Encuentro

145 51 40
                                    

LIAN.

-Un pie, y después el otro-. Hoy es el día en el que con mi hermanita nos mudamos a otro lugar, en donde se aloja mi hermano mayor debido a que lo ascendieron de puesto en su trabajo y puede darse el lujo de mantenernos para que tengamos mejores oportunidades de estudio.

Observo a Marlys que todavía duerme. No sé si ella sabrá lo tanto que la queremos Maco y yo, desde saber que nacería, ya nosotros saltábamos sobre nuestros pies emocionados porque ya dentro de sólo horas estaría con nosotros. Estuvimos en sus primeros pasos, cuando mudó su primer diente de leche y la enseñamos a como manejar bici. Y pensar que ya tiene 15 y que está entrando en la etapa de la adolescencia, pero nada cambiaría que siempre será nuestra princesa.

-Chicos, despierten que ya es tarde-. Escucho decir a mi madre quien interrumpe mis pensamientos. -Mierda-. Observo el reloj y son las 9:30 y se supone que estaríamos listos temprano, el autobús sale a las 10:30.

Me levanto rápidamente y le doy unas palmadas a Marlys para que se levante y recibo es un gruñido como respuesta.

-No me dejas de otra-. Digo y le jalo los pies y la saco fuera de la cama. Se despierta dando quejas seguido de unos buenos días, procedemos a asear la habitación para tomar las duchas y desayunar.

Una vez que me ducho me pongo un jean negro y mi camisa polo negra favorita junto con zapatos deportivos negros, lo sé lo sé, me encanta ese color y casi toda mi ropa es de ese color. Agarro las cosas que empacamos para salir, mi camara y mi album de fotos que he tomado, me encanta la fotografía, es mi hobby desde pequeño. Comencé captando los momentos en mi memoria, luego descubrí que podría tenerlos en mis manos con el sólo hecho de un aparato maravilloso. Reviso a que no nos falte nada.

Salgo de la habitación y me dirijo a la cocina en donde están Marlys y mi madre a la cual le doy un abrazo mientras esta friega los trastes.

-Ya es tarde tonto, te empaqué algo de comer para el camino. dice Marlys y le dedico una mueca de fastidio en broma y abrazo un poco más fuerte a mi madre. -Prométanme que me llamarán en cuanto lleguen-. Dice mi madre.

-Estaré al pendiente de eso, ya que a Lian le dan los ataques de Dory-. Rompen en carcajadas.

-¡Oye!-.Frunzo el ceño y escapa una sonrisa de mis labios, Dios cuanto amo estos pequeños momentos.

Salimos de casa y caminamos hasta la estación hablando de la película que estábamos viendo ayer; Una en donde el protagónista mata a espectros que poseen a las personas para matar a otras personas, muy cool. Sobre todo la relación que tenía con su chica y el final desgarrante, muy triste, seguido de eso, vibra mi celular y aparece un nombre en la pantalla. "Diego". Mi mejor amigo de la infancia. Atiendo y lo escucho tarareando una canción en ingles que no logro descifrar.

-Demonios Die, no sé si estás vendiendo tu alma o tienes algo atorado en tu garganta- Suelto una carcajada.

-¡Hey!. Nada de eso, los que me escuchan dicen que me confunden con el mismísimo Bruno mars.

-Ni bailando-. Digo y rompemos en carcajadas

-Que onda, ¿ya están con tu hermano?.

-Ya casi llegamos, pero a la estación, Marlys tiene pies de tortuga-. Digo y siento como su puño golpea mi costilla.

-Bueno bro, no te olvides de tu macho, escríbeme seguido.

-Nada de eso, entonces a quien le contaría mis desastres amorosos si no es a ti.

-Ya llegará esa chica especial, estoy seguro-. Dice y pienso en cuantas veces me he repetido esas palabras.

-Vale vale, lo pillo, gracias por tus deseos, ya tengo que colgar, vamos llegando, te hablo después, cambio y fuera-. Típico saludo de despedida cuando no podemos chocar las manos.

-Cambio y fuera.

Cuando conocí a Diego, estabamos en la secundaria, desde entonces todo ha sido humor y compartir nuestras desgracias.

Llegamos a nuestro autobús, nos sentamos en la parte de atrás, nos comemos nuestro emparedado y esperamos pacientemente a que se llene.

-¿Estás emocionada de ver a Maco?. Pregunto a Marlys.

-Si, pero asustada de conocer gente nueva-. Pone una mueca de tristeza.

-Todo va a estar bien-.Hago una pausa y le desacomodo el pelo.-Vas a estar bien.

...

Llegamos a nuestro destino y cuando bajamos del autobús empezamos a buscar a nuestro alrededor a nuestro hermano La mayoría de los que se encontraban, esperaban a otras personas o venían de turismo por sus vestimentas. Marlys es la primera en verlo y corre a su encuentro, miro en su dirección y lo veo, está diferente, más fornido y un poco más alto, se dejó crecer la barba y viste muy bien, ¡Dios!.

Está muy feliz de vernos, y nosotros a él, no dejo que Marlys se aparte y lo abrazo fuerte, algunas lágrimas salen de nuestros ojos.

-Cuanto has cambiado-. Digo y le doy un golpecito en el hombro.

-Tú no te quedas atrás, estas hasta más alto que yo. Y fuerte-. dice y alarga una sonrisa- Y nuestra princesa, esta cada vez más hermosa.

-Y amargada. La miro con recelo y suelto una carcajada. Reímos y Maco nos avisa que antes de llegar a donde se está quedando, pasáremos por una cafetería a la cual frecuenta diario por el café y el helado de chocolate que venden. Que decir, desde pequeños los tres somos fieles al chocolate.

-Llegamos. Escucho decir a Maco y visualizo que tan hermoso es este lugar, tiene plazas, parques y una hermosa vista. Lo que amérita una buena foto.

-Bien, adelante. abro la puerta

Y es ahí, ahí es donde todo cambió, cuando la vi por primera vez, una chica con los ojos más hermosos que he visto, eran verdes como el pasto, pero juro que en ellos se reflejaba el mar, eran tan intensos y tenían el poder de parar el tiempo, pero a la vez hacer que mi corazón latiera tan rápido como los latidos de un colibrí. Tenía el cabello largo de color negro, era tan blanca como la nieve, y los cachetes llenos de pecas y de estatura mediana.


No sabía que hacer, como reaccionar, se dirigía hacia donde estábamos, sentí como me sudaban las manos cuando sus ojos se encontraron con los míos, ella solo pasó. No sabía como hablarle, que decirle, no la conocía, no sabía siquiera su nombre, no pude ni mover un músculo, la dejé ir. Y solo al momento de no verla pensé en si tendría otra oportunidad.


LIAN Y ADNES Part IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora