Cap 7

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- ¿Bill?- pregunté acercándome a la puerta del baño, que estaba entreabierta. Lo observé, estaba frente al espejo, y estaba hablando solo-
- ¡Controla, tío!- se dijo a sí mismo casi en un susurro, y se miró de nuevo- Controlate, William Kaulitz- William... Así que no me equivoqué en todo este tiempo. Lo seguí mirando, y él se miraba los dientes, que los tenía largos y notables ahora. Sus ojos estaban rojos, y sus uñas crecieron considerablemente- Estás con ella, no puedes dejar que te vea así. Se asustaría- suspiró. Decidí acercarme un poco más, y al hacerlo, la madera del suelo crujió. Él abrió la puerta, y me pilló- Rowan...-
- Bill- lo miré dándole un buen repaso, y era mucho más fuerte que antes- ¿Por qué no me contaste que eras William? Bill, te estuve insistiendo-
- Lo sé- me miró- Lo siento mucho, cielo-
- ¿Por qué no me lo contaste antes?- me acerqué a él-
- Por miedo a que dejes de ser mi amiga-
- Que idiota eres- lo abrace- Miedo ninguno. Además, me gusta saber que mi diablito me corresponde los sentimientos- él sonrió- Pero, dime las cosas cuando te las pregunto, por favor-
- Vale. Lo siento mucho, Rowan.  Te prometo que no volverá a pasar-
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- Hora de despertarse, mi amor- lo escuché, así que abrí los ojos- Levántate, cariño. Te vas de gira-
- ¡William!- dije sonriendo, y me estiré aún medio dormida- Vente- dije haciéndole un hueco a mi lado, y él se acostó- Te he echado de menos-
- Yo también, cielo. Tenía unas cosillas que arreglar por mis tierras- sonrió- Ya estoy de nuevo contigo-
- Sabes- lo miré- ¡Bill y yo nos besamos!-
- ¡¿En serio?!- asentí sonriendo- ¡Genial! ¿Qué dijo?-
- Que le gusta mi manera de besar- él me miró-
- Normal. Tienes una boca que enamora, cielo- reí- ¿Ves? Pero, no quiero que dejes de besarme. Iré contigo de gira, cielo. Aunque, ellos no podrán verme. Tan solo nos veremos en la intimidad de tu habitación-
- Vale- me arreglé con mamá, cogimos nuestras maletas, y fuimos al aeropuerto. Allí estaban ellos, y me bajé del taxi enseguida-
- ¡Hola!- dije contenta de verlos, y los abracé- ¡Mis chicos favoritos! ¡Voy de gira con vosotros!- sonreí-
- ¡Lo sabemos!- me dijo Gustav imitandome, y chillé de la alegría junto a él y a Georg- Estáis como cabras-
- Habló- dijo Tom, y lo abracé también- Bienvenida al grupo-
- Gracias- le dije sonriendo, y miré a Billy. Nos dimos una mirada que solo él y yo podíamos entender, recordando todo lo vivido tardes anteriores juntos, y nos abrazamos también. Soltamos nuestro equipaje, y los dos nos fundimos en un tierno y sincero abrazo-
- Por fin te vuelvo a ver- sonrió-
- Lo sé, Billy- lo miré, y le di un beso en la frente- Tenemos una gran gira por delante-
- Desde luego- me dijo, y sonrió- Ven, te guardé el mejor asiento-
- Gracias- nos subimos al avión, y mi asiento tenía hasta una ventana más grande. Sonreí ante esa vista, y la comodidad del lugar para dos personas-
- Tienes espacio- asentí- Descansa, es de madrugada aún-
- No, espera- lo cogí del brazo- Quédate conmigo, por favor-
- ¿Estás bien?- asentí-
- Sólo quédate- se sentó a mi lado, e inclinó el asiento para mayor comodidad- Gracias-
- No tienes que darlas- me puse de lado dándole la espalda, dormiría un poco más. Vi cómo despegamos de la pista aún de noche, y sonreí. No me lo podía creer, al fin tendría tiempo para estar solo con él, qué alegría- ¿Estás cómoda?- asentí- Bien- noté que se movía, y a los segundos una manta me cubrió-
- Eres muy protector, ¿lo sabías?- rió-
- Protejo a mis menores, y también los cuido- lo vi reflejado en el cristal, y me sonrió- A dormir, que estás que te caes de sueño-
- Ya lo sé- le dije riendo, y él también se acostó- ¿Qué haces?- dije cuando me abrazó-
- ¿Quieres que te suelte?-
- No, da igual. Sólo pregunté porque no lo esperé- me puse tan nerviosa de tenerlo pegado a mi espalda que me dio hipo. Es raro, pero suele pasarme cuando los nervios se me descontrolan-
- Aguanta la respiración siete segundos, ni uno más- me dijo casi en susurro-
- Vale-
- Y relájate, no muerdo- dijo riendo- El corazón te va a mil-
- ¿Cómo lo notas?-
- Porque se nota en tu espalda. Va muy rápido, muy rápido. Confía en mí, no quiero que pienses otra cosa. Sería incapaz, cielo. Me sentiría la peor persona del mundo si te hiciera algo así mientras duermes- dijo abrazándome más fuerte, y suspiró-
- Te quiero- le dije por primera vez, y él rió-
- Yo más. A dormir, enana- y, por primera vez también, recibí un beso en el cuello. No sé si podré sobrevivir esta gira-

***
- ¡No hagáis tanto ruido, la vais a despertar!- lo oí de regañar a los del grupo-
- ¡No grites estando al lado de ella, idiota!- oí a Gustav decir eso- Vaya ideas-
- Patas ya de hacer ruido- volvió a hablar Bill-
- Ya está bien, chicos- dijo Georg- Parecen niños pequeños- los cuatro rieron, y volví a sentir que Billy me abrazaba-
- Eres mi pequeña adorable- dijo en un minúsculo susurro, y rió- ¿Estás despierta?-
- ¿Por?-
- Volví a notar tu corazón a mil- sonreí- Estos idiotas te han despertado, ¿verdad?- dijo en voz alta, y los otros lo miraron-
- Vaya, hombre. Tú no, que eres quien ha gritado al lado suya, tú no- dijo Tom, y ellos dos rieron-
- No les hagas caso- me volvió a susurrar, y empezó a hacer cariños por mi nuca con la punta de su nariz-
- Bill-
- Te escucho- dijo sin dejar de hacerme cariñitos, y yo reí- Te ha dado un escalofrío-
- Sí. Bueno, a lo que iba. ¿Eres así de cariñoso con todo el mundo?- dejó de hacerme cariñitos, y puso su mejilla pegada a mi omóplato-
- No, cariño. Sólo con quién más quiero-
- ¿Y por qué lo eres conmigo entonces?-
- Porque eres a quien más quiero- me entraron ganas de darle un besazo en todos los morros, me lo comía- Por eso te hago esto- dijo besando mi cuello, y yo sonreí-
- Bill, ya- dije riendo-
- ¿No te gusta? Te doy lo que te guste, princesa- reí más alto aún-
- Para, estoy llena de cosquillas-
- Vale, vale- miré por la ventana, y ya había amanecido- Voy al baño, un segundo-
- Vale- salí de mi cómodo lugar un momento para ir al baño, y una vez dentro, me lavé el rostro. Pasé toda la noche durmiendo con él, y ahora ha cambiado su comportamiento conmigo. Cada día se parece más a William, lo juro. Lo veo en sus ojos, en su forma de mirarme, en su forma de sonreír, en su voz, sus movimientos, su ropa, sus manos, su todo. Y creo que mis teorías son ciertas, aunque él las niegue. Volví a mi lugar para seguir descansando, solo que ahora no me dormí. Aprovechamos que mamá estaba en cabina para darnos cariñitos, lo que me gustó mucho, porque él es muy tierno para eso-
- ¡Buenos días, dormilones!- apareció sonriendo- Vaya... ¿Interrumpí algo?-
- ¡No, no!- dijimos a la vez, y nos reímos-
- Vaya, vaya- rió ella también- Id arreglando esto, ya mismo aterrizamos-
- Vale- le dijo él, y ella se sentó en su asiento- Vamos a ir levantando esto, cielo-
- Sí- entre los dos arreglamos el asiento, y nos sentamos. Estuvimos escuchando música, echándonos fotos, hablando y jugando- Imagina que alguien, yo que sé, te da setenta euros por toda la cara. ¿Qué harías tú?- lo miré-
- Invitarte a cenar- me miró-
- Fuera de broma, bobo- dije riendo-
- Fuera de broma- no aguantaría esta gira sin hacer algo romántico con él-

Satanás en persona. (Bill Kaulitz-Tokio hotel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora