Monólogos nocturnos

Querida yo del pasado

Deja de lamentarte por cosas y situaciones que nunca pudiste controlar, sólo sucedieron para darte una lección de amor propio. 

Deja de voltear hacia el pasado y comienza a mirar al frente, para sanarte. Las heridas dejarán de doler con el tiempo y sólo quedarán los recuerdos por las cicatrices, malos momentos que te hagan saber quién eres ahora. 

Deja de culparte, tú no fuiste quién hizo daño, te lo hicieron a ti y, junto a ello, te hicieron sentir culpable, pero nunca fue así. Tú nunca les fallaste. 

Deja ir el rencor, el dolor, para que puedas atraer la felicidad de una vez por todas. Que te dejes amar, dar una oportunidad y por primera vez en mucho tiempo, ser feliz. 

Todo pasará, lo verás, solo debes tener paciencia y ser fuerte, porque valiente ya lo demostraste.