Mar

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El equilibrio perfecto entre la calma y lo agitado.

Somos agua, tanto por dentro como fuera de nosotros. Sin embargo, algunos podemos ser más profundos, otros salir a flote con todo, unos más revueltos y otros más en calma.

A veces llegamos a ser todos al mismo tiempo cuando estamos en un momento difícil en nuestras vidas.

En alguna ocasión tuve la oportunidad de quedarme a meditar a orillas de la playa y me di cuenta de lo que estaba pasando en mi vida.

Todo estaba revuelto, lleno de olas que solo con rabia se estrellaban en la orilla para reventar con fuerza. Ninguna de mis cosas salían bien, estaba estancada y, por estarlo, no lograba salir de las vueltas de mi cabeza.

Hasta que por fin, todo pasó. El tiempo hizo su magia. Y luego de pasar por todo lo agitado, un poco lejos de la orilla, siempre estuvo la calma.

Somos como el mar. Somos agua.
Cualquiera que sea el problema por el que llegues a pasar, recuerda que aunque esté un poco lejos, la calma siempre estará ahí contigo y llegará a la orilla.

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