7. John Hilfiguer

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John Hilfiguer

Ruby le había dado vuelta a mi vida por completo.

Después de aquel beso en la piscina de su casa, nuestra amistad había cambiado. Yo me sentía completamente diferente. Ya no era la Ambrosía reprimida que se sentaba en la última mesa de la cafetería sola e indiferente, o que enterraba la cabeza en el suelo para no ser vista por nadie.

Creo que Ruby había sido aquella persona que siempre busqué y necesité.

La salida de la escuela se había convertido en un juego dinámico que terminaba con caricias en la casa de ella, que a pesar de todo nunca aprendí a besar. Nuestras visitas consistían en decirnos cosas lindas, acariciarnos, pero nunca pasaron a más.

Si pudiera pedir un deseo en este momento sería que esos momentos fueran eternos.
Ser amiga de Ruby había sido una bendición para mí, pero un maleficio para ella.

─ ¡Ruby! ─ corrí hacia ella. Era viernes, ya finalizaba una semana llena de estrés, exámenes, trabajos y cansancio mental.

Ella volteó a mí dirección con una sonrisa que también se reflejaba en su mirada. Una mirada que deseaba estar solas en su habitación.

─ ¿Nos vamos? ─ Pregunté con ansias. Mi padre hoy llegaría tarde así que tenía más tiempo a su lado.

─ Oh, sí, me iré a despedir. Espera un momento. ─ Se alejó de mí para acercarse a sus amigas. Me preguntaba si sus amigas sabían algo de nosotras, siempre que salíamos Ruby se acercaba a ellas con una sonrisa y luego volvía a mí.

Esperé con paciencia. Al parecer Evan se había retirado de la escuela, ya casi dos semanas que no lo había visto por ningún lado, ni siquiera con su amiga.

Ruby se despidió de sus amigas y llegó a mí con esa sonrisa que amaba ver en ella, pero un cuerpo corpulento detuvo su caminata, quitando la sonrisa de mi cara y asimismo la de ella.

Ella levantó su cara para verlo e intentó esquivarlo, pero él tomó su cintura y atrajo sus labios hacia los de él para formar un beso, beso que ella pareció seguir.

Un revoltijo se formó en mi estómago al igual que un nudo en mi garganta. Bajé mi mirada llena de decepción y vergüenza al creer que ella podría ser igual a mí.

─ Ambrose... ─ Escuché decir a Ruby que se acercó a mí, pero yo retrocedí.

John dio una gran carcajada llamando la atención de todo el lugar.

─ ¿A dónde irán ahora, Ambrosía? ─ Sentí como John se acercó con una voz juguetona. Ruby que se posó a mi lado intentó responder, pero él la evitó. ─ Dejen y adivino... ─ Hubo un silencio suculento que helo mi sangre y dijo ─ ¿Tendrán un trío con tú papá, Ambrosía o... le manosearás las tetas a mi novia?

Todo a mi alrededor se paralizó. Había un círculo alrededor de nosotros. Todo comenzaron a reírse y farfullar. Ruby me miró y luego se acercó a él para tomarlo del brazo y llevárselo.

─ ¡Cuidado te veo cerca de Ruby, maldita lesbiana! ─ escuché gritarme antes de que fuera lo suficientemente lejos.

Me sentía sucia y asquerosa. Sabía que era un error adentrarme a la vida de Ruby y más sabiendo la clase de gente que tenía a su alrededor.

─ ¿Estás bien? ─ Una mano tocó mi hombro y me separé de ella con molestia, pero al voltearme me topé con aquel suéter de rayas verdes.

─ Vete. ─ Dije expresando fastidio en mi rostro.

─ Ambrose... pero ¿qué fue lo que pasó con Ruby?

─ Todo es tú maldita culpa. ─ Le grité sin importar quién en mi alrededor. ─ Además, ¿qué parte de "vete" no entiendes?

Needs LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora