Ari le estaba explicando a su sobrino, como jugar ping pong, ya que este, jamás lo había jugado en su vida.
- Solo se trata de concentración.
- Entiendo.
- Tampoco hay que golpearla tan fuerte, para que no se vaya muy lejos.
- Ok.
- ¿Empezamos a jugar?
- ¡Sí!
Estaban jugando de lo más bien, hasta que Ari, golpea demasiado fuerte la pelota con la raqueta, y le llegá en toda la cara a Haru, quien por el dolor empieza a llorar. Y como la pelota le había dado en la nariz, le comenzó a sangrar.
- Oh no.- Ari llevó a Haru adentro, donde estaban su hermano, su cuñado y sus padres, para ponerle hielo.
Los cuatro estaban hablando en la cocina, hasta que ven a Haru llorando.
- ¿¡Ari, qué pasó?!- Preguntó Sparta acercándose a Haru para ver si no le había pasado nada grave.
- Estábamos jugando ping pong, y pasé a golpear la pelota muy fuerte, y le dio en toda la cara.
- Aquí está el hielo.- Raptor había sacado un cubo de hielo del refri y lo había envuelto en toalla nova, para que no se congelaran las manos, o se derritiera en ellas.
- Gracias, Raptor.- Sparta le puso el hielo a Haru en donde le había golpeado la pelota, y Raptor después le ayudó a que dejase de sangrarle la nariz.
- Suerte que no fue tan grave.- Dijo el papá de Sparta.
- Ari, querida, tu sabes jugar ping pong, ¿Cómo golpeaste tan fuerte la pelota?
- Perdón mamá, fue por accidente, y perdón Haru, no quería golpearte.
- Está bien, no hay problema.- Dijo Haru sosteniendo el hielo.
- Primer día, y ya le ocurre algo.- Se lamentó Sparta.
- Bueno, pero este accidente, no quita el trato de que yo seré su niñera.- Dijo Ari.
- ¡Esto debe ser una broma!
Haru estaba viendo por la ventana, cuando vio un ave volar y aterrizar en los cactus.
- Emm...- Fue lo único que dijo, mientras le jalaba un poco el brazo a Raptor.
- ¿Qué sucede Haru?- Dicho eso, Sparta le prestó también atención.
- Un pájaro acaba de aterrizar en los cactus, cruzó la cerca y aterrizó.
- ¿Un pájaro?- Preguntó Sparta con una voz, algo tenebrosa.
- ¡Oh no!- Dijeron los padres, la hermana y el novio de Sparta.
- Ahora si que no sale vivo.
- ¿Qué está pasando?-Preguntó el más pequeño, ya que no tenía ni idea de lo que pasaba.
- No es nada, solo lo más probable es que Sparta le tire lagartijas a la vecina.
- ¿¡Lagartija?!- Dijo para después refugiarse tras Raptor.
- ¿Qué pasa Haru?
- E-es que les tengo miedo.
- Tranquilo, que a mi igual me asustan.
Sparta fue directamente a buscar el pájaro de su queridísima vecina, lo tomó, y se lo llevó directo a la casa de la persona a la que más odiaba.
- Hola vecino, ¿Qué le trae por aquí?
- Vengo a devolverle esto.- (A ver vieja bruja, si tu maldita ave vuelve a aterrizar sobre mis cactus, le juro que no sale viva de ahí)
- Oh, Gracias vecino, por traerme a Romeo.
- De nada.- (Que Romeo vuelva y no lo vez más, por puta)
- Adiós vecino.
- Adiós.- (Adiós puta prostituta, zorra y vieja)
Cuando volvió a casa, Raptor fue el primero que le dijo.
- No le tires las lagartija Sparta, te lo pido, no le enseñes eso a Haru.
- Tranquilo, que no lo haré.- (Mientras que Haru este despierto)
- Que alivio.- Suspiro la mamá de Sparta.-Bueno hijo, nos vemos, adiós Raptor, y adiós Haru.- Dijo dándole un abrazo al último.