo en verdad, no podía permitir...

Abdiel: ¡Papá! ¡Por favor! ¡Acabas de salir de la cárcel!

Cristóbal: ¿Ahora si te importa?

Abdiel: ¡Por favor!


No supe como Samuel logró escaparse de Cristóbal y en cuestión de segundos ya corría hacía la camioneta y entendí perfectamente la referencia, teníamos que huir de una buena vez.

Una vez llegamos a la camioneta Samuel se subió de copiloto y yo en cuestión de nada encendí y comencé a manejar con la esperanza de irnos para siempre de ahí.  

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