Expediente: 12

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- Es oficial: la marquesa de Prados, Diana Baues, está desaparecida.

En la sala de reuniones de la Élite Secreta, la voz grave de Andrés González retumbaba en las paredes mientras los agentes le escuchaban con atención. El hombre tenía la cara con una leve coloración roja y le temblaba levemente el párpado, aunque intentaba aparentar calma y frialdad y el traje de chaqueta parecía que le había reducido dos tallas por arte de magia y ahora le apretaba, siendo eso lo que tanto le agobiaba y por lo que no paraba de colar el dedo índice entre su cuello y la camisa. Se habían reunido todos allí con urgencia tras la angustiosa irrupción de Felipe Monfort en el despacho del director y este, como era lógico, no había querido dejar pasar ni un segundo más sin darle al caso la oficialidad que había adquirido.

- ¿Se va a hacer público? –preguntó Raoul, cruzando los dedos para que la respuesta fuese afirmativa y eso le diese la libertad real de poder investigar cómo era necesario.

- La familia se encargará de emitir un comunicado y, al momento, se publicará la información de su desaparición en todos los medios de comunicación. Nos aseguraremos de que la información sea internacional. Si alguien se ha cruzado con Diana, la reconocerá.

- ¿Tendremos ayuda?

- La Policía Nacional está a nuestra entera disposición para apoyar las operaciones que sean necesarias. Así sea la UIP o la Comisaría General de la Científica al completo, sumaremos a este caso los efectivos que sean necesarios.

- ¿Cómo vamos a proceder?

- Lo dejo en sus manos, agente Vázquez, pero estaría bien comenzar por hacer interrogatorios de todo aquel y aquella que haya tenido contacto con la marquesa en las últimas horas antes de que se le perdiese la pista: a los padres, a su prometido, al personal de servicio de ambas casas, a sus amigas... Cualquier persona. No me importará almacenar cuatro toneladas de informes si con eso tenemos alguna posibilidad de sacar alguna pista de donde sea.

- Está bien, pues... —Raoul miró a su equipo, haciendo un análisis rápido de quién, por características y personalidad, convenía más para interrogar a cada persona— Alejandra, tú encárgate de hablar con Felipe y las amigas más cercanas de Diana; Daniel, tú hazte un listado con todo el personal de servicio y ordena según tu criterio quién merece ser interrogado antes, pero te agradecería si pudieses localizar y empezar por su chófer; a los padres...

- Déjame a los padres a mí –le interrumpió otra voz.

Raoul miró con cierto sobresalto hacia el umbral de la puerta, siguiendo la voz, y se encontró con Agoney apoyado en la pared con los brazos cruzados. No sabía cuánto tiempo llevaba ahí ni cómo había entrado sin que ninguno se diese cuenta de su presencia, pero allí estaba. Se despegó de la pared y se acercó a ellos hasta quedar frente a frente con Andrés, que había enmudecido. Con las manos entrelazadas en su espalda, le miró de arriba a abajo y sonrió de medio lado. Incluso con una postura despreocupada y sin decir ni una sola palabra, conseguía parecer superior a quién fuese que tuviera delante sin que le temblase el más mínimo pelo al hacerlo.

- Ya pensaba que no aparecería –dijo Andrés.

- Cumplo con mi parte. Esto deja de ser un circo y yo vuelvo –se encogió de hombros.

Raoul sonrió levemente.

- Me alegra verte aquí, Hernández.

- ¿Cómo iba a perderme la oportunidad de presentarme frente al bueno de Fernando Baues por tercera vez con una autorización para poder interrogarlo de nuevo a mis anchas sin que sus rechonchos dedos elijan la pregunta que debo hacerle?

- Vale —dijo Raoul— pues tú interrogarás a los padres. Esther y Thiago, vosotros os encargaréis de conseguir las cámaras de seguridad de las casas y del centro comercial y revisarlas para intentar esclarecer en qué momento, dónde y por qué se le pierde la pista a Diana y, sobre todo, si la acompañaba alguien más —se giró para mirar a Andrés— quisiera que la científica, ya que la ha mencionado antes, inspeccionase el Rolls antes de que pase más tiempo. Creo que ya es obvio pensar que Diana cambió de coche en aquel parking, ya sea por voluntad propia o por obligación. Así que quiero que analicen cualquier cosa que puedan encontrar en ese coche. Me da igual si es un grano de azúcar de un Donuts de hace dos meses, quiero su análisis.

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