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Jungkook toma mi mano cuando bajamos del taxi y debo admitir que su calidez me cobija de una manera indescriptible. Las cosas en mi vida parecen ir en ascenso desde que comenzamos a salir oficialmente, ver su sonrisa diariamente y oír las bromas que le roba a mi primo son algunas de mis cosas favoritas.

Cuando entramos al restaurante vemos a su madre junto a Stanley en una de las terrazas, viendo el menú y sonriéndose a menudo. Sin duda se aman profundamente y su esposo, según lo que me ha contado Jungkook, fue una de las grandes motivaciones que tuvo cuando recibía el tratamiento contra el cáncer en Inglaterra.

—¡Chicos, por aquí! —nos dice cuando nos ve, agitando una mano con emoción por sobre su cabeza.

Nos acercamos y nos sentamos junto a ellos, dejando dos asientos libres para Taehyung y su novia.

—¿Ya pidieron?

—No, no... Queríamos esperarlos. No sabemos lo que les gusta —responde Stanley.

—Yo como cualquier cosa, mamá.

—Lo sé, pero no sé si Heesook...

—Créeme que no es quisquillosa con la comida —le dice, y golpeo su costado con mi codo, sacándole una risa tierna —Oh, ahí viene Taehyung.

El castaño llega con una camisa blanca y pantalones color caqui, bien peinado y acompañado de una chica un poco más bajita que él, cabello negro hasta su cintura y con una sonrisa tímida en los labios.

—¡Tae! —grita la madre de Jungkook sin restar su entusiasmo.

—Hola, les presento a Yoona. Es la chica con la que estoy saliendo.

—Un gusto... —dice ella.

—Eres muy bonita, Yoona —dice mi suegra a modo de saludo y la verdad es que tiene mucha razón.

La novia de Taehyung tiene un aura cálida y su sonrisa resplandeciente es agradable. Me alegra que haya encontrado a alguien tan bonita como él. Parecen dos modelos de algún perfume caro.

—Ellos son Jungkook y Heesook, mis mejores amigos.

—Tae me ha hablado mucho de ustedes...

—Espero que cosas buenas... —amenaza Jungkook a su amigo con una mirada divertida.

—Claro que sí.

—Tomen asiento, por favor.

Pedimos lo que más nos gusta del menú bajo la presión de Stanley diciendo que no nos preocupemos por el precio, pues él nos está invitando, sin embargo y aún así, pido algo que no sea demasiado excesivo. Al contrario de Jungkook, que parece no importarle en lo más mínimo pedir dos platos diferentes de pasta de cuarenta dólares cada uno.

Mi novio sirve el vino cuando se arremanga la camisa para que no le estorbe, y su madre nota una nueva adquisición.

—¿Te has hecho otro tatuaje?

—Sí —responde escueto, evitando el tema.

—Dios mío...

—Ay, mamá... No porque me haga unos cuantos tatuajes significa que me uniré a una banda de delincuentes.

—¿Unos cuantos? Ya tienes todo el brazo tatuado, hijo —reclama.

—Y no tiene nada de malo, mamá.

—Ya tiene 23 años, amor. No es un bebé.

—Para mí siempre lo será.

—Mamá... Me estás avergonzando frente a Heesook... —se queja a regañadientes, pero yo me encargo de reprimir una sonrisa.

☘ Aᴛʀᴀᴘᴀᴅᴏs ☘ || Jᴇᴏɴ JᴜɴɢᴋᴏᴏᴋDonde viven las historias. Descúbrelo ahora