1. Evan O'connell

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C A P I T U L O       1

Evan O'connell

Cuando era pequeña me preguntaron: ¿En dónde te ves dentro de veinte años? Algunas veces pensé que sería bombero, otras veces policía, cuando fantaseaba soñaba con ser un hada, cuando me creía inteligente doctor. Pero ahora, tal vez, ¿una mucama? o ¿un cuerpo putrefacto?

Desde hace días rondaba esa incógnita por mi cabeza cada vez que me despertaba para solo servirle la comida a mi padre y a cualquier mujer que tenía como compañía.

El reloj marcaba las 6:30 a.m. En menos de treinta minutos empezaban las clases. No es como que me importara mucho entrar a clases, inclusive ingresar a una universidad, pero supongo que eso me sacaría de este hoyo.

Me apresuré haciendo el desayuno, teniendo un perfecto orden, no quería que mi padre se enfadara por dejar la cocina como un desastre.

Mi padre se encontraba en su habitación con una muchacha, bien acurrucados, disfrutando del frio que les daba esta mañana. Sin duda los envidiaba, ojalá poder estar en su posición.

Con mis dos platos en manos subí las escaleras intentando tener un equilibrio para que nada de esto cayera, formar un caos y provocar un lío. Toqué la puerta con lo único que tenía libre, mi pie derecho. 

Una voz femenina respondió del otro lado. Como pude tomé el pomo de la puerta y la abrí llevándome una sorpresa. Por lo general papá siempre traía mujeres jóvenes, rubias y morenas, con características maduras a la cama, pero esta vez era una chiquilla quizás unos años mayor que yo. Era pálida, con un estilo gótico, juzgando por su cabello de color azul eléctrico.

Mi padre extendió su mano para recibir su comida, mientras que su pareja reparaba el desayuno, fue difícil adivinar su expresión, si de asco o impresión.

A veces pensaba que era un imán para la mala suerte, atraer problemas cada segundo que pasaba en la faz de la tierra, era una afición. Mi cuerpo al estirarse tanto había perdido la estabilidad y cayó, todo el vaso de café había caído en el pijama de la chica.
La peli azul se echó para atrás dando un pequeño salto al sentir el café caliente en su cuerpo.

Abrí los ojos de la impresión viendo ahora la mancha café que se hacia en las sábanas. Mi padre saltó de la cama dejando su plato de lado viendo el desastre que se había formado. 

─ ¿¡Acaso eres estúpida!? ─ Me gritó protegiendo a la chica, haciendo que se levantara y se colocara a su lado. ─ ¡¿Qué no me oyes?! ¡Te pregunté que si eres estúpida! ─ Lo miré y se acercó quedando a pocos metros de mí.

─ Y-Yo lo-siento solo fue un acci-cidente...
Mi padre se acercó con furia. Por algún momento pensé que se acercaría con compresión, pero solo fue una ilusión. Me cogió del cabello arrastrándome hasta la salida, me aventó hacia la pared que estaba enfrente, por suerte pude colocar mis brazos para taparme del golpe.

─ ¿Qué? Pero... ¿y la escuela? ─ Papá me miró con desprecio y asco, para solo azotar la puerta contra mi cara.

Yo me levanté secando mis lágrimas. A pesar de todo tenía que ir a la escuela.

Siempre me pregunté cómo mi padre conquistaba a tantas mujeres siendo tan patán, pero esa pregunta tuvo una respuesta mientras que, haciendo los quehaceres, él junto a unas de las tantas mujeres que había traído, se encontraban sentados en la sala viendo una película; fue como sí hubiesen cambiado a mi padre por uno más cariñoso y atento. Claro, ahí comprendí todo, las llenaba de atención y regalos para luego cogérselas y desecharlas.

Needs LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora