Cap 3

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- ¡DÉJAME YA!- grité de nuevo, y seguí corriendo de esa sombra con ojos rojos. El bosque se acababa en un acantilado, y sin pensarlo salté-
- ¡No, Rowan!- me cogió de la cintura evitando mi caída, y me pegó a su frío cuerpo- ¡Acuérdate de quién era, de cómo era, y de las cosas que hemos pasado juntos!- volví a encontrar sus ojos, que ahora se volvieron negros de nuevo-
- ¿El sol te hace daño?- asintió-
- Más daño me hace perderte- su voz infernal se fue cambiando, y ahora era dulce- Lo siento. Sabes que debería de vivir entre las sombras para no hacerte daño, Rowan-
- No digas eso. Me asustas cuando te transformas de esa manera, pero, tampoco quiero que me abandones- nos abrazamos, pero me sentí segura. Esta vez no tenía miedo de él, al revés, me sentía feliz y agusto- No quiero que te vayas-
- Mi niña, debo hacerlo- suspiramos a la vez-
- No puedes, por favor- nos miramos- Seguiré aguantando estos sustos si hacen falta, pero, no te vayas de mi lado-
- Prometo que te haré feliz, y ya no seré un monstruo como ahora- me dejó ver su boca, sus labios eran perfectos. Su sonrisa era única, y me era familiar. Los dos sellamos ese momento con un beso, y a él se le cambiaron los ojos. Ahora estaban rojos de nuevo, y volvió a gruñir-
- Ssssh, tranquilo- no me separé de él, pero me arañó. Era algo que no podía controlar, y siempre se quería alejar de mí-
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- Rowan- oí mi nombre en un susurro, y abrí los ojos- Rowan, estoy aquí- miré a mi lado encontrándome con los mismos ojos de anoche, sólo que no tuve miedo- Mi amor, estoy contigo- siguió hablando en susurro-
- ¿Quién eres?- noté sus ojos rojos apagarse cuando lo abracé, no sabía muy bien qué abrazaba- Déjate ver, por favor- encendí la luz de la mesita de noche, y él ya no estaba. Sabía que era él por su voz, era de hombre. Apagué la luz, y volvía a estar ahí, con sus ojos ahora negros. La apagué y encendí varias veces, y me entró puro terror-
- No me tengas miedo, mi amor-
- No sé quién ni qué eres- le dije, y noté que me abrazaba- Tengo miedo-
- No, tranquila. No me tengas miedo, pequeña- note su sonrisa en la oscuridad de la habitación- Soy tu monstruito, eso siempre va a ser así-
- Veo que soy importante para tí-
- No sabes cuánto, cariño- noté un beso sobre mi frente- Te quiero con locura-
- Si pudiera, diría lo mismo. Pero, no te dejas ver, am...-
- Soy William-
- ¿William qué?-
- A secas, por favor. Ya lo sabrás algún día, amor. Duérmete, estás muy cansada-
- Sí. Pero, ¿puedo contarte mi día antes? Es como que me asustas con tus ojos rojos, pero, los negros me tranquilizan. Son preciosos cuando los tienes de ese color- volvió a sonreír-
- Tú si que eres preciosa estés como estés. Adelante, cuéntame lo que te dé la gana. Estoy para cuidarte, amarte, y mimarte. En la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte nos separe- me miró- Eres el amor de mi vida-
- Oye, no te conozco. Lo siento, si supiera quien y qué eres- me encogí de hombros- Pero, veo que eres tierno con las chicas-
- Solamente lo soy contigo- noté lo que sería su frente pegándose a la mía- Cuando puedas verme, me mostraré. Mientras tanto no, pequeña- suspiré- No, no te preocupes. Va a ser más pronto de lo que piensas-
- ¿Por qué apareces en mis sueños?-
- Porque tu mente me recuerda, y yo entro directamente en ella. Siempre estuve contigo, cariño. Acuérdate de quién era, de cómo era, y de las cosas que hemos pasado juntos. Acuérdate de tu monstruito siempre. Y, aunque te dé miedo mis ojos rojos, te protegeré siempre de todo lo malo, y nunca me separaré de tí-
- ¡Rowan, arriba!- ¿Ya se había hecho de día? Qué rápido-
- Tienes que irte, te pillará-
- Lo sé, lo sé. Te quiero. Nos vemos de nuevo esta noche, amor- me dio un beso en la frente, y un apretón aprovechando que me estaba abrazando. Esa cosa que ni siquiera se deja ver me parece más tierna que en mis sueños. Pero, da miedo también-
- Rowan, cariño- mi madre entró, y se sentó a mi lado, donde él había estado acostado-  Despierta, tenemos que irnos-
- Vale- me levanté, ella de mientras se arreglaba. Me di una ducha buena, ayer estaba tan cansada que sólo me dormí, y me vestí. Al terminar de abrochar mis pantalones negros, me colgué las cadenas, y me puse sombra en los párpados de color negro. No podía dejar de pensar en ese ser, tan raro, pero tan dulce. Le temía, pero, ahora que me habla con cariño no sé qué pensar. Si se dejara ver-
- ¿A dónde vas así, mi amor?- miré al espejo del baño, y esa cosa estaba detrás mía- Estás muy guapa-
- ¿Qué haces aquí de nuevo?- me abrazó por la espalda-
- No me puedo separar de tí, Rowan- me miró por el espejo- Te quiero demasiado-
- Oye- lo miré por el espejo también- Eres....eres una sombra-
- No. Solamente me he camuflado para que no me veas- sonrió-
- Me gusta un chico- le dije cuando me dejó de abrazar, y miré a mi lado- Eres real- asintió-
- Claro que sí- me miró-
- Tus ojos- le dije cuando se pusieron rojos- William- se levantó, y se miró al espejo-
- Me tengo que ir- suspiró- No quiero hacerte daño-
- Pero, William- volví a mirar a mi lado, y él ya no estaba- ¡Estás alucinando, Rowan! ¡Sólo son alucinaciones!- me dije, y bajé desesperada. Llegamos a la agencia, y los chicos nos esperaban en la misma sala de ayer-
- ¡Buenos días!- dijo Georg sonriendo-
- Hola, chicos- nos saludamos con un beso en la mejilla- ¿Cómo estáis?-
- Muy bien- dijo Tom sonriendo-
- Toma, fregona- dijo Bill apareciendo por la puerta con un bocadillo, y Tom se acercó-
- Vuelve a llamarme fregona y estás muerto- los dos rieron-
- Que idiota eres- dijo Bill aún riendo- Buenos días, Rowan-
- Hola, Bill- nos sonreímos. Me quedé mirando su sonrisa, era muy parecida a la de William, era idéntica. Me fijé en sus ojos entonces, ¿por qué diablos se parecen tanto?-
- Te noto pensativa- me dijo-
- Tuve una pesadilla, solo eso. No dormí muy bien- sonrió de nuevo. Joder, me encanta esa sonrisa-
- A todos nos pasa. Pero bueno, deja eso a un lado. Hoy nos vas a ayudar como ayer-
- ¡Bien!- dije contenta, y entramos al estudio de nuevo. Estuvimos grabando unos temas muy chulos, me encantaban, y ellos eran unos verdaderos artistas- Suena genial- dije delante de la mesa de mezcla, y empecé a probar-
- Ooh, deja eso- dijo Bill sonriendo- Me encanta. ¿Y a vosotros?-
- Me gusta, sí- dijo Gustav-
- Añádele esto- dijo Tom señalándome uno de los botones, así que lo añadí- Suena muy alienígena-
- Esto será para Dogs Unleashed- dijo Bill, y añadió otra cosa-
- ¿Y esto?- pregunté dándole al botón-
- ¡Has encontrado lo que buscaba!- me dijo sonriendo- Buen hecho, pequeña Rowan- su voz también se parecía a la de William, eran casi iguales. Me falta verle la figura de su cuerpo para compararlos-
- Gracias- sonreí- Me gusta esto, me estudiaré para qué sirve cada cosa-
- Genial. Así tendremos a alguien en la mesa de mezcla para que nos ayude con las canciones- dijo Gustav-
- Exactamente- volvió a hablar Bill, y me miró- Pequeña genia- reí-
- Es un honor trabajar con artistas como vosotros- les dije, y me levanté-
- Podríamos darnos los números- dijo Tom- Y quedar alguna vez. Mientras nos pongamos camuflaje, no nos pasa nada-
- Me parece bien- dijo Georg sonriendo. Después de darnos los números seguimos con la música. Tom me estuvo explicando un poco sobre la mesa de mezcla, y me gustó-
- Ponle la voz de pitufo- pidió Tom riendo, y le puse la voz más aguda a Bill. Él y yo reímos, y luego miré a Bill, quien también reía adentro del estudio. Intercambiamos una mirada, pero yo la retiré, me intimida mucho- Por dios, deberíamos dejar esto así-
- No seas malo, es tu hermano- rió-
- Chicos, llevamos aquí toda la mañana. ¿Quién quiere que vayamos a comer?- preguntó mi madre-
- Vale, vamos- dijo Bill, y se puso la chaqueta de cuero. Se arregló un poco el cabello por detrás, y luego nos miró- Hace mucho que no salimos, no sé ustedes. Yo voy desde luego-
- Y yo- dije levantándome- ¡No me dejéis sola!- ellos rieron, y yo corrí con mis cosas hasta ellos- Debo de ponerme zapatos más altos-
- ¿Por?- ellos me miraron-
- Chicos, intimidais si me miráis a la vez los cuatro- nos reímos- Pues, porque me siento pequeña al lado de este larguilucho- dije mirando a Bill, y él rió-
- Cuando teníamos catorce años ya te hubiéramos sacado una cabeza. Ahora te sacamos cabeza y media- me miró- No comiste muchos petis por lo que veo- empecé a reír, como él-
- Es verdad, los petis- dijo Georg- Yo no me los comí y mírame, me quedé pequeño-
- Lo compensaste con los músculos. Estáis fuertes, chicos. Y, tampoco eres tan pequeño. Me sacas bastante-
- ¿Te parecen pocos cuatro años?- reímos- A ver, camuflaje-
- Lo sé, lo sé- Bill se puso unas gafas de sol, igual que Tom, Georg y Gustav. Se echaron las capuchas de la chaqueta, y salimos del edificio-
- ¿Dónde comeremos?- pregunté-
- Ahora lo verás- me dijo Bill, y me sonrió. Llegamos a un restaurante precioso, con música de la que me gusta. Tenían puesto Metallica, una de mis canciones favoritas, y la comida tenía buena pinta-
- Me gusta- dijo mi madre sonriendo- Bien. Siento que tengáis que comer con eso puesto, chicos-
- Da igual. Con este hambre me da igual- dijo Tom riendo-
- Igualmente- dijo Bill, y nos sentamos. Vaya comida me espera con ese hombre delante mía, y con su mirada todo el rato sobre mí. Me intimida demasiado-

***
- Buenas noches, Rowan. Hoy estuvisteis genial- sonrió mi madre, y me dio un beso en la mejilla-
- Que descanses, mamá- le dije, y le devolví el beso. Ella salió de mi habitación, y yo cerré los ojos para dormir-

- ¡Me asustas!- grité realmente aterrada, y me volví a cubrir con los brazos- ¡Deja de gruñir, por favor!-
- ¡¿No querías saber cómo somos realmente?! ¡Aquí lo tienes!- su voz era la de un verdadero diablo- ¡Es una misión, chica!-
- ¡NO!- volví a gritar cuando se me abalanzó encima, y puso una de sus garras en mi garganta- William, por favor-
- Lo siento, cielo. Los demonios somos así, amor mío- empezó a reír mientras cortaba mi garganta, y ahí me desperté-
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- ¡Joder!- abrí los ojos rápidamente, y miré por mi habitación. Ni rastro de él, por ahora- Sólo ha sido una pesadilla, Rowan- me volví a tumbar, cerré mis ojos, y me puse de lado. Mi mano tocó algo sólido, así que los abrí de nuevo rápidamente- ¡Willi...- me tapó la boca-
- Ssssh, no grites- me dijo en susurro, y me destapó la boca-
- ¡No me toques!- le medio grité en susurro, y me levanté de la cama- Me vas a matar-
- ¿Yo a tí?- rió, y sus ojos brillaron en la oscuridad. Los vi de acercarse a mí, así que me cubrí con los brazos como en el sueño- No, tranquila-
- Déjame, por favor- empecé a llorar y todo del susto que tenía encima-
- Eh, no llores- sus ojos, que se estaban poniendo rojos, dejaron de hacerlo para ser negros como la noche- No sería capaz de hacerte daño, mi niña-
- Suéltame- le pedí temblando cuando le cogió como un bebé, pero no me hizo caso. Me llevó hasta la cama, me tumbó, y me arropó-
- No le hagas caso a tu mente, cariño. Tiene una idea muy equivocada de mí-
- Eres un demonio, ¿verdad?- nos miramos- Dime la verdad-
- Veo que en eso no se equivocó- noté que se tumbaba a mi lado- Pero, no voy a matarte, ni nunca lo haré. Me mataría a mí mismo si lo hiciera-
- Pareces un demonio enamorado- volvió a reír-
- Soy un demonio enamorado, y lo estoy de tí- me abrazó, como la noche anterior- Rowan, te conozco desde que naciste. Pensé que no había criatura más bonita que tú, cielo. Eras tan tierna, tan pequeñita, tan regordita- suspiró- Cuando llorabas por las noches, siempre iba a calmarte, por eso tu madre decía que no dabas un ruido durmiendo. Te he cambiado los pañales, te he dado de comer, te he criado como si fueses mi hija- lo miré- Te he defendido de los abusones del instituto, te he mimado, te he querido, te he contado cuentos por las noches, me he quedado a dormir contigo cuando tenías pesadillas, y siempre has compartido algo de tu desayuno conmigo. ¿Te acuerdas de ese oso de peluche, el de la estantería?- miré a la estantería, y asentí- Ese te lo regalé yo. Casi todos los peluches que supuestamente eran de admiradores secretos son míos, tu mayor admirador. Rowan, llevo contigo toda tu vida, pero tú no lo recuerdas. Por eso he vuelto, y quiero que cambies esa forma de verme. No soy como tú crees, y pronto sabrás la verdad. Espera un poco más, amor- eso me hizo sonreír- Bueno, háblame. ¿Quién es ese tal chico que te gusta?-
- No quiero enfadarte-
- No lo harás. No puedo obligarte a amarme, no mando sobre tí- suspiré-
- Se llama Bill, Bill Kaulitz- sonreí de nuevo- Es cantante, ¿sabes? Tiene una voz preciosa que duerme hasta a los seres más malignos, sin ofender-
- Te he entendido, tranquila- sonrió-
- Es tierno, la verdad. Me gusta mucho su estilo, sus ojos, sus labios, sus manos, todo creo yo- reí- Pero, debo conocerlo más-
- me gusta que tengas esa cabeza para todo, Rowan. Sabes, te ayudaré. Mañana te traigo información sobre él, intentaré sacarle lo máximo posible-
- Mientras no te descubra-
- Tranquila, no me descubrirá. Me aseguraré de que él esté a salvo, y, de paso, le doy besitos de tu parte-
- Idiota- le dije riendo, y él también rió-
- ¿Qué sería de mí sin tí, princesa?- nos acomodamos mejor, y él suspiró-
- Ojalá te pudiera ver pronto-
- Que sí, ten paciencia. Pronto descubrirás a tu amigo- sonreí- Duérmete, mañana madrugas y no te quieres levantar-
- Vale- otra vez contra su frío cuerpo, pero, tampoco hacía baja temperatura. Se estaba bien, la verdad. Tenía el calorcito de la manta y el frío de él, una temperatura media- Gracias-
- Gracias a tí, amor mío- me volvió a dar un beso en la frente, y me dormí de nuevo. Vaya noche más rara he pasado-

Pronto sabrá la verdad sobre ese demonio que va a verla

Satanás en persona. (Bill Kaulitz-Tokio hotel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora