Decisiones

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CHRISTIAN POV.

Mi mundo se detiene. Luego de todo lo que hemos dicho y hecho el día de hoy pensé que Anastasia aceptaría volver a mi vida. ¿Por qué mierda no acepta?

Me abandonó porque sintió pánico de mi reacción acerca de su embarazo, pero conocí a mis hijos y ya sé toda la verdad. ¿Qué le impide que seamos una familia?

Veo como las lágrimas comienzan a abandonar sus hermosos ojos azules, quiero besarla y decirle que todo está bien, pero no puedo moverme.

-Ven con mami. -Dice y extiende su brazo hacia Theodore. Mi hijo se inclina hacia ella pero yo instintivamente retrocedo.

No sé qué hacer, tengo ganas de golpear algo y sacar todo esto que siento. Camino hacia la puerta y salgo dando un portazo con Ted llorando en mis brazos. Lo acomodo en su asiento y ocupo mi lugar como conductor.

ANASTASIA POV.

Christian acaba de irse, creo que acabo se destrozarlo por completo. Lo único que he hecho desde que lo conozco es hacerlo sufrir y perder su amado control.

Esto es demasiado repentino, acabamos de reencontrarnos, ahora yo vivo en Nueva York, tenemos dos hijos, yo no soy la misma de antes y sé que él tampoco, simplemente no podemos fingir que nada sucedió entre nosotros.

Me llenó de ilusión su propuesta, una parte de mí que estuvo ausente durante mucho tiempo despertó y me animaba a decirle que sí, que no había nada que deseara más que volver a Seattle con él. Pero a pesar de eso no me siento preparada para volver a Escala como la esposa de Christian y madre de sus dos hijos.

Me estremezco al pensar en lo que Grace, Carrick, Elliot y Mía deben pensar de mí. Seguramente me odian por abandonar a Christian y luego a Theodore, tampoco estoy preparada para enfrentarme a ellos y decirles que oculté la existencia de Phoebe.

Siento a mi pequeña removerse en mis brazos y le acaricio el cabello, debe presentir que algo no está bien.

-Shhhh, tranquila princesa. -Beso su mejilla y mi bebé ríe, es tan preciosa. Observa a su alrededor y luego fija su mirada en mí y puedo jurar que está haciendo pucheros -¿Buscas a papi? -Ella sonríe -¿Quieres que venga papi? -Le hago cosquillas y su carcajada es la cura temporal para mi corazón roto -Él vendrá pronto. -Me levanto para llevar a Phoebe a su habitación y dejarla en su cuna, necesito estar sola.

Se queja apenas salgo de su campo de visión y para calmarla enciendo su móvil de mariposas, ella como de costumbre comienza a sonreír y patalear.

Voy a la sala y me dejo caer en el sofá mientras lloro desconsoladamente. Una vez más yo misma soy la culpable de infligirme dolor. Podría haberle dicho a Christian que sí y en este momento probablemente estaríamos haciendo el amor y me sentiría plena y feliz. Pero en cambio estoy sola, llorando y sin saber dónde están mi cincuenta y mi hijo.

¿Regresarán a Seattle? Un dolor agudo se instala dentro de mi pecho y descarto esa posibilidad. Quizá Christian necesite tiempo para pensar un poco, al igual que yo. Él no puede irse, no quiero estar lejos de él.

Pero aún así rechazaste su propuesta, espeta mi subconsciente, no puedo molestarme por ese indeseado comentario, ya que es la verdad.

Amo a Christian y quiero que mis hijos tengan a su padre presente en sus vidas, además no quiero que Ted y Phoebe vivan separados, como tampoco deseo vivir aquí sabiendo que el hombre al que amo está solo, lejos de mí.

Luego de volver a hacer el amor con él nunca podré volver a dormir en mi cama sin desear estar entre sus brazos. Mis labios no volverán a ser los mismos luego de haber recibido sus abrasadores besos, mis dedos no serán capaces de olvidar lo que se sintió volver a recorrer su piel.

Cincuenta Secretos©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora