XII

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Tomioka

Si algo me encanta de ella era su aroma, tenerla entre mis brazos es como oler un ramo de flores, y como cualquier bella flor te puede cortar y mis labios lo habían entendido.

Poco a poco se me caía de los brazos y mis manos dejaban de sentir su falda para acariciar sus piernas, ¿será esto el cielo?, tan suaves, tan hermosas, me gustan, no, creo que las amo.

- Perdona - decía alejando sus labios de el.

- De que Shinobu - no sabía que decir, estaba hipnotizado por el momento.

- Tu boca, tus labios están rojos - decía preocupada.

- Si te sientes culpable podrías dejarme hacerte algo similar -

Con un hermoso sonrojo ella acepto, pero no quería que fuera en boca para ser tan obvio, dejándola en el suelo ella comenzó a desabrochar su camisa con un botón que se quitó mi corazón comenzó a latir más rápido al ver su escote.

- Aquí, en el hombro - decía cerrando sus ojos.

- Shinobu, si no quieres está bien, no quiero obligarte hacer algo que no quieras - decía acariciando su mejilla.

- Si, si quiero, es solo que.... Tengo miedo Giyuu, si dolerá o no - apretaba las manos y sus ojos de los nervios.

Descubriendo un poco más su hombro lo bese, mi piel se erizaba y mientras ella temblaba, la tome de las manos y la senté en mis piernas, los dos en el piso, ¿Cómo fue que terminamos así? Mientras estaba sentada arriba de mi me era imposible controlar abajo y lo peor es que ella lo notaba, cada que mi miembro tocaba enmedio de sus piernas podía escuchar sus respirar más ajustada, podía sentir su cuerpo tambalear más y así fue como la tomé y la abrase para dejarle una marca en su hombro con mi boca, mi cuerpo me pedía más y metí mis manos bajo su camisa, sentir sus caderas.

- Giyuu que haces - gemía más.

- No, no lo sé -

Claro que se lo que hago, pero no lo hacía con malicia, lo hacía porque ella también lo disfrutaba, los dos amamos estar juntos y pase lo que pase ella provoca todo estás mar de emociones en mí. Mis sentir su escote y pasar mis manos abajo de el, pero ella comenzó a dominar cuando movia sus caderas, frotaba sus bragas contra mi miembro que se observaba en mi pantalón, ahora ella me hacía temblar a mi y respirar profundo, volví a besarla y al mismo tiempo metí las manos bajo su escote para tocar sus senos, quería volverla a hacer gemir otra vez.

Los acariciaba, son tan suaves que quisiera morderlos, pero entre más caricia les daba ella más se movía arriba de mí, sentía que explotaría abajo, todo ese placer que sentía me llevo a apretar de ellos.

- Con cariño Giyuu, todavía crecerán más - entre sus gemidos su expresión era más placer que dolor.

- Shino-bu, esque esto me-me - no sabía que decir - te amo Shinobu.

- Yo, yo también Giyuu -

Con esas pequeñas pero significantes palabras para nosotros reaccionamos en qué estamos haciendo.

Primero, estamos en la escuela
Segundo, estoy engañando a alguien
Tercero, nos hicimos marcas visibles para mí.

Si continuamos así, nos descubrirán aquí en el salón y será peor para ella sufrir una humillación así, cobre la cordura y levanté de su hermoso cuerpo, la quise ayudar a arreglar su camisa pero ella se negó.

En cambio por alguna razón ella si me forzó a qué me dejara componer mi ropa.

- Giyuu-San, antes de que quieras hacer algo extremo primero debemos hablar -

- Pero, que quieres decir, por favor Shinobu no me digas que no o algo peor -

- No es eso, la hora del receso terminara, por favor vete antes de que alguien nos vea, está noche hablamos si, solo no desesperes -

Sus palabras, tan de ella de ser directa e impulsiva para hablar, me dolían aunque se que no por que este molesta, así es ella y aún así son detalles que amo de su persona.

- Está bien, esperaré tus mensajes está noche -

- Si es posible sal por la ventana - reía diciendo eso.

- Está bien Shinobu, nos vemos adiós - saltaba.

- No, idiota era una broma - corriendo a la venta, ella se preocupo.

Shinobu

Y se marchó, si le pasaba algo me muero, pero gracias debo pedir que solo es un tonto, pero aún así aunque esa sea su personalidad se que hace todas esas cosas por mí, lo amo así como es.

Corría bajando por un tubo pegado a la pared fuera de mi salón y le agradecía a Dios que no se mató al caer, pero cuando volteo Romeo a verme para despedirse de mi y caminado en reversa para aventarme un beso no se percató y tropezó cayendo en el suelo.

- Hay Tomioka, te amo - reía y suspiraba a la vez.

Podrás ser un tonto, pero así te amo.

Elígeme a mí [Giyux?]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora