Vencer el miedo

142 22 0
                                    

SAMUEL

¡Un tonto al confiar en ti! ¡Un tonto al pensar que nos ayudarías! ¡Un tonto al igual que yo! Que pensé y volví a creer en tí-

Leobardo no me puede culpar de sentir miedo, a él se le hace fácil pues es lo que más ama en cambio yo nunca quise ser parte de esto, se lo dije a mi abuelo y a él simplemente le valió ¡Ahí estaba mi primo Abdel! ¿Por qué yo y no él? ¡Nada tenía sentido!

Salí de la sala y subí a mi recámara, no entendía qué era lo que más me dolía que mi abuelo haya hecho su jugada o las palabras de Leobardo, todo estaba mal y no encontraba salida a nada

-Hola ¿Puedo pasar?- no me importo ni levantar la cabeza y simplemente solté el sí; sentí como me abrazaba por la espalda fue ahí cuando me di cuenta de quién se trataba

Laura: ¿Cómo estás?

Samuel: Buena pregunta, no sé cómo estoy ¿Eso es normal?

Laura: Más normal de lo que piensas ¿Qué pasó?

Samuel: Tu sabes que yo nunca quise ser parte de esto Lau, que por eso me fui a Canadá y ahora que me abuelo me dejó está responsabilidad me siento atado aquí de por vida

Laura: No tienes porque sentirte atado ¿Puedes hacer algo al respecto?

Samuel: Creo que no, mi abuelo fue claro al dejar su testamento y lo que menos quiero es que por mi culpa todo lo que él ha construido se vaya ¿Entiendes?

Laura: Creo que tienes que acomodar tus sentimientos y tu cabeza para tomar una decisión razonable ¿Para que querían ahí a Leo?

Samuel: Pues para informarle que el es dueño de la otra mitad de los viñedos

Laura: ¿¡ESTÁS BROMEANDO!? Leobardo dueño de los viñedos

Samuel: Prácticamente somos socios ¿Comprendes?

Laura: No tendrías que tener miedo, con ayuda de él sacarán esto adelante Sam confía en él

Samuel: ¿Confiar en la persona que no me quiere como amigo ni nada y ahora somos hasta socios? No creo que sea buena idea

Laura: Te dejaré solo para que pienses bien ¿Va? Cualquier decisión yo la respetaré

Realmente quería estar solo, pero creo que no sería así pues una llamada entraba a mi celular

Iván: ¿Qué sucede contigo? Te estoy marcando como idiota

Samuel: Perdón, no es un buen momento para hablar

Iván: Pues lo siento pero lo que tengo que decir no puede esperar ni un segundo más

Samuel: Por favor Iván comprende qué...

Iván: ¿Recuerdas que fuiste a la agencia Dulcedo? ¡Pues quedaste amor!

Samuel: (maldije internamente, esto no puede estar pasando) Gracias por avisarme... yo te aviso cuando me regreso

Grité después de colgar la llamada ¿Por qué yo! Siempre deseé trabajar en esa agencia de modelos y ahora que lo había cumplido me siento atado aquí... Por un momento comencé a odiar a mi abuelo...

LEOBARDO

No me había gustado la forma en que le hable a Samuel, pero su abuelo había confiado en él y él simplemente decide huir como el cobarde que fue... No entendía por qué don Julián lo había dejado a él y ni mucho menos que me haya dejado a mi con este cargo; lo agradecia bastante pero ahora me sentía solo y así nunca sacaría los viñedos adelante

-Ey ¿Podemos hablar?- noté cómo Laura entraba a la cocina y cerraba las puertas para tener al menos un poco de privacidad

Leobardo: ¿Ya te contó tu "amigo Samuel"?

Laura: Si ya ¿Cómo estás tú?

Leobardo: ¿Cómo quieres que esté? ¡Estoy solo en esto!

Laura: No estás solo, Sam está con...

Leobardo: ¿Samuel? ¡Por dios! Él fue el primero en huir!

Laura: ¡Por qué está asustado! ¿No lo entiendes?

Leobardo: ¿Y crees que yo no? Me muero de miedo ¿Por qué don Julián me dejó está responsabilidad a mí?

Laura: ¡Por qué eres capaz de sacarlos adelante! ¡Por qué confío en ti!

Leobardo: Pero necesito a Sam, no podré solo y lo sabes

Laura: Ten por seguro que te ayudará, solo permite que se le quite el miedo y ayúdalo a que no lo sienta más

NARRADOR

No comprendían por qué ambos sentían la necesidad de estar juntos, tal vez por la gran responsabilidad que ahora tenían, o por qué necesitaban sacar esto adelante, pero tenía encontrar una solución

Leobardo: Hola ¿Cómo estás?

Samuel: Más confundido que nunca

Leobardo: Perdón si me comporte así, pero el miedo me ganó

Samuel: Yo también tengo miedo Leobardo

Leobardo: Tal vez sí compartimos nuestros miedos podemos encontrar una solución ¿No crees?

Samuel: Tal vez ¿Empiezas tú o empiezo yo?

Leobardo: Adelante, te escucho creo que tú tienes más miedo que yo

ViñedosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora