Volví a creer en ti

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LEOBARDO

La hacienda sin don Julián no era la misma, a esta hora ya hubiera venido conmigo para ver todos los pendientes de los viñedos.

Decidí ir un rato al lago, el volver a ver a Sam y el darme cuenta que no sabía quién era yo me dolió ¿Por qué yo no pude olvidarlo como él lo hizo conmigo? Tal vez por qué el era mi único amigo en este lugar.

-Leobardo ¿Dónde te metes? Te estoy buscando como loca- el volumen de su voz hizo que supusiera que algo grave estaba pasando

Leobardo: Sabes que siempre vengo al lago cuando…

Laura: Si, pero es urgente que regreses a la hacienda

Leobardo: ¿Se puede saber para que?

Laura: Realmente no sé, pero ahí estaba el abogado y clarito escuché que no podían empezar si tú no estabas ahí

Leobardo: ¿Yo? ¿Para que me quieren ahí?

Laura: No lo sé, pero me mandó Sam por ti así que vámonos

Le pedí a Laura que subiera a la camioneta y maneje a la hacienda, no comprendía por qué yo tenía que estar ahí si eso era familiar

Entre a la sala y note como las miradas de todos se clavaban en mí, comencé a sentir miedo pues no sabía que estaba pasando…

Abogado: ¿Tu eres Leobardo Gutiérrez Ortiz? 

Samuel: Sí, es él

Abogado: Te pido que tomes un lugar ya que daré lectura al testamento de don Julián Castillo 

Solo asentí con la cabeza y busque el mejor lugar para sentarme, quería estar lo suficientemente lejos de doña Blanca y su hijo pues ahora me daban un miedo horrible, note que había un lugar en dónde estaba Sam por lo que no lo pensé dos veces y me senté a su lado y ahí todos esperábamos que el abogado leyera el testamento…

Abogado: Las líneas que comenzaré a leer fueron estipuladas el 3 de marzo del presente año y las cuales dicen así…

Yo Julián Castillo Barbosa y en uso de mis facultades mentales la cuáles están en orden estipuló que el día en que llegue a faltar mis pocos bienes que ahora están a mi poder serán repartidos de la siguiente manera…

Mi hija Julieta Castillo Ferrer será dueña absoluta de la casa en Canadá en dónde está viviendo actualmente, así como le entregaré el 50% de mi fortuna que está a manos del banco.

Tu Blanca, serás dueña de ahora tu casa que está a mi nombre y terrenos de los viñedos, así como el otro 50% de mi fortuna la cual la tendrás que compartir con mi nieto Abdiel.

Los viñedos pasan a ser herencia de Samuel Castillo Ferrer en un 50% de su totalidad; dejando el otro 50% a manos de Leobardo Gutiérrez Ortiz. Si los viñedos no son repartidos de la manera en la que indicó o  Samuel y Leobardo no son capaces de trabajar juntos y mis viñedos cayeran a un nivel inimaginable pasarán a ser parte del gobierno. Esto dejando en claro que sí así fuera también la casa de Canadá que será de Julieta y la casa de Blanca que está en los terrenos de los viñedos también pasará a ser parte del gobierno.

Dejando todo en claro y sin dudas me despido de ustedes diciéndoles que son lo más importante que tuve en mi vida y que siempre los ame a todos.

Julián Castillo Barbosa

NARRADOR

Todos los presentes se quedaron en silencio, pero Samuel y Leobardo tenían cara de terror pues aunque Sam ya supiera que eso sería lo que su abuelo dejaría no comprendía por qué dejarlo también con Leobardo…

Abogado: Esto fue la última voluntad de don Julián por lo que pido…

Abdiel: ¿¡Es una broma?! Me ha dejado sin nada

Samuel: ¡¿De qué hablas?! Tienes la herencia con mi tia Blanca

Blanca: ¡Lo que no comprendo es cómo demonios dejo a este infeliz con la mitad de los viñedos! ¡Ese cincuenta por ciento era para mi hijo Abdiel! 

Julieta: ¿Nos podemos calmar todos? Blanca esa fue la última voluntad de mi papá por lo que te pido que la respetes por favor

Abdiel: De una vez les advierto… No voy a permitir que Samuel y Leobardo nos lleven a la ruina total y punto

Doña Blanca y Abdiel salieron muy molestos de la sala por lo que Julieta tuvo que despedir al abogado. Samuel y Leobardo se quedaron sin decir nada, no entendían que acababa de pasar pero sea lo que haya sido no era muy bueno para ellos

LEOBARDO

Escuché la discusión que la familia tenía y me quedo más que claro la amenaza de Abdiel y de la gran responsabilidad que don Julián me había dejado. Él sabía perfectamente el amor que le tengo a estos viñedos, pero ¿Samuel? Él no sabe absolutamente de esto

-Oye Leobardo- la pregunta me sacó de la realidad por lo cual no me había dado cuenta que ahí estaba Samuel

Leobardo: ¿Si?

Samuel: Tengo miedo

Leobardo: ¿De qué? 

Samuel: Esto es mucho para mí, aunque ya sabía que mi abuelo haría esto no dejó de tener miedo y dudas

Leobardo: Tal vez por eso don Julián me dejó para ayudarte y sacar los viñedos adelante

Samuel: Si, tal vez pero…

Leobardo: Y lo vamos a lograr Sam, vamos a sacar estos viñedos adelante y…

Samuel: Pero yo no quiero

Leobardo: ¿De qué hablas?

Samuel: ¡Sabes perfectamente que esto no es lo que quiero para mi! ¡Ya jamás quise ser parte de esta herencia! ¡Yo jamás quise ser parte de nada…

Leobardo: Lo sé Samuel, pero es algo que tú abuelo…

Samuel: ¡Yo tengo una vida en Canadá! ¡Yo no dejaré todo lo que he logrado allá!

Leobardo: ¡Claro! ¡Por un momento olvidé lo egoísta que eres! ¡Siempre fuiste tú y solo tú! 

Samuel: ¿Egoísta? ¡Egoísta mi abuelo! ¡Qué a pesar de que le dije que yo no quería ser parte de esto lo hizo! ¡No le importo lo que yo pensaba!

Leobardo: ¡No te equivoques Samuel! ¡Tu abuelo no fue un egoísta! ¡Fue un tonto!

Samuel: ¿Un tonto? ¿De qué hablas?

Leobardo: ¡Un tonto al confiar en ti! ¡Un tonto al pensar que nos ayudarías! ¡Un tonto al igual que yo! Que pensé y volví a creer en tí



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