Caperucita y el Lobo

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Todos creen que el lobo es malo sólo porque han escuchado la versión de Caperucita.

Todos conocemos la historia, nos las han contado de mil y un formas desde que somos pequeños...

Una tierna niña va a llevarle comida a su abuelita que vive en el bosque y un lobo la va observando de lejos, al llegar a la casa de la abuelita, el lobo se hace pasar por ésta (omitiendo la parte en la que se la come) y la niña entra hasta su habitación. Le comienza a preguntar por qué tiene los ojos tan grandes, la nariz, los dientes y es sorprendida por el lobo diciéndole que son para comerla mejor...
de esa forma siempre nos han contado que la débil es la niña.

Pero... ¿Qué pasaría si el caso fuese el contrario?

Cambiemos un poquito la historia...

Caperucita es una niña muy noble, para todos, pero muy rebelde desde pequeña, sin motivo alguno, le gusta hacer sufrir a los animales a escondidas cada vez que iba a casa de su abuela en el medio del bosque.

Un día, una familia de lobos cambiaron de hábitat y deciden merodear, casualmente, cerca de casa de su abuela.

La niña les descubre y les coloca trampas por todo el bosque. Caperucita aprovecha el momento para matar al lobo más pequeño de la manada.

Con las manos llenas de sangre, corre a donde su abuela y dice al final que se ha encontrado a un pequeño lobo muerto cerca de la casa...

Casualmente siempre aparecían animales muertos cada vez que ella iba, pero todo se quedaba en casualidad. ¿Qué mal podría hacer una pequeña niña tan noble?

O en un universo paralelo, que fuese la historia tradicional pero, esta vez, el lobo fuese a casa de su abuelita y caperucita se lo comiera...

Sea cual sea la historia, debemos escuchar ambas partes, las dos versiones. No juzgar a una porque la otra persona se ve buena.

No terminamos de conocer a los demás, ni tampoco sabemos todos sus secretos.


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