Capítulo XII: Dolor y Deseo

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Capítulo escrito por @Ofiuco y editado por @Pyresofvaranasi 




CAPÍTULO XII: DOLOR Y DESEO 



El rayo crujía al brotar enorme de la varita de Helena, cayendo en garras sobre Draco, que lanzaba alaridos de dolor y se retorcía.

Los alumnos se hacían atrás por el terrible espectáculo de Draco Malfoy gritando y contorsionándose de dolor en el suelo, pero también les intimidaba enfrentar aquel hechizo o maldición que nadie manejaba, impresionados por la mirada furiosa de Swan al atacar sin piedad a Malfoy.

Helena lanzaba los rayos de la maldición terrible, que abría múltiples heridas en el cuerpo de Draco, empapando el uniforme desgarrado con que embadurnaba la cara y el cabello rubio.

Algunas estudiantes, paralizadas de terror, se cubrían la boca, incapaces de moverse al igual que los alumnos mudos y pálidos ante el cuerpo cortado de Draco y sus alaridos.

Helena oyó lejanamente, una voz. Algo se le hizo conocido, por lo que sintió que debía saber de quién era.

Helena volteó tajante y jadeando de rabia apuntó a Snape. Su mirada fúrica y decidida hizo callar al director.

"Ven", invitó ella con el pensamiento. "Atrévete a detenerme y cumpliré tus deseos de morir ahora mismo".

Snape no se había dado cuenta de cómo las lecciones y las caricias la habían cambiado. No existía duda que ella exploraba su sexualidad junto con él, pero al mismo tiempo, Snape había desatado cadenas en ella, las relacionadas con el enojo que guardaba, y Helena Swan lo tenía bastante.

Y como la supo dispuesta a matarlo en ese momento, así fuera de puro enojo, Snape buscó dialogar, si eso era posible.

"¿Azkabán, quieres eso, Swan?", le dijo con el pensamiento.

"Me da igual".

"No, Swan, si me matas públicamente, no irás a Azkabán. Te volverás enemiga del Amo del director de Hogwarts. No te perdonará haber acabado con su fiel Severus".

"¿Me estás amenazando?", sus ojos se inflamaron.

"Claro que no, es..."

Exasperada de Snape, le dirigió un Expeliarmus que lo proyectó a varios metros de distancia, haciéndolo golpear con la cabeza en una columna y perder el sentido.

Helena se sintió detenida por la mano que no tenía la varita.

Era Goyle, que se le acercó desprevenidamente.

Nada de magia. Helena le soltó una patada en la entrepierna, que hizo a Goyle soltarla y derrumbarse como un costal.

Ella dio unos pasos atrás y furiosa, le soltó un Sectumsempra. El choque de dolor por un tajo abierto y rojo en el tórax de Goyle, lo hizo desmayar súbitamente, sangrando.

Los murmullos de temor y sorpresa de los testigos no lograron silenciar los gemidos de Draco, desplomado y desangrándose, al que nadie de los pocos que se preocupó por él, se acercaba. Era por temor a Helena, miedo que tampoco los animaba a alejarse. Helena parecía capaz de tomarla contra otros. Sus ojos muy abiertos por la ira la hacían ver desquiciada.

Como comprobando los temores de los presentes, Helena lanzó un Sectumsempra hacia un grupo apoyado en el muro cercano, y más de diez se inclinaron buscando cubrirse con las manos y gritando.

Corazón ViolentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora