- ¿Qué te dije?
- Que entrabas tu a la oficina de la directora.
- ¿Y qué hiciste?
- Entre yo, porque tu estabas demasiado enojado.
- ¿Y qué hizo ella?
- Me coqueteo y casi se sienta en mis piernas.
- ¡Esa última parte no me la dijiste! pero ¿Inscribiste a Haru?
- Obvio que sí.
- ¿Y quién va a ser su profesora tutora?
- La profesora que más odias.
- ¡¡La profesora de matemáticas que me hizo todo imposible!! ¡Y como la directora nos hizo ir donde ella a conocerla, sabe que es nuestro hijo, y a él le va a tocar el colegio imposible!
- Tranquilizate, quizás sea mejor con los niños más chicos.
- Esa vieja era un ogro, hasta con los pequeños.
- ¿Y tu como sabes que con los más chicos ers un ogro?
- Igual era mi profesora, lo ha sido desde que entre al colegio.
- Es decir que tendremos que hacer tarea hasta las 2 am, pero pudo haber sido peor.
- Le ha tocado con el 80% de profesores de primaria que me hicieron imposible esos cursos.
- Sabes, tendremos que comprar bastante café para hacer tantas tareas.
- Suerte que la directora será cambiada en unos meses.
- Bueno, y si mejor te sientas y te traigo un café o un té.
- No, dijiste que cuando llegáramos a la casa me darías un beso.
Raptor le dio un beso a su pequeño uke.- Luego te doy más besos si quieres, pero ahora tranquilizate para que podamos ir a buscar a Haru a casa de tu mamá.
- Está bien, pero ¿Manejo yo?
- No, si ves a algún ex profesor tuyo lo atropellas, así que no.
- No a todos mis exs profesores, hay algunos que me caían bastante bien, como la profesora de lenguaje de Haru, ella es muy amable.
- Bueno, una amenaza menos, pero vamos por Haru mejor.
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- ¡¡Mamá!! ¡¡Papá!!- Dijo Haru corriendo a abrazarlos cuando entraron por la puerta.
- Hola cariño.- Dijo Sparta.- ¿Listo para irnos?
- ¿Por qué no mejor se quedan a almorzar aquí, hijo?
- No lo sé, mamá, no queremos molestar.
- Agh, no es molestia que mi hijo, su pareja y mi nieto se queden a almorzar, además hay bastante comida como para que se queden.
- Está bien mamá, pero luego si o si nos tenemos que ir.
- Por mi bien, la mesa ya está puesta, lávense las manos y siéntense.
- Mami, ¿Más tarde jugarían conmigo a los autitos?
- Claro, cariño, pero primero tenemos que comprarte algunas cosas del colegio, así que después jugaremos.
- De acuerdo.
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- Por el uniforme vamos una o dos semanas antes de que sea el primer día del colegio, porque aún falta un mes, y puede que se pegue un estironcito.