Cap 31. Hasta que la muerte nos una.

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- Estoy muy nerviosa- me dije a mis amigas de la universidad, entre ellas la novia de Gustav-
- Tranquila, quedarás genial-
- A ver, por favor. Necesito espacio para maquillar- ahí llegaba la loca, el novio de Georg- Hola, cariño-
- Hola, Dylan- sonreí, y nos abrazamos- ¿Cómo estás?-
- Genial. Oye, tranquila, Bill te comerá después- empecé a reír- Te voy a empezar a maquillar-
- Vale- las chicas me peinaban, y él me maquillaba. No somos una pareja normal, desde luego, ambos iríamos de negro. Me regalaron un vestido precioso, largo, negro, con un escote abierto igual que la espalda. Era precioso. Tenía detalles como pequeñas rosas rojas por la cintura, y algunas piedras por los costados. Era una hermosura de vestido. Mis tacones eran negros también-
- Estás muy guapa, Rowan. Le vas a encantar- me dijo Lily, conocida como butterfly-
- Mujer, anda que. ¿A caso no sabes que quien maquilla convierte a los feos en sex simbol?- habló Dylan, y todos nos reímos-
- El vestido, cariño- dijo mi madre, y me levantó de la silla- No puedo creer que te vayas a casar ya-
- Lo sé, yo tampoco- reí, y me lo puse. Me miré al espejo una vez más, y sonreí- Me encanta-
- Deja que te lo abroche- la madre de mi Billy me subió la cremallera de atrás, y me miró también- Estás preciosa-
- Gracias- me miré una última vez, y luego la abracé- Gracias, Simone-
- Gracias a tí, cariño- me respondió con un tono dulce, y sonrió correspondiendo al abrazo- Vamos, una gran boda te espera junto a Billy-
- Sí- sonreí de nuevo, y abracé a las demás- Gracias, chicas. Y gracias, mamá-
- No las des- me acerqué a Dylan, y también lo abracé-
- Enhorabuena por esto, nena. Qué sepas que Dylan siempre te va a cuidar, incluso si se separa de Georg- me dijo él, y sonrió- Disfruta del día de tu boda, cielo, no dejes que nada lo estropee-
- Me emocionas- dije riendo, y él también rió- Allá voy- salí al pasillo con ellos, y justo vi a mi Billy pasar con los chicos de refilón- Uf, madre mía-
- Tranquila- asentí ante lo que dijo Linda, y suspiré tratando de tranquilizar y atar mis nervios. Me monté en el coche una vez estábamos abajo, y fuimos al lugar donde nos uniriamos para siempre-

***
- ¡Hola!- dijo Georg sonriendo, y me abrazó- Que guapa estás-
- Gracias, Georgi- sonreí- ¡Winnie Pooh!-
- Ay, dios mío- dijo riendo, y nos abrazamos- A Bill le va a encantar verte así de feliz, loquilla- reí-
- Eso espero, que le alegre esto. En fin, vamos allá-
- ¡¿Rowan?!- lo miré, y él sonrió-
- Vaya. Hablando del rey de Roma, ¿eh?-
- ¿Eres tú?-
- Claro que sí. ¿Tú estás seguro de que eres tú? Esa es la verdadera pregunta-
- Nena, estás increíble- los dos nos reímos- La señora de las tierras oscuras se casa-
- Lo sé. Con el mejor demonio de la existencia, nene- rió, y los dos nos abrazamos- Te quiero-
- Y yo a tí- me respondió mientras que lo abrazaba más fuerte- Y siempre lo haré-
- Gracias-
- Las que tú tienes- acto seguido me besó- ¿Estás lista?-
- Claro que sí- le dije, y por primera vez me agarré a su brazo en vez de a su mano. La ceremonia fue tan emotiva y tan bonita, y más me emocioné cuando llegó el momento de ponernos los anillos. Me sentí tan feliz  de estar casada con él al fin-
- Que bonito todo, chicos- sus padres aparecieron por detrás nuestra- Felicidades a los dos-
- Muchas gracias, Jörg- le dije sonriendo-
- Hay muy buen ambiente- dijo Simone- Me encanta-
- ¡Hola, tórtolos!- apareció también Georg de un salto- Venid, os tengo que dar mi regalo-
- ¿Te convertiste en Spiderman o qué, Georg?- preguntó Billy riendo- Vaya salto-
- Solamente venid en cuanto terminéis de hablar. Saludos, Jörg y Simone-
- Hola, Georg- respondieron al unísono-
- Bueno, pues eso. Venís-
- Que sí, pesado. Anda, tira con Dylan, no lo dejes solo- Georg rió- Madre mía, está como una cabra-
- Anda que no- le dije riendo también-
- Anda, id que se quite el deseo de daros el regalo-
- Vale- respondió él-
- Nosotros ahora iremos para allá, chicos- nos despedimos de ellos, y nos acercamos a Georg-
- ¡Hola, Georg!- le dije saltando también, como él había aparecido, y rió- Dime, ¿qué pasa?-
- Os queremos dar el regalo- me respondió él-
- Pero primero, relajación- dijo Dylan-
- Vale, vale- dijo mi Billy-
- Abrirlo, venga- los dos abrimos los sobres que nos dieron, y nos miramos-
- Georg, por mi madre- dije sonriendo- Os habéis pasado-
- ¡A las Bahamas!- él me miró- ¡Un viaje de diez días a las Bahamas!-
- ¡Qué fuerte!- los dos nos abrazamos- ¡Gracias, chicos, gracias!- abracé también a la encantadora parejita que nos regaló esto, y ellos rieron. Nos dieron los demás regalos: zapatos, ropa, algo de dinero también, eran geniales e increíbles-
- Tengo hambre- dijo mi Billy, y nos reímos-
- Cómo no. Tú y tu hambre inmortal-
- Ya ves- nos volvimos a reír- Todos están muy contentos-
- Sí. No esperaba esa reacción de mis padres, la verdad- sonrió- Y yo también estoy muy contento-
- Ya somos todos los que hablemos aquí- lo miré-
- ¿Se te puede querer más?- reí, y él me dio un beso- Ya eres mi señora-
- Señorita, joven Bill- le corregí riendo- Vente, ya mismo cenaremos. Podrás saciar tu hambre infernal-
- ¡Bien!- dijo contento mientras sonreía. Nos sentamos, y nuestros padres se sentaron en nuestra mesa. Estuvimos hablando, riendo, y contando antiguas anécdotas-
- Y bueno, chicos- sus padres nos miraron- ¿Habrá familia?-
- ¿Cómo?- saltó mi madre enseguida-
- Que sí habrán pequeños diablillos correteando por casa, si tendréis hijos- me llegué a atragantar con el vino y todo-
- No, todavía no. ¡Deja esas preguntas, papá! ¡Se iba a ahogar!-
- Ya está, estoy bien- lo miré- No esperaba esa pregunta, simplemente eso-
- Lo siento. No era mi intención incomodarte, Rowan- se disculpó el padre-
- No, ni mucho menos, tranquilo. Tan sólo que no había pensado en eso, Jörg- la miré- No te preocupes-
- Yo te tuve a tí al año de casados, cielo- dijo mi madre- Pero, no pude terminar mis estudios por eso. Te aconsejo que lo hagas cuando termines y tengas el trabajo fijo-
- Mamá, estamos recién casados- dije riendo- En fin, dejemos eso por un tiempo. ¿Sabes qué nos han regalado Georg y Dylan?-
- ¿El qué?-
- La luna de miel entera- dijo él, y se terminó el vino-
- ¡Qué guay! ¡¿En serio?!- miramos a Simone- Ya me hubiera gustado a mí-
- Son muy buena gente- dijo él, y sonrió. Miré una de las veces a mi derecha, y allí estaba la criatura menos indicada. No podía creerlo, me quedé en blanco, y él sonrió mientras me miraba-
- Bill, Bill- le di un tirón del brazo, él me miró- Tu hermano está aquí- le dije nerviosa-
- ¿Qué dices? No está invitado, imposible-
- Bill, estos ojos lo han visto. Mira, allí- le señalé el lugar, pero ya no estaba- Pero, si estaba aquí mismo-
- Tranquila, cielo. Él no estará aquí. Podremos tener la noche en paz solo para nosotros, nena- me dijo, y me calmó acariciando mi cabello. La noche siguió, me lo pasé tan bien. Volvería a casarme sin duda alguna-
- Espérame un momento, Billy. Voy al baño-
- Vale. No tardes mucho, nos toca bailar- me dio unos cuantos de besos seguidos, y yo reí-
- No tardaré- entré al baño, y cuando salí de la cabina donde entré, allí estaba él-
- Hola, mi amor- me sonrió, y echó el seguro a la puerta principal-
- Déjame salir-
- No- yo la intentaba abrir, y él la cerraba- Recuerda que eres una demonia que acaba de empezar, yo llevo siglos- sonrió de nuevo- Enhorabuena, en serio. Me encanta que me hayáis invitado-
- Lo siento. No me hagas nada, por favor, tengo a todos fuera-
- No, tranquila. Hoy no- me abrazó, y me empezó a manosear de nuevo- Tan solo quiero tocarte un poco antes de que mi hermano vuelva a aprovecharse de tí esta noche-
- Deja ya esto, Tom. Estoy harta. Y que te quede claro que yo no soy ningún juguete-
- Eh, eh, tranquila. Se te va a ir el maquillaje que te ha hecho Dylan-
- ¿Tú cómo lo sabes?-
- Te observo. Ten, un regalo, qué menos- dejó una canasta de pana sobre el lavabo. Cuando la abrí, me encontré a un niño, con algo menos de un año calculé- ¿Qué pensará mi hermano si se llega a enterar de nuestro bebé?-
- ¿Cómo que nuestro? No, este niño no es mío-
- Es tuyo y mío- volvió a sonreír- ¿No estás feliz, Rowan?-
- ¡Déjame en paz!- le grité, y lo empujé- ¡Ya basta de mierdas!-
- ¡TE ARREPENTIRÁS DE HABERME CABREADO!- empezó a reír mientras se acercaba a mí, y ya no pude aguantar más mis lágrimas. Tenía miedo, mucho, y Billy no estaba esta vez-
- ¡NI SE TE OCURRA VOLVER A TOCARME! ¡YA VALE!-
- ¿Rowan?- escuchamos a mi novio- ¿Estás bien, cariño?-
- Suerte has tenido- me dijo Tom, y desapareció. Cuando la puerta se abrió, me miró-
- ¿Qué haces en el suelo? ¿Y este moraton?- me miré el brazo-
- Es que me caí, Billy-
- Mira que eres torpe- dijo riendo, y me ayudó a levantarme-
- Gracias- lo abracé-
- ¿De verdad que sólo te ha pasado eso?- asentí. Los dos nos pedimos algo más de beber, lo que me hizo olvidar lo de Tom por un rato-
- Vente, Billy. Vamos a bailar- lo cogí de la mano, y los dos estuvimos bailando un rato. Bailé con su madre, con su padre, y con mi madre, igual que él. Lo estaba pasando tan bien- ¡Winnie Pooh!- él me miró, y yo me colgué de él como una niña pequeña- ¿Qué te pasa?-
- Hablando con Linda por teléfono. Se ha puesto mala, y ha tenido que regresar al hotel-
- Oh, vaya-
- ¿Te importa si voy a cuidarla?- negué- Gracias, pequeña. Enhorabuena por la boda, y espero que sigáis así de bien siempre-
- Gracias, Gus. Dale recuerdos a Linda, y cuidaros los dos-
- Nos vemos- nos abrazamos, y él se fue-
- ¿Qué ocurre, mi amor?-
- Tom, déjame- cerré los ojos al sentir que me abrazaba por la espalda-
- Soy yo, tu marido, no Tom- lo miré- Lo has visto de verdad y no me lo quieres decir, ¿cierto?- suspiré- Mira que te he preguntado-
- No te quería arruinar el momento, cielo-
- ¿Lo has vuelto a ver?- negué- ¿Segura?-
- Sí- me volvió a besar-
- ¿Qué le pasaba a Gus?-
- Que Linda se ha puesto mala, y se ha marchado al hotel para cuidarla- sonrió-
- Se quieren tanto-
- Digo, pues igual que yo te quiero a tí- le dije, y sonreí. Nos pegamos unas risas de lo nunca visto, y seguimos bailando hasta que dolieron los pies-
- ¿A dónde vas a dejar los tacones?- me miró riendo-
- Aquí- los puse sobre una silla, y me recogí un poco el vestido- Más comodidad-
- ¿Piensas bailar así conmigo?- asentí- Ahora eres mucho más bajita-
- Ñeñeñeñeñe- me abrazó- Háblame sobre tus futuras intenciones, señor Kaulitz- le dije cuando me besó el cuello, y volvimos a reír-
- Hacerte mi señora, doña López-
- Vaya, vaya. No es mala idea- los dos nos volvimos a reír, y bailamos por un buen rato abrazados. La mejor boda del siglo-

***
- Gracias por venir- dijimos despidiendo a los invitados, pues la discoteca ya cerró- Gracias, Georg-
- A vosotros, muchachos- nos respondió- Dylan, despierta un poco. No puedo contigo- llevaba a Dylan a cuestas, pues estaba borracho y dormido-
- Déjame cinco minutos más, mami- reí-
- Venga, Dylan. Gracias por maquillarme- él abrió los ojos- ¡Hola!-
- Joder, me he asustado y todo- rió- Georg, llévame a la cama. Tengo mucho sueño, niño- se volvió a recostar sobre la espalda de él, y Georg rodó los ojos-
- Voy a acostar al bebé de la familia. Hasta mañana, chicos. Nos vemos para desayunar en el comedor-
- Vale- nosotros fuimos los últimos en irnos- ¿Te lo has pasado bien?-
- Por supuesto que sí, Billy- le dije sonriendo-
- Me alegro, cielo. Yo también- llegamos a la habitación, y ya por fin podía ponerme las zapatillas. Los tacones me matan- Cuidado, que me escalabras con el tacón- reí-
- Estaba harta, no puedo más- me dejé caer en la cama- Tengo un cansancio-
- ¿Te lo quito?- lo miré, y ya estaba gateando cama arriba sobre mí-
- Cuidado, que el gato ataca-
- Soy un león- reí de nuevo- Y tú eres mi presa esta noche-
- Genial- le dije, y él se relamió los labios. Ahora lo besé yo, y me empezó a bajar la cremallera del vestido por detrás. Le desabotoné la camisa, y él me miró-
- Me hice nuevos tatuajes para que mi princesa disfrute más- me dijo sonriendo-
- Me encanta- le dije acariciando su piel ya curada, esta noche me comería su costado-
- Son todos tuyos, entonces- sonrió pícaro, y parece que me quería arrancar la ropa. No lo vi tan bruto hasta ahora. Ese monstruito me devoró del todo, joder, no sabía que tenía ese lado. Y me lo demostró esa noche, la noche de nuestra boda. Seguro que a la mañana siguiente íbamos a parecer unos perezosos con toda la torta de sueño encima-

Palomitas, ventilador, y wattpad ^^

Satanás en persona. (Bill Kaulitz-Tokio hotel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora