Solemos clasificarlo de una forma negativa. Sin embargo, en él se ocultan las mayores verdades
El miedo es uno de los sentimientos que evitamos tener en nuestro día a día, aparece sin avisar y que, de alguna manera, forma una fuerte capa que llega a impedir la toma de decisiones en oportunidades, y lo saben, tanto tú como él, que no se repetirán. Es por ello que decidí escribirle una carta desde que lo observé desde una perspectiva distinta a la que todos lo ven. ¿El motivo? El miedo es una de las palabras constantes en mi día, con el cual aprendí a compartir y a equilibrar todo gracias a él.
Querido miedo,
Te oyes como esa voz dentro que dice: "No lo hagas". "Puede ser peligroso". "No lo intentes".
Para todo tienes un por qué negativo, te niegas a aceptar los cambios y que todo puede tener una alternativa mejor. Te aterra la decisión de cambiar lo que haces. Sientes miedo de ti mismo, de mi, de nosotros. A tal punto de temer respirar, actuar, sentir...
¿Te confieso algo? Abundas más en mi que cualquier otro sentimiento, la diferencia es que aprendí a vivir contigo... Así como tú aprendes de mi, que el optimismo y las ganas de ser grande pueden ser el colchón perfecto para esa caída que siempre esperarás, aunque hayan pocas probabilidades de que sucedan.
Trabajamos en equipo ahora. De parte y parte vamos avanzando, descubriendo cosas nuevas en ambos. Entendiendo el por qué de todo a pesar de que estemos alertas siempre.
Aprendimos a controlar, juntos, el terror a dar el primer paso a una meta. Nos hemos lanzado tantas veces al agua que ya me preparas flotadores y la toalla, pero sabes que por más que nos de miedo hacer algo no abandonaremos el océano de los sueños.
Siempre en la oscuridad, con angustia y acorralado. Luchando contigo mismo por salir y comenzar a llenar el vacío que llevas dentro, pero también tienes miedo de hacerlo.
Me esperas siempre con esa sonrisa nerviosa porque sabes que la confianza que te doy es completa y que mientras todos quieren escapar de ti y te intentan enfrentar con un escudo, yo me acerco, te doy la mano junto a mi confianza e incluso cariño.
Porque Miedo, no te temo. Aprendí a vivir contigo, te entiendo y comprendo. Sé por qué te alteras y te enojas conmigo cuando te desafío, porque quieres que una parte de mi crezca, sea a pasitos de hormiga. En el fondo sabes que te vas encogiendo, sabiendo que es imposible que desaparezcas, cada vez que logro una meta. Me agradeces, porque en ti nació un sentimiento que es difícil de comprender en ti, la gratitud.
Pese a que me sonrías de forma tímida, yo te lo agradeceré siempre. Por estar, por hacerme crecer.
A ti, Miedo...Gracias
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Monólogos nocturnos
Short StoryConsecuencias del café en la noche, gran sabor. Inspiración, desahogo, día a día... Motivación y reflexión 👣.