- Arriba, Rowan- dijo mi madre intentando sacarme de la cama, pero yo no quería. Era muy temprano, y tenía sueño. La cama está muy buena por la madrugada, no quiero levantarme-
- Un poco más- le pedí medio adormilada-
- No, llegaré tarde mi primer día- no le dije nada- Ok, muy bien- sonreí cuando se fue de mi habitación, así que volví a cerrar los ojos. Volvió a subir al rato, la escuché, y agua helada cayó sobre mí-
- ¡Mamá, me has empapado!- dije levantándome rápidamente mirando mi pijama-
- Arriba- empezó a reír, igual que yo. Ambas desayunamos, eché ese pijama a lavar, y me fui a dar una ducha. Me puse unos pantalones cortos, hacia calor, y una camiseta de tirantes negra. Unas converse, me maquillé un poco con mi sombra de ojos, y salimos- Cariño, son algo mayores que tú. Si no te sientes cómoda, te vienes conmigo-
- ¿Cuántos años tienen?-
- Dos tienen diecisiete, otro dieciocho, y otro veinte- me miró- Tranquila, no te pasará nada-
- Ya, ya- pero iba muy nerviosa. Nunca me he juntado con chicos mayores que yo, y claro, sabiendo cómo están los hormonas. Llegamos a un tipo de agencia, y ambas entramos- ¿Son simpáticos?-
- Supongo. No los conozco aún, pero sé cómo seguir su carrera musical- sonrió, y el ascensor paró- Prepárate-
- Vale- tragué saliva, y recé por si acaso-
- ¿Se puede, chicos?- mi madre abrió una de las puertas del pasillo, y varias voces masculinas se escucharon- Gracias. Bueno, soy Catherine, y soy vuestra manager. David me dejó todo claro, y voy a guiaros a partir de ahora-
- Bienvenida- me atreví a acercarme a la puerta, ni madre me miró-
- Ella es mi hija, Rowan- dijo cogiéndome de la mano, y yo sonreí con nerviosismo- Dejo que os conozcáis, ahora vuelvo- mi madre salió, grave error-
- Soy Gustav- habló uno regordete y muy adorable, parecía Winnie the Pooh- Es un placer conocerte, Rowan-
- Hola, igualmente- estrechamos las manos, y me senté en el sillón de delante de ellos-
- Yo soy Georg- miré a un melenas castañas claras y ojos verdes claros, muy claros-
- Un placer- le sonreí-
- Nosotros somos los Kaulitz- habló el rastas- Yo soy Tom-
- Y yo Bill- miré a Bill, creí que era una mujer plana. Pero, se nota que es un hombre por sus manos, ahora que me fijo. Y me fui a su rostro. Dios, me sentí tan intimidada que me sonrojé-
- Me alegro de conocerte- dijo Tom, y sonrió. Les estreché las manos también, y les estuve contando sobre por qué vine a Alemania-
- Entonces, ¿por qué fue en realidad? ¿Por el nuevo trabajo de tu madre, o, por la separación con tu padre?- preguntó Bill mirándome. Joder, esa jodida mirada-
- Creo que por ambas razones. Sólo espero ser feliz aquí-
- Podríamos ser amigos- dijo Gustav- Somos de la misma quinta-
- Yo no- dijo Georg riéndose- Ya pasé a mi segunda década-
- Da igual. Quiero ser amiga de todos vosotros, da igual la edad que tengáis. Yo tengo dieciséis años-
- ¿Dieciséis?- miré a Bill cuando preguntó-
- Sí, dieciséis. Los cumplí a mediados del año pasado- sonrió-
- Entonces, ya mismo te toca de nuevo- asentí- Te echaba más-
- Gracias- reímos los cinco-
- No, a ver. Es que, así sin conocerte, y viendo tu cuerpo, cualquiera pensaría lo mismo. No tienes un cuerpo de dieciséis- me noté las mejillas arder, y él rió- Lo siento, no quería incomodarte-
- No, tranquilo- mi madre entró-
- Vamos, chicos. Hay que terminar de grabar para sacar el disco pronto-
- Sí, Catherine- dijo Tom, y los cuatro se levantaron- Vente con nosotros, nos puedes ayudar- dijo Tom sonriéndome- ¿Verdad, Catherine?-
- Mientras no hagáis trastadas, puede ayudar. Ella escribe canciones- me miró-
- Pero, no compares mis canciones con las de unos artistas- le dije avergonzada-
- Pueden ser buenas- dijo Gustav-
- ¿Las tienes ahí?- asentí ante la pregunta de Bill- ¿Me dejarías verlas?-
- Sí- saqué mi libreta, y él la cogió- Hay letras algo cursis, no les hagas caso- rió-
- Me encanta lo cursi- me miró, y me sonrió- A ver- de mientras íbamos al estudio de la agencia, él las fue leyendo, y yo al lado suya esperando una respuesta- Oye, esta me gusta-
- ¿Cuál?- me puse de puntillas para mirar la libreta, y él la señaló-
- Humanoid- sonrió- Para el próximo disco la tendré en cuenta-
- ¡¿Cómo?!- no me lo creí, y él volvió a reír- ¡¿De verdad?!-
- Nunca digo mentiras, no debes desconfiar- terminó la libreta mientras preparaba las cosas con los chicos, y me la devolvió antes de grabar- Me encantan, y no son cursis. Son tiernas, y expresan nuestras frustraciones como jóvenes adolescentes- me miró- Me encantan, va fuera de broma-
- Gracias- sonreí, y cogí la libreta-
- Tienes un gran talento con la letra- me dijo, y me dio una mirada tranquila y seductora antes de irse. Eso me hizo suspirar, pero claro, lo conocía de solo ese día. "Solamente es una atracción" me dije a mí misma, y me senté a verlos de grabar. Ellos se reían, arreglaban los fallos, y se ponían a hacer los tontos. Reí también cuando Tom se puso la caja de la batería de Gustav sobre la cabeza, a Gus le iba a dar un ataque, se puso histérico-
- ¡Rowan!- miré a Georg- ¡Ven, te necesitamos!- miré a mi madre, y ella asintió-
- ¡Voy!- dije sonriendo. Cerré mi libreta, la guardé, y entré al estudio- ¿Qué ocurre, chicos?-
- Tenemos una duda- dijo Gustav- Dale, Bill- Bill le dio a la grabación, y cuando acabó, me miraron los cuatro-
- ¿Qué duda?-
- ¿Bill ha desafinado?- preguntó Tom, a lo que Bill se sonrojó un poco enfadandose- Ooh, no te enfades-
- Cállate- dijo él cortante, y sopló su flequillo-
- Yo lo veo bien- le dije, y miré a Tom. Le volví a dar a la grabación, y todo estaba bien-
- Tom es el único que piensa que Bill desafinó- dijo Gustav-
- Sí. Mi hermanito es muy gracioso, ¿verdad, Tomy?- dijo él con una sonrisa falsa, y le tiró de la oreja a Tom. Eso me hizo reír-
- Bill, tranquilo. Cantas muy bien- le dije- Todo está correcto-
- Y, queríamos ver tus letras- dijo Tom cuando Bill lo soltó-
- Vale- salí del estudio como un rayo veloz, y me volví a meter con la libreta en las manos. Ellos las estuvieron leyendo, de mientras esperé nerviosa-
- Me gustan todas- dijo Tom mirando a los demás-
- Y a mí- dijo Georg sonriendo-
- Esta va directa al futuro álbum- dijo Bill sonriendo, y los miró- El álbum Humanoid, con esta canción-
- Chicos, me alegran el día- reí-
- Deberías de trabajar con nosotros, ayudarnos a escribir las letras- dijo Bill, y me miró- Me encantaría, a veces no consigo estrujar bien mi imaginación-
- Me siento halagada- dije riendo, y él también rió- A mí me encantaría trabajar con artistas-
- Quédate hasta que terminemos, necesitamos hacer un efecto chulo- dijo Tom, y yo asentí- Una segunda voz, intenta imitar a Bill-
- Pero, él tiene mejor voz que yo- le dije-
- Necesitas calentar la voz- me dijo Bill- Los cantantes tenemos que calentar antes de cantar, si no, nos podemos hacer daño en la garganta. Vente, te enseñaré- me llevó a la sala de al lado, y me dio una hoja-
- Es todo el rato un "Aaaaah"- rió-
- Tienes que hacerlo de más grave a más agudo, y luego vuelves a bajar al grave. Con cuidado, no vayas a lastimarte la garganta. Parece difícil, pero, lo consigues- me miró-
- No sé, estoy nerviosa- más que nada por mi madre nos está mirando fijamente-
- Tienes que relajarte. Imagina que eres una medusa, y que flotas por el mar tranquila- dijo sacudiéndose como una medusa, y los dos nos reímos- Así van, no es mentira. Parece que van fumadas-
- ¡Bill!- rió más aún- Como una medusa, como una medusa- dije con los ojos cerrados, y cuando los abrí, él estaba otra vez moviéndose como una medusa- ¡Bill, así no puedo!- dije riendome-
- Lo siento- volvió a reír- Ya serios, venga. Relájate- me relajé como él me dijo, y cogió el papel- Tienes que intentar hacer lo mismo que yo-
- Vale- él subió al agudo y bajó al grave, realmente tenía una gran capacidad. Me gusta su manera de cantar-
- ¿Lo has pillado?- asentí, y él me dio el papel-
- A ver- lo hice, y él sonrió-
