Elígeme a mí [Giyux?]

VII

Paso lo que tenía que pasar, Shinobu confronto a su hermana, sin rodeos se discutieron, gritaron y no se hablaron por el resto del día.

- Nee-san, Giyuu te admira mucho y eres una preciada amiga para el, pero yo y el.. si nos lo propusiéramos... Quizás podríamos ser más que novios - Bajando la mirada Shinobu recordó el día anterior.

- ¡Maldita Gata rompehogares!, Te aprovechaste de los deseos más primitivos del hombre solo para tenerlo comiendo de tus labios - Exaltada Kanae reclamo.

- ¡No lo digas así! Te lo advierto nee-san, el y yo tenemos una relación, te quiero mucho pero no permitiré que le sigas coqueteando a Giyuu -

- Bueno está bien, pero, que tal si mejor él decide, total tu lo has dicho, soy su preciada amiga, veamos a quien le hará caso, yo lo invitaré al parque a comer y tu invitalo a donde quieras, veamos a qué lugar llega -

- Aceptó el reto, solo no te pongas triste cuando el me elija a mí - sonriendo Shinobu acepto.

Kanae y Shinobu, las dos hermanas se dispusieron a invitar a Giyuu a salir esa tarde, Kanae llevando la ventaja debido a que se encuentra en la misma clase que el, fue la primera en invitarlo a comer a la cafetería del parque en la tarde.

Shinobu corría para lanzarse a la espalda de Giyuu, abrazando su cuello y aferrandose a él como si de la vida misma se tratara.

- Giyuu-Kun, esta tarde quiero que me invites al cine - susurró en su oído - te espero en la plaza a las 5 pm -

Bajando sin antes darle un beso en su mejilla ella volvió a correr escapando de el, quien a la vez tocaba su mejilla al sentir el calor dejado por sus labios, dibujando en el una sonrisa.

La escuela había terminado, y el pobre Giyuu se encontraba en un dilema, su mejor amiga y compañera lo había invitado a comer y la chica que a él le gusta también lo invito a ir al cine juntos, mientras jalaba de su cabello para saber con quién debería ir, Kanae siempre estaba hay para el y el no quería quedar mal con ella, pero por otro lado, Shinobu la chica linda con la que mantenía una relación en secreto la cuál quería aprovechar cualquier momento para estar a su lado.

Tomando una lucha para poder refrescar sus ideas mientras decidía a quien elegir, sin notar que el se arregló de la mejor manera posible para salir, llevando consigo un suéter para el frío de la sala.

Bajando a la sala donde su abuelo, el tomo su teléfono para cancelar la salida con Kanae, su abuelo al notar lo bien arreglado que estaba su nieto pregunto por el.

- Giyuu, ¿saldrás con alguna chica está tarde? -

- Ah si abuelo, iré al cine con una chica -

- ¿Cine? - el señor Urokodaki tallaba su barbilla - ah, así es como le dicen los jóvenes hoy en día. Bueno Giyuu estoy muy feliz por ti hijo, pero sabes, creo que eres muy joven todavía para darme bisnietos -

- ¡Abuelo! - incómodo grito - no vamos hacer ese tipo de cosas -

- Bueno, está bien, suerte hijo -

Giyuu apenas salía cuando el teléfono de casa sonó, su abuelo contestando la llamada y respondiendo alterado por la noticia.

- ¡Giyuu! Las llaves del auto rápido, Tsutako se puso mal, debo ir rápido al hospital -

Giyuu sin pensarlo dos veces se subió con su abuelo en el auto para ver a su hermana.

Llegando, les notificaron que ella había comenzado a tener un infarto debido a la mala circulación de sangre y oxígeno en su cuerpo, los doctores con pocas esperanzas solo le decían a la familia que lo mejor era desconectarla, que terminarán con el sufrimiento de la joven. Giyuu rompía en lágrimas, tener que dejar ir a la única familia que le quedaba, decidir si  debía acabar con su vida ó esperar por otro tiempo, la vida de su amada hermana estaba en sus manos.

Su abuelo lo abrazaba, debían calmarse  para tomar la mejor decisión posible, tras volver la calma a el, necesitaba ayuda para poder derramar sus lágrimas, consuelo y Palabras de ánimo, como anillo al dedo un mensaje llegó, habían pasado dos horas desde la hora acordada con Shinobu, su corazón latía al ver un mensaje de ella, pero al leerlo se hago más en su dolor.

- Te odió Tomioka
No quiero volverte a ver nunca -

Sin saber lo que ocurría, impulsada por sus celos, al creer que Giyuu prefirió salir con su hermana que estar con ella, sola tomo un taxi para regresar a casa, amargamente se encerró en su habitación para plañir sin cesar, no imaginaba que su actos terminarían de lastimar a la persona que más amaba.

Para ella estaba claro, su hermana menor le había ganado la batalla, caminando de regreso a casa, no dejaba de pensar que su amigo la dejo plantada, sabiendo que el es una persona muy responsable y siempre avisa para cancelar.

- ¿Será que Shinobu ya le prohibió que hable conmigo? - Pensó.

Sin dudarlo le mando un mensaje, era una chica dulce que siempre sonreía a la vida, nunca pensó que sus palabras tuvieran un gran efecto en ese momento.

- Giyuu, está todo bien?
Te estuve esperando pero no llegaste, márcame cuando puedas si -

El azabache ahogado en sus problemas callendo cada vez más a ese oscuro abismo de dolor dónde  Kanae lo salvó en ese momento, fue un brazo fuerte que lo tomo y jaló de el, evitando que sumergiera en la profunda oscuridad.

Con una voz muy débil Giyuu le contó lo ocurrido a Kanae que rápidamente llegó a su encuentro, las palabras sobraban al encontrarse, Kanae llegó frente a el quien con lágrimas en los ojos tomo de su rostro para abrazarlo con su vientre.

En ese instante ella fue un refugio, no sé aparto de su lado durante todo ese tiempo, tomando su mano donde entrelazaban sus dedos Kanae tomaba de el, su cuerpo tan frío por el cual ella lo abrazaba.

- Siempre estaré para tí -

Expresando su apoyo a él, Giyuu inclino su cabeza en su hombro, ella acariciaba sus mejillas que poco a poco recuperaban su calor, tomando de el ella se acercaba más y como los ríos guiados al mar sus labios se sellaron un beso.

Olvidando el reto con su hermana, lo único que importaba en ese momento era el bienestar de el, el poder acompañarlo en su dolor.

Había pasado ya más de media noche, el señor Urokodaki decidió ver cómo la salud de Tsutako seguia por seis meses más.

Trasladando a la joven a su hogar, dónde la menor de las Kocho observaba su llegada desde la ventana, logrando ver cómo su amado se despedía con amor de su hermana. Entrando por la puerta y subiendo a su habitación se encontró con ella.

- Sabes Kanae, te odió - furiosa apretando sus puños - No sabes, los odio a los dos -

- Niña, aquí a la única que deberías odiar es a ti misma - sería y molesta contesto - sabes el quería ayuda, su hermana empeoró y la persona que el más quería ese momento lo mando al diablo con un mensaje -

- Espera que? - confundida se estaba dando cuenta de su error.

- Claro pero la pequeña Shinobu, como siempre su inseguridad y su impulso le ganó antes de pensar que le pudo haber ocurrido algo a su amado, y si, era tuyo y lo dejaste ir -

- No, si me equivoqué, pero debo hablar con el -

- Lo siento, pensó que contaba contigo pero no es haci, ahora yo te advierto a tí, le vuelves a hacer daño y yo te mató -

Shinobu regreso a su habitación, lloraba amargamente por lo que había hecho.

- Estúpida, idiota, imbécil - se decía.

Recordando la promesa de siempre estar a su lado, dándose cuenta que le había fallado.