SAMUEL
No comprendía el por qué me había olvidado de Leobardo si se supone que fue mi mejor amigo.
Baje a la sala en donde todos estaban y al único que esperaban por lo todas las miradas fueron hacia a mí
Julieta: ¿Listo hijo?
Samuel: ¿Acaso se está listo para estas cosas tía?
Julieta: Se que no es así, pero la vida no para y tenemos que darle el último adiós a tu abuelo
Samuel: Vamos tía, es hora
Salimos de la hacienda rumbo a la capilla más cercana y todo ahí estuvo bien; el verdadero dolor lo sentí cuando llegamos al panteón pues entraríamos ahí con mi abuelo pero saldríamos sin él.
La gente nos dio prioridad para poder despedirnos de él, como siempre mi tía Blanca haciendo el show para llamar la atención de todos y es que no estoy diciendo que no le doliera, si no que desde que tengo uso de memoria lleva haciendo esto siempre; siguió el turno de mi tía Julieta que a comparación de mi tia Blanca ella simplemente abrazó la caja y todo su sentimiento se le extendió a mi abuelo y al fin llegó mi turno, no sabía qué hacer o qué decirle así que copié la misma postura de mi tía Julieta y todo mi dolor se lo dije a él y solo a él…
"Abuelo, realmente nunca sabré si estás orgulloso de mi como yo lo estoy de tí, realmente nunca sabré si me perdonaste al haberme ido y el haberte dejado, siempre me reprocharé el no estar para tí, perdón abuelo, nunca fui el nieto que soñaste y eso me parte el alma, y si no sabía qué hacer cuando estabas aquí ahora que te fuiste realmente estoy perdido… No me dejes por favor, no me dejes como yo lo hice contigo, perdón abuelo, perdón"
Sentí como mi tía Julieta me apartaba de la caja a pesar de aferrarme con todas mis fuerzas, se le pidió a Abdiel pero él se negó y lo comprendí pues jamás ha sido de los que expresa sus emociones…
-¿Me puedo despedir de él?- fue la pregunta que nos llamó a todos la atención y para ser verdad en mi no me molestaba que Leobardo lo hubiera
Blanca: ¿Y tú qué tendrías que decirle a mi padre?
Leobardo: Muchas cosas que solo le quiero decir a él señora
Abdiel: ¿Estás bromeando Leobardo?
Julieta: ¿Creen que su tono de voz sea de juego? Ando hijo, puedes hacerlo
Blanca: Pero Julieta…
Samuel: Yo apoyo a mi tía Julieta, anda puedes despedirte de mi abuelo Leo
Solo noté cómo con una mirada me agradecia el que lo apoyará, pero tenía que hacerlo pues siento que sería algo que a mí abuelo le gustaría…
Observé cómo abrazaba la caja y en cuestión de segundos aquel joven fuerte se convertía en aquel niño de seis años que mi mente trajo a mis recuerdos; sentí una gran necesidad de protegerlo de ahora en adelante pero como lo haría si él me odia con todas sus fuerzas. Noté cómo mi primo Abdel intentó separarlo del ataúd, pero se lo impedi pues a todos nos dieron el tiempo suficiente para despedirnos del abuelo ¿Por qué a él no?
-Gracias en verdad gracias- se dirigió a mi tía a mi pues éramos los únicos que lo habías apoyado, después de eso los ayudantes fueron bajando el ataúd de poco a poco y mientras bajaba mi corazón se rompía lentamente, me quedé con muchas dudas y sin respuestas de nada, me sentía solo y perdido, no sabía que seguiría después de esto; de la nada el aire me comenzaba a faltar, quería salir corriendo de ahí, regresar el tiempo desde mi niñez y poder cambiar todo desde la muerte de mi mamá.
De pronto sentí como alguien tomaba mi mano izquierda, por un momento pensé que sería mi tia Blanca o Abdiel, pero no quien tomaba mi mano era Leobardo y justo cuando la tenía me daba una tranquilidad enorme ¿Por qué me alejé de ti Leo? Solo lo miré a los ojos y él se acercó a mi oído dejando algo que me daría más esperanza: "tu abuelo te amaba por sobre todas las cosas Sam"
NARRADOR
El entierro de don Julián fue demasiado emotivo para la familia y para aquellas personas que lo llegaron a conocer, muchos de ellos se preguntaban qué sería de los viñedos ahora que el dueño de ellos ya no estaba, sabían que Leobardo los sacaría adelante, pero para eso necesitaba la ayuda de toda la familia…
Al día siguiente
Todos se levantaron al desayuno y fue ahí en donde comenzaron a sentir la ausencia de don Julián, pues cada mañana se levantaba cantando por toda la casa y saludando a todo mundo… No sabían la gran falta que haría don Julián para todo
Justo cuando estaban por desayunar la sirvienta de la casa les anunció que el abogado de la familia había llegado y ellos ya sabían el motivo de su visita; Samuel comenzó a sudar pues por fin tendría al menos una respuesta de todas sus dudas…
Blanca: Buenos días abogado Alviso ¿Gusta desayunar?
Abogado: No, la verdad vengo con algo de prisa y creo que ya saben el motivo de mi visita
Julieta: Así es, pero no les gustaría que nos fuéramos a la sala no me siento cómoda aquí en la mesa
Abogado: Adelante, en la sala estaremos mejor
SAMUEL
Nos dirigimos todos a la sala y tomamos asiento, me sentía en la escuela justo cuando estaba por comenzar la clase y tenías que decir presente para entregar tu tarea, solo que yo sería aquel niño que
no la hizo…
Abogado: En primera ¿Están todos aquí?
Blanca: Así es, aquí estamos todos
Abogado: De igual manera diré los nombres para verificar que así sea
deComenzó a decirlos y si todos estábamos ahí, pero cuando menciono aquel nombre todos nos quedamos viendo
Abogado: ¿No está?
Abdiel: ¿Por qué tendría que estar aquí Leobardo?
Abogado: Tu abuelo fue muy claro y si él no está aquí yo no podré dar lectura al testamento del abuelo
Al notar que nadie sabía qué hacer llame a Laura
"¿Le puedes decir a Leobardo que venga a la sala, que es muy urgente que esté aquí por favor?"
Observé cómo su cara mostraba confusión, pero salió en busca de aquel chico que me odiaba
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Viñedos
Fiksi Remaja**LEOBARDO: EMILIO **SAMUEL: JOAQUÍN El vino y el amor prohibido hacen más amena la vida y Samuel y Leobardo están a punto de vivirlo