Needs Love

6. Pscina

Pscina

Antes de conocer a Ruby solo veía miradas de rechazo, hipocresía, incomodidad. Sentía que no pertenecía en ningún lado. Pensé que nadie me vería como ella lo ha hecho, en realidad, nunca pensé que alguien se fijaría en mí.

Antes y después de Alice nunca tuve una mejor amiga. Creo que si ella me estuviera viendo en estos momentos estaría completamente celosa.

Las amigas de Ruby me habían aceptado demasiado bien. Me sentía como si siempre perteneciera allí de toda la vida. Me invitaban a sus planes, siempre contaban conmigo y Ruby buscaba la manera de siempre estar conmigo.

Nuestra amistad se había interiorizado mucho más después de aquel día en su habitación. Aunque ella intentara no ser tan notoria con sus acciones de querer pasar tiempo conmigo a solas.

Ruby me tenía fuertemente agarrada del brazo mientras salíamos de la escuela.

─ Camina rápido Ambrosía. ─ Susurró Ruby mientras me jalaba de mi muñeca.

─ ¿Qué pasa? Tenemos que esperar a las chicas. ─ Dije mientras intentaba detenerla.

─ Qué importa...digo, no quiero que John me vea. ─ Aclaró.

─ Ruby, ¿has visto a Evan? Lo he estado buscando y no lo he visto. ─ Pregunté intentando buscarlo mientras me alejaba de la escuela.

─ Ambrose, a lo mejor está enfermo o no lo sé...ya solo, olvídalo. ─ Sonaba irritada, cosa que me preocupaba.

─ ¿Estás bien? ¿Todo bien con las chicas?
─ Ambrose, solo camina. Hazme caso.

Desde aquella vez no volví a ver a Evan. Hice que Ruby me acompañara por toda la escuela intentando buscarlo, pero no estaba en ningún lado. Una parte de mí decía que lo olvidara, que no lo necesitaba, que tenía a Ruby, ¿Qué más podía pedir? Era linda, inteligente, y me quería de verdad...pero Evan, Evan causaba un impacto diferente en mí.

─ Ven, entremos. ─ Ruby jaló mi brazo para que entrara a su casa.

─ Ruby sabes que no tengo permiso para estar aquí. Si llego tarde a casa mi padre no confiará en mí nunca más. ─ Advertí. Esta chica definitivamente hoy no estaba en sus cabales.

─ Es temprano, recuerda que han cancelado una clase y son las tres. Hay tiempo.

Confié. Estar con ella me causaba tanta calma, tanta tranquilidad. No sabía cómo ella podía causar tantos sentimientos en mí.

─ ¿Están tus padres? ─ Pregunté entrando sigilosamente a su casa.

─ Nah. Mi padre llega como a las ocho y mi madre debe estar haciendo las compras o...con sus amigas. Ven, subamos a mi habitación, ¿qué quieres de comer?

─ Sorpréndeme.

─ Agh, te haces de rogar. Sabes que por mi te llenaría de helado.

─ Entonces helado comeremos. ─ Dije y ambas reímos.

Ruby había despertado en mí ese sentido del humor que estaba muerto desde que nací, además de que era bastante fácil hacerla reír.
Tiramos nuestros bolsos en el suelo al llegar a la habitación y vi como Ruby poco a poco se deshacía de su ropa. Se quitaba lentamente cada botón de su camisa mientras se miraba en el espacio. Había quedado anonadada con sus...