3. Ruby Rossato

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C A P I T U L O      3

Ruby Rossato

Sabes que estás enamorado, cuando ya no sientes un toque frío, sino un toque cálido.
Cuando ya no crees que el destino juega en tu contra, solo te premia.

Cuando siempre está en el mundo de tu cabeza, y tu cuerpo reacciona con un fuerte cosquilleo en tu estómago cada vez que tropiezan.

Y, cuando te habla ya no escuchas frías palabras, sino una hermosa y cálida melodía.

Eso sentía yo al haberme enamorado de una chica. Me enamoré de su linda sonrisa acompañado de los hoyuelos en sus mejillas, de su sedoso y largo cabello castaño. Me enamoré de su expresión curiosa, confusa o tal vez, su amabilidad y tolerancia.

A tan solo unos metros de distancia, podía sentir sus labios rosados atravesando los míos, o mi cuerpo hundiéndose en sus delgados brazos. Yo estaba demente por Ruby Rossato.

Se podría decir que Ruby era la típica chica "popular" de la escuela. Es conocida por toda la institución al ser la representante de la junta de alumnos todos estos últimos años, al poder cambiar la escuela y darle un mejor reconocimiento. Y también, por ser novia del mejor deportista de futbol americano que al igual, representa la escuela.

A simple vista podían juzgarla, decir que era una chica egocéntrica por todo el respeto que se le tiene, pero yo sabía que era una vil mentira. Ruby muchas veces salvó a muchos alumnos de apuros.

Como la vez que no había entregado un trabajo final y ella amablemente convenció a los profesores para recibirlo, sin yo siquiera pedírselo.

─ Te gusta ¿No es así? ─ Preguntó esa peculiar voz que había evitado estos días, y estaba de nuevo, justo a mi lado, con una bandeja repleta de comida.

─ Claro que no. No, no me gusta. ─ Contesté de inmediato.

─ No he dicho su nombre. ─ Una risita fastidiosa escapó de él.

Paciencia, fue lo único que pedí. Me consideraba una persona muy paciente, pero este chico sencillamente me sacaba de mis casillas.

─ ¿Puedes dejarme en paz? Agradezco tu intervención en las vías del tren, pero eso no significa que nos una moralmente. ─ Solté abrumada.

─ Ambrose, relájate. No tienes por qué ponerte de esa manera. Solo quiero ser tu amigo.

─ Agh, ¡Está bien! Sí, sí me gusta. Pero, es un secreto, ¿sí?

─ "El secreto que nos une", dirigido por Ambrosía Bridgers y su codirector Evan O'conell. ─ Marcó un esquema invisible por el aire y yo reí por su idea.

Los siguientes días Evan se había formado mi fiel acompañante, se había vuelto algo cercano a mí. Los primeros días fueron extraños, ver como de la nada alguien aparecía gritando mi nombre y rodeando su brazo en mis hombros, era extraño pero acogedor. Hablaba hasta por los codos y siempre saludaba a todos por los pasillos, hasta que se encontraba con sus amigos, en especial con la pelinegra y su compañía llegaba a su fin.

Se sentía bien tener una compañía en los almuerzos.

─ Estoy casi seguro de que eso se haría muy popular. Eres muy buena imaginando cosas en tu cabeza, Ambrose. ─ Evan llevaba una semana insistiéndome que le hablara a Ruby, parecía magia, pero últimamente me había topado mucho con ella.

─ Quizás. ─ contesté tomando mi plato e irme a la clase de ese momento.

─ ¡Invítala a salir! ¡Quizás así tú fantasía romántica acabe! ─ Gritó.

Needs LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora