Cap 8

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- Primer día pasado- dije cuando llegamos al hotel-
- ¡Pequeña!- me llamo él-
- ¡Voy!- lo miré, y me eché una carrera hasta él-
- Creo que te has traído demasiadas cosas- me dijo-
- No es tanto, Billy- reímos-
- Dame algo-
- No, es igual- subimos en el ascensor, y nos adentramos en nuestras habitaciones- Esta es la mía-
- Y esta la mía- nos miramos-
- En frente, ¿eh?- reí-
- Así te podré dormir como anoche- me dijo, y me puso roja- Aish, la tierna tomatito-
- Eres un bobo cuando quieres- rió- Después nos vemos, Billy-
- Vale- nos dimos un abrazo, y cada uno se fue a su habitación. Estuve guardando las cosas de mi maleta, y me tumbé. Me tiene tan pero tan loquita, pierdo el juicio por él. No puedo olvidar lo del avión, en la forma en la que nos dormimos, y en lo que me hizo al despertar. ¿Y si nos gustamos mutuamente pero ninguno damos el paso? Qué locura más idiota. Me cansé de pensar, y me levanté para dirigirme a mi maleta. Saqué mi cuaderno, mi altavoz, y me puse a dibujar. Lo estaba terminando a él, mi medio robot medio humano, y sonreí al ver que no me quedó mal. Decidí continuar con el dibujo, me tiré así toda la mañana-
- ¡Rowan!- lo oí al otro lado de la puerta de mi habitación-
- ¡Voy!- le dije dejando el dibujo a un lado, y abrí la puerta- ¿Quieres entrar?- sonrió-
- Te he traído algo- cerré la puerta-
- ¿El qué?- sonrió de nuevo-
- Tus gomitas- dijo dándome un paquete, y sonreí-
- ¡Gracias!-
- No tienes nada que agradecer- sonreí- El otro día te di muy pocas, y bueno...- dijo sonrojado, y sonrió tímidamente- Me encanta- dijo mirando a mi cama, donde tenía el dibujo-
- Gracias- sonreí de nuevo-
- ¿Me la dejarías?- asentí, y le di la libreta- Me gusta mucho, sí-
- Me alegro. ¿Quieres algo?- negó-
- Vine a verte- se sentó en la cama- Estaba muy solo en mi habitación-
- Entiendo- me senté a su lado-
- ¿Dibujas mucho?- negué- Chica, deberías de dedicarle más tiempo a esto. Es genial, me resulta muy difícil y sencillo a la vez- me miró- Se te da genial-
- Gracias- sonreí- Pasado mañana debemos de volar-
- Hacia Paris- sonrió- La cuidad del amor-
- Sí- a lo mejor allí pasaba algo-
- ¿Cómo le va a tu diablito?-
- Genial. Me ayuda mucho, me quiere, y me llevó cada vez mejor- lo miré-
- Me alegro mucho, pequeña- sonrió de nuevo- Hoy vienes a firmar autógrafos, ¿lo sabes?-
- ¿De verdad?- asintió-
- Dentro de quince minutos-
- ¡Joder, quince minutos!- me levanté rápidamente abriendo mi maleta, y me cambié la camiseta rápidamente mientras iba camino al baño- Espero no haberte asustado-
- Eres muy guapa- me sonrojé un poco- Además, ya no me asusto-
- Bill, siento preguntarte esto- me volví a sentar a su lado- ¿Has tenido tu primera vez?- él me miró-
- ¿Mi primera vez?- asentí- ¿En qué?-
- En...ya sabes- le dije sonrojada- En compartir un momento algo íntimo con una persona-
- ¿Y tú?- negué, y él sonrió. Me quedé mirándolo por un momento, igual que él me miró a mí, y por inercia volví a besarlo. Me fue recostando en la cama, me abrazaba, me besaba, me acariciaba, mientras que yo me deshacía en sus cariños- Yo tampoco, pequeña- me dijo, y volvió a juntar nuestros labios. Los dos ya teníamos las camisetas en el suelo, y así pude admirar su pequeña estrella en la pelvis. Justo nos volvimos a besar, y pegaron a la puerta-
- ¡Chicos, tenemos que irnos!- nos separamos enseguida al oír la voz de mi madre, y me abroché el cinturón-
- ¡Qué iba a hacer!- me dije nerviosa, y él reía- ¡No te rías!- me puse la camiseta, y me arreglé el cabello- Que malo eres-
- Vamos, que a tí no te ha gustado- le tiré una almohada, y su risa me fue conocida. Me recordó esa vez que William estaba en mi habitación y yo me iba a cambiar. Qué fue cuando le lancé la almohada, y él rió de la misma forma que Bill-
- Hola, mamá- dije saliendo- No está-
- ¡Aquí!- gritó Tom, y los dos lo miramos- ¡Vámonos!-
- Venga, guapa-
- Cállate ya, idiota- le dije, y él rió. La firma fue genial, y todo el mundo me daba la bienvenida al grupo. Al final nos hicieron un tipo de entrevista-
- ¿Por qué ahora Rowan forma parte de Tokio hotel, chicos?-
- Es la pieza que faltaba- dijo Georg-
- Porque nos ayuda con los coros- dijo Gustav-
- Está en la mesa de mezcla y ella nos ayuda a dar ese Tokio único que Tokio hotel buscábamos- dijo Tom-
- Simplemente, es lo que hace que el engranaje principal funcione en el grupo. Nosotros hemos llegado muy lejos, pero, con ella, estamos seguros de que nos irá mejor. Y además, es nuestra amiga, y nos gusta tenerla con nosotros. Normalmente está muy ocupada, y ahora que la tenemos, estamos muy contentos- dijo Bill sonriendo, y me miró por el rabillo del ojo- La cogimos básicamente porque nos hacía falta tanto de forma musical como amiga. Ella nos aconseja, cambia algunas cosas que nos gusta, y tiene letras preciosas. Es una artista más- lo miré sonriendo, y él me devolvió esa sonrisa-
- Genial, chicos. Rowan, ¿qué te parece la llegada de Tokio hotel a tu vida? ¿Cómo te has tomado eso de que te cojan para la banda?-
- Pues, me encanta. Me gusta hacer música con mis amigos, me hace ilusión verlos de sonreír, o cuando nos ponemos a hacer tonterías en el estudio de grabación. He pasado mucho tiempo con ellos, y su llegada ha sido espectacular. Han cambiado mi vida completamente. Y bueno, me lo he tomado a bien, porque me encanta estar con ellos. Están como cabras, igual que yo- los cinco nos reímos- Me divierto mucho. Los quiero, y ellos me quieren-
- Somos una familia- volvió a hablar Tom-
- Y ella es la hermana pequeña- dijo Georg riendo-
- Que bonito. ¿Es verdad que no eres de Alemania, Rowan?- asentí- ¿De dónde vienes?-
- De España- sonreí de nuevo- Pero, me empecé a interesar por el alemán, y aprendí. Al final mira dónde estoy- sonrieron-
- Hay una fase en la vida en la que se meten con nosotros por todo, Rowan. ¿Haz vivido eso?-
- Desde los seis años, hasta los catorce. Y, quiero que esto les sirva de lección. Que vean que la niña emo con la que se metían ha llegado hasta aquí, y tiene a cuatro amigos que son la pera limonera. Les dije que llegaría a algo algún día, y que se arrepentirían después. Les he demostrado lo que valgo y lo que soy, y espero que hayan aprendido a que la verdadera belleza está en el interior. Yo estaba regordita, lo digo claro, y era el saco de boxeo siempre. Pues ahora, creo que es hora de que cierren los picos un poco y se miren ellos mismos en el espejo- Bill me miró con cara de "Wow"-
- Gracias, Rowan. Bill, ¿qué piensas, como líder, sobre la nueva integrante?- lo miré-
- Bueno, estoy muy contento. Siempre quise que ek Tokio hotel hubiese una chica, por probar, y ha llegado ella. Todos estamos muy contentos. Además, es una osa cariñosa- reí, y él me miró riendo- ¿Es mentira, pequeña?-
- No. Pero vamos, tú también lo eres- le dije riendo aún, y él sonrió-
- Que bonito. Veo que la relación que hay en el grupo es buena, ¿no es así, Gustav?- el nombrado asintió-
- Todos nos ayudamos, nos queremos, y nos apoyamos. Como dice Tom, somos una familia, y muy unida-
- Ahora somos más felices que antes- dijo Georg. Después de la entrevista, nos despedimos de la gente que vino por la firma de álbumes, y nos montamos en la furgoneta cuando salimos. Volvimos al hotel, y cada uno se fue a su habitación-
- Nos vemos ahora, chicos- nos dijo mi madre- Al comedor del hotel a cenar-
- Vale, vale- le dije, y entré a mi habitación. Me metí en la ducha, me despejaría un poco la cabeza, y se me vinieron las imágenes de esta tarde. Bill encima mía sin camiseta, comiéndose mi cuello, acariciando mis piernas. Joder, ¿a caso estoy en lo cierto? Otra vez, esas malditas imágenes me volvieron a golpear en todo el coco. Me acordé de cuando le vi el tatuaje, ese tatuaje provocador, y de cuando mamá pegó a la puerta- ¡Joder, Bill!- me estaba empezando a obsesionar, soy muy obsesiva, y todo es nuevo para mí. Saqué el brazo por las cortinas para coger la toalla, y salí envuelta en ella- ¿Por qué?- me miré al espejo, y suspiré. Me peiné el cabello, me vestí, y me arreglé. A ver esta cena como salía-

***
- Hola, William- sonreí haciéndole un hueco a mi lado, y él se tumbó- ¿Estás bien?-
- Sí. ¿Y tú?- me miró-
- Estoy bien también. Hoy casi ocurre algo crucial-
- ¿El qué?- sonreí sonrojada-
- Bill y yo casi...- abrió la boca-
- ¡¿En serio?!- asentí- ¿Qué pasó para que no lo hicierais?-
- Mi madre llamó a la puerta- bufó- Todo ocurre rápido, William. Creo que nos gustamos mutuamente-
- Creo que sí, amor- me abrazó- Si él es bueno, me conformo-
- Es buenísimo-
- Ya está. A dormir, tienes mucho sueño- dijo dándome una caricia en el brazo, y me entró un sueño de la ostia-
- ¿Qué has hecho?- le pregunté, y bostezé-
- Ayudarte a dormir mejor, estás cansada-
- Buenas noches-

¡Huyyyy!

Satanás en persona. (Bill Kaulitz-Tokio hotel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora