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Capitulo 5

Tras habernos mudado a casa de nuestros abuelos maternos cada día iban sucediendo una serie de problemas pero realmente no nos afectaban mucho ya que estábamos muy tranquilas y relajadas de todo allí.

Nuestro padre no le presto mucha atención al hecho de que estuviéramos viviendo en otra casa, aunque aun mi hermana Andrea tenia que ir todos los días después de llegar de la escuela a cocinarle para que el tuviera algo de comer o simplemente cuando mi abuela veía que Andrea estaba muy cansada y que no era su obligación hacerlo simplemente mi abuela le sacaba un plato de comida para el a escondidas de mi abuelo. Mi abuelo nunca estuvo de acuerdo con nada. Tenia un fuerte rencor hacia el por ser el mal padre que siempre a sido desde mucho antes que mi madre muriera.

Desde ese entonces nuestros abuelos velan por nosotras y nunca nos falto ni un plato de comida. Desde pequeña una vecina me cuidaba siempre le llamaba abuelita y ella también a velado mucho por nosotras, nos a ayudado y cuidado desde que tengo memoria.

Es increíble como puede cambiarte la vida en un abrir y cerrar de ojos. Realmente al ser la mas pequeña, la nena de papi, extrañaba muchísimo lo que era tener una familia completa, y bueno si extrañaba a mi padre bastante. Creo que para ese entonces era una niña demasiado inocente no me daba cuenta de la gravedad de algunas situaciones pero nunca me ocultaron nada. Y creo que eso me hizo un bien y un mal.

Me tuve que hacer fuerte a muy temprana edad pero por otro lado todo esto me hizo ver las cosas de una manera distinta a lo que creo que los demás niños verían situaciones como estas.

Luego de que se calmaran las cosas un poco sucedió lo inevitable, mi padre ya tenia una nueva mujer. Una horrible mujer que trataba de comprarnos con palabras bonitas y regalos. Tan fea como la madrastra de cenicienta, creo que para ese entonces así la veíamos nosotras, como la odiosa mujer que llego para llevarse a nuestro padre por completo. Y bueno mi padre no tenia problema con eso, el encantado.

Hubieron muchos rumores antes de que mi padre nos la presentara formalmente. Se decía que ellos estaban juntos desde mucho antes del fallecimiento de mi madre. Pero para ese tiempo era muy inocente para darme cuenta de la clase hombre que era mi padre.

Tal vez mi madre tenia conocimiento de esto pero no quería quitarles el derecho a sus hijas de crecer cerca de un padre o tal ves tenia miedo de aceptar la realidad.

Mis hermanas siempre pensaban que mi madre sufría de abuso por parte de nuestro padre. Hubieron ocasiones en que lo vimos a el agarrarla por el cuello simplemente para que hiciera lo que el deseaba pero yo veía eso como una broma que mi padre le estaba haciendo a mi madre. Nunca vi a mi padre darle a mi madre una muestra de cariño, tal vez un beso, una caricia o algo tan simple como un intercambio de miradas que refleje mucho mas que aprecio. Esas creo que eran cosas simples que a el no le costaban nada y que le daría a mi madre una luz distinta en los ojos, una razón para sonreír.

Pero las cosas no fueron tal vez como nosotras las deseábamos. Mi vida no era un cuento de hadas aunque así lo pareciera. Cada historia siempre tenia su parte triste pero al final todos vivían felices para siempre pero lamentablemente eso no fue así ya que mi historia no a tenido un felices para siempre.

Todas las personas siempre nos molestaban con nuestra madrastra. Cosa que a todas nos hacia enfurecer ya que aunque las madrastras fueran malvadas y despreciables no tenia derecho siquiera a tener el titulo de madrastra.

Ella era una mujer de estatura media, delgada, cabello negro greñudo y algunas canas. Vestía casi siempre con pantalones pegados marcando la chumbera y blusa de manguillo poniendo al descubierto sus enormes senos. Vestía vulgarmente y ademas de eso era de las mujeres que siempre andaban en tacos. Para mi siempre fue lo mas parecido a las brujas malvadas de los cuentos, porque no llega ni a madrastra de cuentos fisicamente.