Needs Love

18. En las nubes

EN LAS  NUBES

A pesar de estar a veintiséis grados mi cuerpo sudaba. Las sábanas se pegaban a mi cuerpo, creando la sensación de incomodidad. Quité con molestia la sabana tirándola hacia un lado, cayendo al piso.

Abrí los ojos de golpe. El no poder dormir me frustraba. Pasé la mano por mi frente intentando quitar todo el "sudor" y noté que mi sudor era de un color oscuro, miré mi cama y estaba empapada del mismo tono.

Imposible que fuera el periodo, no era hora.

Fui al baño para tomar los productos de limpieza, a lo mejor era cambio de ciclo o algo parecido. Encendí la luz, haciendo nublar mi visión. Abrí la puerta en donde tenía todo tipo de productos para el aseo personal, cremas hidratantes, exfoliadoras y demás. Nunca las he usado, me olvido de su existencia.

Tomé un paquete de toallas femeninas y fue cuando abrí los ojos por completo, el cuerpo que vi en el espejo fue diferente al que dejé antes de ir a la fiesta. Estaba cubierta de una mancha carmesí, ni siquiera podía ver el color real de mi pijama por una gran mancha de sangre que tenía por todos lados, en especial uno que tenía en mi estómago y era muy grande. Mi cabello estaba en un moño todo desarreglado, como si me hubieran arrastrado en una pelea. Mis ojos estaban igual de manchados y uno de ellos estaba morado.

Tenía varios cortes por todo el cuerpo, como si me hubieran apuñalado sin piedad. Mis labios y mejillas estaban hinchadas.

Mi única reacción fue abrir rápidamente el grifo y quitarme toda la sangre que tenía encima con mi miedo, todo mi cuerpo temblaba de terror. Restregaba muy fuerte los cortes, pero estos ni siquiera dolían. No me miré en el espejo en ningún momento, sentía que había visto suficiente, hasta que tomé la valentía de verme otra vez, pero esta vez ya no tenía ni una gota de sangre, moretones o cortadas; solo un rostro con una expresión de pánico.

Me apoyé en el mesón del baño y boté todo el aire contenido. No era la primera vez que sucedía, hace unas semanas pasó lo mismo solo que esa vez vi a mi padre, caminando por el pasillo con unas manchas de sangre en su suéter, por suerte solo era mi imaginación.

─ Me estoy volviendo loca. ─ Me dije a mi misma saliendo del baño. 

Volví a mi cama. Nunca tuve que consumir aquellos chocolates llenos de droga, solo me hacían alucinar. Aunque el beso que tuve en las alucinaciones se sintió tan real, si no supiera que estaba drogada podría jurar que él estaba ahí, incluso, todavía podía sentir sus labios sobre los míos.

Al amanecer esperé que papá llegara a casa, hoy era el día seis en que no llegaba, un día más y contaba una semana. Me había dejado dinero suficiente, hasta más de lo habitual. Era muy extraño porque papá no pasaba mucho tiempo fuera de casa, no le gustaba la comida callejera ni los moteles, decía que le daban pánico.

Hoy por fin era Halloween, la fecha más esperada del año. El ambiente de las calles se sentía más otoñizo que nunca, los niños con su disfraz desde temprano mientras que otros jugaban manejando bicicleta.

Para estas fechas mamá siempre compraba dulces y repartía a todos los niños que llegaban a pedir. Yo siempre acompañaba a Aurora a recolectar dulces, a ella le gustaba mucho disfrazarse de su película favorita del año, yo del contrario, prefería navidad.

Yo seguí los pasos de mamá y compré una bolsa de dulces. Hoy no saldría de casa, así que pasaría toda la tarde viendo maratones de Halloween. Evan no se había reportado desde ayer en la fiesta, parecía como si se hubiera escabullido de la faz de la tierra, todos los mensajes le llegaban, pero no respondía a ninguno.