¿Dónde estoy?

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Abro los ojos lentamente y comienzo a toser debido al olor que desprende el lugar en el que estoy. Frente a mí está la mujer que venía conduciendo la camioneta y la misma que colocó un pañuelo sobre mi rostro, el cual contenía algún químico que me dejó inconsciente.

-Este no era el trato. -Gruño con voz rasposa. Mis muñecas y tobillos se encuentran atados, por lo que al levantarme del sucio sofá caigo golpeandome fuertemente la barbilla -¡Joder! -Suelto en un chillido.

-Calmese, Sra. Grey. -Dice tranquilamente la mujer -¿Ya quiere regresar a su vida de ensueño, no es así? -Ríe amargamemte, haciéndome estremecer.

-Este no...

-Era el trato. -Interrumpe -Sí, ya lo sé. ¿De verdad esperaba que cumplieramos? ¿Nos considera idiotas, Sra. Grey? Un millón de dólares es una cantidad ridícula de dinero si la comparamos con la fortuna que posee su familia. Queremos mucho más y sólo lo recibiremos si la tenemos a usted como garantía.

-Les daré lo que sea, pero dejenme ir. -Logro sentarme en el suelo con mi espalda pegada al sofá. Escaneo a la mujer detenidamente, es atractiva. Podría tener a cualquier hombre que desee y vivir la vida que anhela, ¿Por qué vive de esta manera?

-Nos comunicaremos con su esposo para eso, Sra. Grey. Y le daré un consejo: Mantenga la boca cerrada si no quiere que uno de sus hijos le haga una visita en este lugar.

-¡Ni se te ocurra acercarte a mis hijos! -Grito, sintiendo un fuerte dolor en mi ser ante la idea de que mis bebés puedan estar en peligro. A mí puede sucederme cualquier cosa, pero a ellos no. Me siento como una leona defendiendo a sus crías y estoy dispuesta a usar uñas y dientes para mantener a mis gemelos a salvo.

-Boca. Cerrada. -Gruñe y se acerca peligrosamente a mí. Me niego a bajar la mirada y demostrarle el miedo que siento -Tú no eres superior a mí. -Escupe con desprecio.

-Nunca he dicho que lo sea. -Respondo con seguridad.

-Lo crees. Crees que vales más por vivir en una casa de portada de revista. -Se sienta a mi lado y saca un sobre del bolsillo de su pantalón. Me muestra varias fotos de mi hogar, algunas desde fuera y otras del interior ¿Cómo las consiguieron? -Piensas que eres superior a mí por estar casada con un hombre guapo y multimillonario. -Saca una foto de Christian en traje que hace que mi corazón de un vuelco -Tienes dos hijos hermosos. -Estoy a punto de lanzarmele encima cuando muestra una imagen de mis hijos durmiendo tranquilamente en su cuna, ¡Estuvieron cerca por mucho tiempo! -Su ropa es de las mejores marcas. -Varias fotos de mis vestidos saltan a la vista y me sonrojo -Usted es hermosa y tiene todo. Entiendo porqué se considera superior a mí, pero no estoy dispuesta a aceptarlo. -Se levanta y lanza el sobre a mi rostro. El papel corta mi mejilla y ella pasa su mano en la herida, causandome un fuerte ardor -Agradezca que ese será todo el dolor que sentirá mientras esté aquí.

-¿Quieres a Christian, no es así? -Me atrevo a preguntar.

Esto va mucho más allá de todo lo que ha dicho. Suena como una mujer a la que le arrebataron su vida de ensueño y desea venganza por ello. Yo soy el objetivo al que va dirigida toda su furia y eso no puede ser una simple casualidad. Esto es algo muy personal contra mí y contra mis hijos.

-Casarme con Christian Grey me habría asegurado la vida perfecta. -Se encoje de hombros, pero permanece de espaldas a mi -Siempre soñé tener la vida que usted tiene, siempre quise ser la señora de un hombre importante. Ir a la peluquería y salir de compras a las mejores tiendas, ¡Todo eso yo lo merecía más que nadie! -Da un golpe seco en una pequeña mesa que se hace añicos debido a su deterioro. Parece no haber sido usada en mucho tiempo. Años, quizá. Joder, ¿Dónde estoy?

-Puedes casarte con quien desees. Hay muchos hombres ricos en Seattle y...

-¡Cállate! -Grita y se voltea para mirarme. Sus ojos chispean de ira y temo que en cualquier momento salte sobre mi cuello -Toda mi vida cuidé mi apariencia por si me encontraba al hombre de mis sueños en algún lugar. Varias veces me topé con Christian Grey, con Mack Tchoe y Kash Mc's. Los tres hombres más ricos de Seattle, pero jamás ninguno reparó en mí. Primero, Kash contrajo matrimonio con Luna Cassidy, luego Mack se casó con Eva López, y al final el soltero más cotizado y codiciado de Seattle, el gran Christian Grey ¡Se casó! Y con una mujer que nadie conocía. Al menos Luna y Eva son empresarias de renombre, pero ¿Usted de dónde salió? ¿Qué hizo para conquistar a un hombre como Christian Grey?

-Yo... -Titubeo, no sé qué decir. No sé cómo me gané el amor de un hombre tan maravilloso como mi hermoso esposo.

-¡Sexo! -Chilla y ríe secamente. Me sonrojo escandalosamente y agacho la mirada -Lo conquistó metiéndose en su cama, que lista, Sra. Grey.

-No es así... -De pronto todo a nuestro alrededor se vuelve un caos. Hay polvo por todos lados y miro horrorizada como el techo comienza a ceder y caer sobre nosotras. Ella corre fuera de la habitación y yo intento ponerme de pie, pero es inútil.

-¡Ana! -Christian. La voz de Christian.

-¡Aquí estoy! -Grito con todas mis fuerzas. Mi amor está aquí. Suspiro aliviada a pesar de lo que sucede a mi alrededor. Si Christian está aquí, me mantendrá a salvo.

-Nena. -La puerta se abre y observo la consternación y el terror en su rostro. En dos zancadas está frente a mí y me envuelve entre sus brazos. Corre fuera de ese horrible lugar y me introduce en su R8. Sonrío y comienzo a toser fuertemente debido al polvo que inhale allí dentro.

Veo todo desplomarse y agradezco que Christian apareciera en el momento correcto. Mi hermoso esposo me salvó la vida. Otra vez.

-Ana, ¿Estás bien? -Se cierne sobre mí y besa castamente mis labios. El contacto es tan dulce y sublime que siento como me relajo instantáneamente -Nena, estaba tan asustado. -Me envuelve con cuidado entre sus brazos y suspiro. Estoy en casa.

-Estoy bien. -Intento acariciar su mejilla, pero recuerdo las cuerdas que permanecen en mis muñecas y tobillos. Christian lo nota y se queda petrificado. Debe pensar que conocen algo sobre su estilo de vida y por eso me hicieron esto.

-Ana... Yo... -Rápidamente deshace los nudos. No me sorprende la facilidad con la cual lo hizo, él tiene mucha experiencia. El pensamiento me desagrada -Esto es mi jodida culpa. -Niega con la cabeza y vuelve a abrazarme. Acaricio su cabello y beso su frente en repetidas ocasiones.

-Christian, no puedes culparte por todo lo que sucede. Vamos a casa y olvidemos que esto sucedió.

-¿Olvidarlo? -Me mira horrorizado -¿Cómo podría olvidar algo como esto? ¡Casi mueres! -Me acerco y vuelvo a besarlo, enredando mis manos en su cabello y suspirando de dicha. Ahora todo está bien.

-No me sucedió nada. Esto no es tu culpa, esa mujer está resentida con todas las personas con dinero. -Niego con la cabeza al pensar en ella, es increíble lo que las personas son capaces de hacer por unos cuántos dólares y hacer sufrir a personas que nada tienen que ver con sus desgracias personales.

-Vamos a casa. -Susurra. Sé que intenta evadir el tema y por ahora creo que es lo mejor.

* * * *

Río a carcajadas al ver el rostro contrariado de Christian luego de que Ted orinara sobre él mientras le cambiaba el pañal.

-¿Le parece gracioso, Sra. Grey? -Murmura con una mueca divertida.

-Mucho, Sr. Grey. -Termino de colocar el pañal de Phoebe para luego ponerle su pijama de princesas.

-Sr. Grey. -Taylor toca a la puerta y su rostro nos hace saber que algo va mal. ¿Escaparon mis raptores?

Cincuenta Secretos©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora