SAMUEL
Recibí la llamada de Leobardo por lo que no dude en contestar, su voz se oía diferente, como si estuviera preocupado por lo que me asusté por mi tía
Leobardo: Si, ella está bien y justo de ella quiero hablar contigo
Samuel: ¿Qué sucede? Te oigo agitado
Leobardo: Escuché algo que te juro no quería escuchar, pero lo hice y ahora...
Samuel: ¿Qué escuchaste?
Leobardo: Tu tía Julieta tuvo un bebé y tu abuelo y doña Blanca le ocultaron su paradero
Me quedé en silencio tratando de asimilar lo que me decía ¿Por qué hacerlo? Tal vez sí era muy chica para cuidar de su bebé pero ¿Mi abuelo fue capaz de hacerle eso a su hija? No conocía al abuelo que Rogelio y mi tía Julieta me presentaban
-Oye ¿Estás bien?- me trajo a la realidad la voz de Leobardo
Samuel: ¿Qué es lo que piensas?
Leobardo: Bueno, pensaba que podíamos ayudarla a encontrar a su hijo
Samuel: ¿Cómo?
Leobardo: Si ellos fueron capaz de quitárselo de sus brazos puede ser que haya un papel para que eso haya pasado
Samuel: ¿Un papel? ¿Como una adopción o algo así?
Leobardo: Sí, también pensaba como una carta en donde la persona que les ayudó haya hecho un pacto para guardar silencio
Samuel: Podría ser, pero ¿Cómo obtenemos esos papeles?
Leobardo: Puedo buscarlos en los papeles del despacho, pero necesitaré tu ayuda para que nadie sospeche
Samuel: De acuerdo, yo te ayudo ¿Crees que Rogelio lo sepa?
Leobardo: Pues no lo creo la verdad, mejor hay que averiguar por nuestra parte para ayudar a Julieta
Samuel: Así será amor, te dejó por qué sigo con Rogelio y tú tienes que ir a tu terapia
LEOBARDO
-Te veo más tarde amor- fue lo último que le dije antes de colgar la llamada y regresar a la cocina con Laura quien tenía una cara de duda a mi comportamiento
Laura: ¿Todo bien?
Leobardo: Sí, todo está bien ¿Qué tal tú?
Laura: Hablé con Abdiel
Leobardo: ¿Y qué pasó?
Laura: Todo termino (comenzó a llorar, realmente quería a Abdiel y ahora me daba cuenta) me dijo que le daba gusto que ya tuviera a una persona que me pueda dar lo que yo siempre soñé y él jamás fue capaz
Leobardo: ¿Cómo estaba él?
Laura: Estaba mal, lo sentí totalmente sincero y se que sufría mucho, más de lo que me imaginaba
Leobardo: ¿Qué piensas hacer?
Laura: Seguir en mi relación con Aarón, él también la paso mal con su antigua pareja y no pienso yo en fallarle de nuevo
Leobardo: A mi me a contado poco de su relación anterior, pero es bueno que entre los dos se brinden apoyo para superar todo; así como yo con Samuel
-¿A dónde fuiste por ese vaso de agua?- entro Blanca con su peculiar tono de voz a la cocina. Solo me disculpé y me despedí de Laura para subir a la recámara de Julieta.
Entrando a su recamara la vi mal por lo que no supe si solo dejarle el vaso o preguntarle si estaba bien, pero no fue de mucho analizarlo pues pude notar que quería platicar conmigo
Julieta: Oye ¿De dónde te nació el gusto por cantar de esa manera?
Leobardo: No lo sé, recuerdo que mi papá le cantaba a mi mamá y después yo me aprendía las canciones de ellos
Julieta: ¿Tienes recuerdos de tú mamá?
Leobardo: No muchos para ser sincero, creo que mi mamá falleció en las misma fechas que su hermana
Julieta: Sí, lo recuerdo perfectamente
Leobardo: ¿Por qué las preguntas? ¿Todo está bien?
Julieta: Sí, y perdón si te incomodé Leo
Leobardo: No, para nada; ya sabe que aquí tiene un amigo y sobrino político para todo. Ahora me voy pues si no llegaré tarde a mi terapia.
Antes de salir de la recámara la abracé lo más fuerte que pude y le dejé un beso en su mejilla haciéndole saber que no estaba sola
NARRADOR
Leobardo llegó tarde por unos cinco minutos, pero afortunadamente la psicóloga Nancy lo atendió
Nancy: ¿Ahora vienes tú solo?
Leobardo: Sí, Samuel está algo ocupado y creo que su cita con el neurólogo es hoy
Nancy: No te preocupes ¿Estás listo?
Leobardo: Nunca lo estoy, pero vamos a darle
Nancy: Quiero que cierres los ojos y vuelvas a recordar lo de aquella noche
Leobardo: Caminaba rumbo a mi casa y esa persona pedía ayuda pues algo malo le estaba pasando; yo solo quería ayudar y no salir lastimado pero no puede contra su fuerza y esa maldita persona me arrebató la vida
Nancy: Escucha lo que te diré: sé que sientes miedo y rencor hacia esa persona y créeme yo también lo haría pero estás aquí después de todo lo malo que te pasó y es algo bueno
Leobardo: ¿Bueno? ¿De que habla? Justo después de todo me intente quitar la vida
Nancy: También lo hubiera hecho, pero sabes si lo hubiera logrado ¿Quién les ayudaría a las demás personas a que no sintieran miedo de hablarlo? Leo, tu tienes esa oportunidad ahora, ayuda a todas aquellas personas que han pasado por lo mismo y no han tenido el valor de superar todo su dolor. Desgraciadamente las personas malas no miden la intensidad de su daño, son personas reprimidas que pasaron por lo mismo, que vivieron bajo la violencia de sus hogares, bajo la violencia de género y en tu caso esto pudo haber sido
Leobardo: ¿Me está diciendo que a mí violador también lo violaron antes?
Nancy: Puede ser, también pudo ser un deseo reprimido que a un cierto punto no supo más como evitarlo
Leobardo: ¿Pero por qué yo? Yo solo quería ayudar
Nancy: Antes que nada quiero que entiendas que nada de esto fue tu culpa, tu te dejaste ir por tus instintos sin sospechar lo que en realidad pasaba
Leobardo: Pero pude ir yo a buscar ayuda y no me hubiera pasado lo que me pasó
Nancy: Sí, tal vez y la otra persona pudo haber tenido tu misma historia, tal vez la otra persona no hubiera tenido el valor de hablar por miedo a su integridad o reputación. Leo, hay que sacarlo todo mi niño; te preguntarás ¿Por qué te dijo así? Pues por qué aquí lo eres, no eres ese adulto que entra por mi puerta, eres ese niño que en su momento buscó la ayuda que ahora tienes; ya no estás solo pues todas las personas que en su momento buscaste ahora estarán contigo. No te mentiré, será un proceso largo pero lo logras con ayuda de ti mismo y de todos.
Solo les quiero decir que si has sufrido algún tipo de acoso, no te quedes callado/a... No tienes porque pasar absolutamente nada tu sola o solo.... :')

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Viñedos
Novela Juvenil**LEOBARDO: EMILIO **SAMUEL: JOAQUÍN El vino y el amor prohibido hacen más amena la vida y Samuel y Leobardo están a punto de vivirlo