- Un poco más de práctica- los dos lo hicimos unas cuantas de veces, y nos miramos cuando ya lo tuve- Muy bien, pequeña. Ven, ayúdame. Estás lista-
- Vale- volvimos al estudio, y me dieron un asiento al lado de Bill con un micro-
- Tienes que decir esto- me dijo Gustav, y yo asentí-
- Está bien- estaba bien indicado, así que no tuve problema. Tuvimos que grabar un par de veces, y nos quedamos con la mejor-
- Al final te salió bien- me dijo sonriendo. Esa sonrisa, esa dulce y hermosa sonrisa. ¡Joder, Rowan! ¡Ya!-
- Hemos terminado por hoy- dijo mi madre, y nos miró- Ha quedado genial-
- Gracias- dijo Georg- Esta pequeñaja ayudó mucho al vocalista- reí cuando me sacudió el cabello-
- Es una artista más- dijo Tom- Nos quedamos con tus canciones-
- No veas- reímos- Bueno, debo de irme yo también- les dije, y les sonreí- Ha sido un placer, espero veros lo más pronto posible- les di un abrazo de despedida, y les sonreí-
- Por supuesto que sí, Rowan- me dijo Bill, y me volvió a dar esa mirada seductora con una sonrisa. Este chico me sacaba de lugar, y solo es una vez la que lo vi. ¡¿Por qué, hormonas?!- Muy pronto-
- Eso espero- le dije, y él se mordió un poco el labio inferior poniéndome nerviosa. Llegamos a casa, y esta vez me entraron ganas de un baño. Llené la bañera de agua caliente, me puse música, y cerré los ojos. Me gustaba relajarme, el agua caliente me encantó desde pequeñita.- ¡No!- grité asustada intentando huir de ese ser, un ser que parecía una sombra oscura con ojos rojos brillantes, y que venía en busca mía.
Me escondí detrás de un árbol, pero acabó encontrándome.
- ¡Déjame, por favor!- le grité llorando, y pataleé intentando darle algún golpe-
- Rowan- habló la criatura, pero no dejó ver su rostro- Rowan, soy yo-
- ¡Déjame vivir!- se acercó a mí, y tan solo pude ver sus ojos. Se habían vuelto completamente negros, y me miraban fijamente. Me encogí más aún, pero esa criatura se agachó delante mía-
- Rowan, cariño- volví a mirar, y seguía con los mismos ojos. Tan sólo podía verle los ojos, no el resto de su cuerpo- Soy yo-
- No sé quién eres ni qué eres-
- Soy yo, siempre lo fui. Rowan, por favor. Soy tu monstruito- mi monstruito....
______________________________________- ¡Joder!- me desperté sobresaltada, y me salí de la bañera. No quise cenar, así que me fui a mi habitación. Me tumbé en la cama, apagué las luces, y cerré los ojos. Escuché un ruido, así que los abrí. No vi nada, y cuando se volvió a escuchar más fuerte, me incorporé. Busqué por mi habitación, y me encontré con esos ojos. Mierda, los ojos rojos de mi sueño, estaban ahora en mi habitación. Se me acercaban, y yo me cubrí hasta la nariz llorando-
- Tu monstruito está aquí, Rowan- me dijo, y sentí que acariciaba mi cabello- No tienes nada que temer- empezó a reír, y esa risa daba miedo-
- ¡NOOOOO!- grité-
- ¡Rowan!- mi madre entró a mi habitación, y esos ojos desaparecieron cuando ella abrió la puerta- Cariño-
- Mamá- encendió las luces, y me miró-
- ¿Qué te pasa, cielo?- se sentó a mi lado consolando mi llanto. Me sentí tan asustada, y con esa risa infernal más. Le estuve explicando todo desde mi sueño hasta ahora, y ella suspiró- Es solo producto de tu imaginación. No existen unos ojos rojos que flotan, cariño- se levantó después de darme un beso en la frente, y se dispuso a salir-
- ¡No!- le dije, y ella me volvió a mirar- Quédate hoy conmigo, por favor. Aunque sea solo hoy. No quiero que esa cosa vuelva-
- Está bien- se acostó a mi lado, y me abrazó- Duerme bien, mi niña. Tu madre siempre te protegerá-
- Gracias- me dormí a los segundos, con ella me sentía más segura que con nadie-¡Bill y sus cosas de demonio!
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Satanás en persona. (Bill Kaulitz-Tokio hotel)
Fanfiction»Sufre un gran cambio en su vida. Ella se muda a Alemania, sus padres se han separado, y su madre no quiere seguir en su país natal. Ambas empiezan una nueva vida, ella es la manager de uno de los grupos que están siendo el puntazo, y su hija no pue...