Expediente: 29

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Tras la intervención del equipo Alpha, todo el operativo había roto filas y se habían arremolinado alrededor del extraño sobre que Esther había descubierto tras la papelera. Ninguno se había acercado a la papelera hasta que Raoul no estuvo allí también. Mientras Alejandra, que se había bajado al mismo tiempo que él, le sostenía una linterna para que viera mejor, el rubio se había puesto unos guantes. Cogió el sobre y miró con cuidado en su interior. Casi sin permitirse respirar, sacó una bolsa para pruebas que había cogido del coche antes de bajar y metió el sobre dentro.

- Vale —se giró hacia el resto de agentes e hizo un gesto de alto con las manos— tocad lo menos posible y alejaos de aquí. Alejandra, avisa a la científica de que vengan algunos de sus agentes a tomar análisis y fotos de esta zona y diles que yo me voy cagando leches al laboratorio del CNI para empezar a estudiar con los técnicos de guardia todo lo que hay aquí.

- Ya estoy en ello –dijo la pelirroja sacando rápidamente el móvil.

Sin perder tiempo, Raoul salió corriendo hacia su coche con el sobre metido en la bolsa de pruebas y poniendo mil ojos en no moverlo demasiado, pero al llegar a la salida del parque, se topó de bruces con Agoney. El canario llevaba el ceño fruncido, una ligera expresión de enfado y el arma al hombro guardada en su funda protectora.

- ¿Qué coño ha pasado? ¿Por qué no me respondías? ¡Te he estado hablando!

- Ven conmigo y te cuento por el camino.

- ¿Cómo que vaya contigo? ¿A dónde? No, no, no. Primero dame información ¡Explícame algo! ¿Qué es lo que había en la papelera? ¡Me cago en la hostia, Raoul! ¡Dos veces! ¡Dos veces nos han hecho lo mismo! ¿Es que tenemos cara de putos payasos o qué? –gritó pateando la verja abierta del parque y provocando que cimbronara con violencia.

Raoul, al ver su reacción y la intención de Agoney de entrar al parque y percatarse de que la incertidumbre y el enfado lo estaban convirtiendo en un manojo de nervios de mecha corta, le agarró del brazo con firmeza e hizo que le mirase.

- Agoney, relax. Ven conmigo y te cuento por el camino –le repitió con autoridad, enseñándole la bolsa de pruebas.

- ¿Qué es?

- Lo que viste con esa visión de rayos X que tienes en los ojos. Llévalo tú, pero ten cuidado, procura no moverlo demasiado.

Agoney, desconcertado con aquella petición, usó el propio plástico de la bolsa de pruebas para separar los dos bordes de uno de los lados del sobre, por donde Raoul lo había abierto minutos antes e intentó ver lo mejor que pudo.

¿Un tubo de sangre? —preguntó mirando a Raoul con una ceja enarcada— ¿De Diana?

- Es lo que me temo, por eso quiero llevarla cuanto antes al laboratorio, a saber lo dañada que estará ya y no sé con qué intención la han dejado ahí, no he visto bien que es lo demás que hay dentro del sobre.

Asintiendo y cogiendo aire para intentar calmar el cabreo que llevaba dentro, Agoney guardó en el interior de su chaqueta la bolsa de pruebas y siguió a Raoul con rapidez hacia su coche. Dejó en la parte trasera el fusil y se montó en el asiento de copiloto. No le había dado tiempo a abrocharse el cinturón, cuando Raoul arrancó con un chirrido de ruedas en dirección al CNI.

I

Tan pronto como Raoul y Agoney entraron en el laboratorio policial, los técnicos se pusieron manos a la obra. Ambos, ataviados con mascarillas y batas desechables, observaban a cierta distancia para entorpecer lo menos posible el trabajo de los científicos. Habían puesto todo el contenido del sobre sobre una superficie plana, lisa y cubierta con un campo estéril, buscando preservar todas las posibles pruebas que hubiese en aquellos objetos.

Élite SecretaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora