LEOBARDO
Todo en la hacienda transcurrió normal; Samuel en la vinera y yo en los viñedos. Me sentía en tranquilo al saber que Samuel era mi novio, qué estaría para siempre conmigo y que por fin nada me haría daño.
Trate de terminar todo rápido para prepararle una cena real para celebrar nuestro noviazgo como se debe. Con ayuda de Laura le preparé lo que siempre le había gustado y nuestra compañía sería una buena botella de vino.
Me metí a bañar y esperé a que el amor de mi vida llegará; le mandé un mensaje que lo esperaría en mi recámara pues el cenar en el comedor aún no era seguro para nosotros.
Samuel llegó como un nueve de la noche lo cual se me hizo extraño pero lo deje pasar, como lo supuse no tenía idea de mi pequeña sorpresa
Samuel: ¿Qué es esto amor?
Leobardo: Una pequeña cena real para nosotros amor
Samuel: ¿No te cansas de ser ser tan lindo conmigo?
Leobardo: ¿Y cómo lo hago si siempre me juré ser lindo contigo amor?
Samuel: Gracias, prometo corresponderte igual amor
Leobardo: Mucha plática ¿No? Mejor vamos a comenzar a cenar y me vas platicando de tu día
NARRADOR
Y así lo hicieron, Leobardo le contó que los cultivos de los viñedos estaban casi listos para una nueva producción; por su parte Samuel le contó que la venta del vino que estaban tomando había crecido en su venta a un 60%
Samuel: Creo que no vamos tan mal amor
Leobardo: Gracias a la vida que no amor, sabía que juntos sacaríamos esto adelante
Samuel: Siempre tuvimos que estar juntos amor
Leobardo: ¿Eso a qué viene?
Samuel: Aunque si yo no me hubiera ido…
Leobardo: Basta amor, ya pasó y eso es cosa del pasado ¿De acuerdo?
Samuel: Pero te hice sufrir y eso jamás me lo perdonaré
Leobardo: ¿Sabes lo que no te perdonaré?
Samuel: ¿¡Qué?
Leobardo: Que te sigas culpando, no eres culpable de absolutamente nada. Ahora ¿Vemos la película?
Samuel: De acuerdo amor
Leobardo colocó la película mientras que Samuel acomodaba la cama y traía más almohadas para que estuvieran cómodos.
La película era de terror por lo que Samuel en cada escena se abrazaba más de su novio
Leobardo: Ni da miedo escandaloso
Samuel: Cállate, a mí si me dan miedo ¡Y luego son japonesas! Y no veo que me estés abrazando para protegerme
Leobardo: Uyyy pues perdón amor
SAMUEL
Estar entre los brazos de Leobardo era increíble, descubrí que se convertía en mi lugar favorita.
Al ver su rostro me dieron unas ganas de besarlo y lo hice por lo cual él también me respondió de la misma manera.
La intensidad de los besos subía más y más y cuando menos me di cuenta ya estaba encima de él, quería hacerlo mío, hacerlo sentir seguro y que a mí lado nada le faltaría, pero no lo logré porque en cuestión de segundos me quito de ahí bruscamente tirandome al piso.
Cuando pensé en reclamarle me di cuenta que estaba en un crisis, no sabía qué hacer
Leobardo: ¡Vete de aquí por favor!
Samuel: ¡No! ¡No estás bien amor!
Leobardo: ¡Qué te vayas!
Samuel: ¿Qué te hicieron amor? ¡Yo te voy a proteger!
Leobardo: ¡Por un carajo que te vayas!
Samuel: ¿Te violaron Leo? ¿¡Te violaron?
Leobardo: ¡Sí! ¡Ahora lárgate! ¡Quiero estar solo maldita sea!
Salí de ahí lo más rápido posible, pero no me fui, me quedé en la puerta analizando todo.
No sabía qué hacer, no quería dejarlo solo, pero necesitaba la ayuda de alguien por lo que decidí llamarle a Aarón y pedirle que le dijera a Laura que subiera ya que era urgente
Laura: ¿Qué pasó? ¿Por qué Leobardo está aventando todo?
Samuel: No lo sé, estaba con él y pues yo quería tener relaciones con él y
Laura: ¿Ya lo sabes? ¡¿Ya lo sabes?!
Samuel: Sí, pero yo no lo sabía Lau
Laura: Llévatelo de aquí Aarón, en cuanto Leo esté tranquilo te avisaré
Le hice caso y me fui con Aarón, llegando a mi recámara lloré como nunca ¿¡Quién le había hecho tanto daño a mi superhéroe?!
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Viñedos
Novela Juvenil**LEOBARDO: EMILIO **SAMUEL: JOAQUÍN El vino y el amor prohibido hacen más amena la vida y Samuel y Leobardo están a punto de vivirlo