⚠Este capítulo contiene contenido sexual si lo leen, es bajo su responsabilidad⚠
Me despierto y siento a Christian envuelto a mi alrededor. Ayer fue un día agotador, pero al final conseguimos comprar los muebles y traerlos para ponerlos en su lugar. El resultado fue precioso.
Aún falta colocar las fotos familiares además de algunos detalles, pero la mudanza está lista al noventa y ocho por ciento.
Me siento tan feliz, tan completa con mi esposo y mis hijos bajo el mismo techo que yo. Si me hubiesen dicho cuando quedé embarazada y huí que estaría aquí, jamás lo hubiese creído. Aún me cuesta creerlo.
Mi hermoso esposo abre los ojos y le sonrío antes de apoderarse de sus labios. Mis manos viajan a su entrepierna, que enseguida despierta ante mis caricias. Suelto una risita contra su boca y muerdo su labio. Fuerte.
Un gemido ronco escapa de su garganta y se posiciona sobre mí. Levanta la camisa que uso como pijama y se mete uno de mis pezones a la boca, me arqueo cuando su aliento caliente golpea contra mi piel sensible y acuno mi pecho para darle mejor acceso. Jadeo y lo hago aún más cuando se deshace de mis bragas y luego de bajarse el pantalón pasea la punta de su miembro a través de mi entrada. Elevo mis caderas, intentando acogerlo dentro de mí, pero sonríe y se retira mientras ahoga mis protestas con besos ardientes.
Sus manos juegan con mis pechos, amasándolos, apretandolos, dándome placer con su habilidad. Su boca no se despega de la mía mientras mis manos están enredadas en su cabello. Envuelvo mis piernas alrededor de sus caderas y coloco mis pies sobre sus glúteos. Tengo un plan.
Con una de mis manos tomo su miembro y lo posiciono en mi entrada. Gimo cuando lentamente entra en mi interior. Christian emite un sonido gutural que eleva mi excitación unas octavas. Con mis pies lo hago entrar más profundamente en mi.
Comienza a embestirme con fuerza y yo me dejo hacer. Una, dos, tres, quince, veinte embestidas y me siento como una masa de placer entre sus brazos. Siento mi interior tensarse y sé que el orgasmo se avecina. Me apodero de sus labios cuando mi cuerpo es sacudido por una ola de puro éxtasis, que me lleva por espirales de placer. Lo siento venirse en mi interior con un gruñido de satisfacción y se deja caer pesadamente sobre mí.
Permanecemos así unos cuantos minutos. Con la respiración entrecortada, sudorosos y felices.
-Despertar a tu lado tiene sus ventajas, Ana. -Murmura con una sonrisa. Me sonrojo ante sus palabras lo que provoca su risa, no lo culpo. Acabamos de hacer el amor y me sonrojo por una simple frase.
-A mi me encanta despertar de esta manera, Sr. Grey. -Murmuro juguetona mientras muerdo mi labio. Esto aún no ha terminado. De reojo observo el reloj: Las ocho de la mañana. Quedé con Kate y Mía a las nueve en casa de los padres de Christian en Bellevue para comenzar a organizar mi renovación de votos. Aún no he hablado con Christian sobre cuándo será.
-¿No irás hoy a trabajar? -Pregunto mientras le doy suaves mordiscos en el hombro. Él sale de mí y ambos nos estremecemos. Se deja caer en su lado de la cama y se apoya sobre un codo para observarme. Yo hago lo mismo y quedamos frente a frente
-Pensaba pasar tiempo de calidad con mi esposa. -Frunzo el ceño. Si me hubiese dicho antes, no habría hecho planes. Me pregunto si a Kate y Mía les molestará que reprograme nuestra reunión... Algo me dice que sí. Pero en realidad quiero pasar tiempo junto a Christian. Amo estar a su lado y quiero compensar el tiempo que estuvimos separados.
-Yo quedé con Kate y Mía para salir. -Digo y me sonrojo. Él me observa con una mueca.
-Puedes cancelarles. -Responde resuelto, como si con eso se arreglara todo.
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Cincuenta Secretos©
FanfictionHuí porque el miedo me invadió. No podía decirle a Christian acerca de mi embarazo, se habría vuelto loco. Podría decir que mi peor error ha sido abandonar a mi cincuenta, pero luego cometí uno mucho peor: Abandoné a mi hijo. Aunque se lo haya dejad...