ANASTASIA POV.
No puedo articular nada, estoy completamente sorprendida y abrumada por lo que Christian acaba de pedirme. ¿Regresar a Seattle con él? ¡Se ha vuelto loco!
Lo dejé sin darle ninguna explicación y evadí todos sus esfuerzos por encontrarme, abandoné a mi hijo, dejándolo a su cuidado aún sabiendo la reacción que podría llegar a tener, le oculté la existencia de su hija, de eso apenas acaba de enterarse... ¿Y aún así me pide que vuelva con él?
No, debe haber una explicación lógica. Quizá él solo quiere estar cerca de Phoebe y no de mí. Que me pida ir a Seattle no implica que me desee de nuevo en su vida como su esposa.
-Phoebe tiene sueño. Vamos a acostarla. -Camino en dirección a la habitación de mi princesa y Christian me sigue de mala gana, no sé si su reciente mal humor se deba a mi evasiva o al hecho de que no quiere dejar a su hija.
La coloca con mucho cuidado en la cuna y besa su frente, toma una de las cobijas que hay dobladas sobre el cambiador y la abriga, esta noche es un poco fría. Observo a mi hijo que se ha quedado dormido en mis brazos y sonrío.
Está vestido exactamente igual que Christian, solo que sin corbata, lo cual agradezco. Es muy pequeño y podría hacerse daño con ella. Cada día se parece más a su padre, espero que no haya heredado sus actitudes volubles.
Lo acuesto al lado de su hermanita y Christian lo arropa también y acaricia su mejilla. Esto es tan... Normal. Una pareja acostando a sus hijos un viernes por la noche para luego cenar juntos y tener tiempo a solas.
En seguida descarto esa idea de mi mente, nosotros no somos pareja y no tendremos tiempo a solas, simplemente cenaremos para hablar del futuro. Si estuviésemos juntos ahora estaría deseando que me llevara directamente a la habitación y me hiciera el amor dulcemente... Me sonrojo por el rumbo que han tomado mis pensamientos, mi cercanía con Christian ya comienza a alterar mis sentidos.
-Un dólar por tus pensamientos. -Murmura en mi oído y todo mi cuerpo hormiguea, ansiando su toque.
-Puede hacer una mejor oferta, Sr. Grey. -Sonrío ampliamente y salgo de la habitación.
-Oh, le tengo una propuesta Sra. Grey, pero todo a su tiempo. -Caminamos al comedor donde le pido a Christian que se siente mientras le sirvo macarrones con queso y pongo la ensalada césar sobre la mesa. Sirvo nuestro vino y tomo asiento.
Terminamos nuestros macarrones en un silencio cómodo, pasamos a la ensalada y mi amado cincuenta no deja de observarme comer.
-Nunca te había visto comer así, Ana. -Comenta, sorprendido y contento a la vez. Ruedo los ojos y me sonríe maliciosa y lascivamente. Los músculos de mi vientre se contraen deliciosamente ante los recuerdos que asaltan mi mente.
-Durante el embarazo... -Comienzo a decir pero veo como se levanta bruscamente, provocando que la silla detrás de él caiga ruidosamente sobre el suelo.
-¿Estás embarazada? ¡Mierda! -Se pasa ambas manos por el cabello, visiblemente frustrado y molesto, yo intento acercarme a él pero no me lo permite y tampoco deja que le explique absolutamente nada -¿Quién es el padre? ¡Tú eres mía, Ana, joder! No puedo imaginar a otro hombre tocándote... -Cierra los ojos con fuerza y se rasca la barbilla -Me queda claro que Ted y yo no somos parte de tu vida. -Se encamina a la habitación de Phoebe pero me interpongo en su camino y lo abrazo fuertemente.
Todo su cuerpo se pone rígido y aprieta la mandíbula, sé que intenta refrenar su enojo, pero está perdiendo la batalla. Aprovecho este momento de silencio para aclararle que se ha hecho falsas ideas.
-Iba a decir que durante el embarazo comí como nunca, siempre tenía hambre. Luego del nacimiento de Ted y Phoebe comencé a comer menos, pero mi alimentación es mucho mejor desde que mis bebés estaban dentro de mí y demandaban alimento siempre que querían. Lo cual era muy seguido. -Lo siento relajarse y suspirar pesadamente.
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Cincuenta Secretos©
FanfictionHuí porque el miedo me invadió. No podía decirle a Christian acerca de mi embarazo, se habría vuelto loco. Podría decir que mi peor error ha sido abandonar a mi cincuenta, pero luego cometí uno mucho peor: Abandoné a mi hijo. Aunque se lo haya dejad...