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Creo que mi nueva adicción es besar a Jungkook, dejando completamente atrás a la que tengo por el chocolate. Se separa de mí y mis labios repentinamente se sienten fríos sin los suyos.

—Ven. Tengo algo para ti —me dice tomándome de la mano para adentrarnos hasta la pequeña sala de estar de su suite, esa donde comenzamos a beber descontroladamente e iniciamos una complicidad inesperada.

—¿Para mí? ¿Qué cosa?

—Espera. Siéntate aquí —pone sus manos en mis hombros y me obliga a sentarme en el sofá.

Vagos recuerdos de lo que hicimos en un estado de calentura llegaron a mi mente y siento que me arden las mejillas. Está atardeciendo y espero que pasen desapercibidas con la mortecina luz de la tarde que entra por los ventanales haciendo que las paredes blancas parezcan rosadas.

Jungkook vuelve al rato y se sienta a mi lado con una sonrisa traviesa y adorable, escondiendo algo detrás de su espalda.

—¿Qué tramas? —cuestiono divertida.

—Cierra los ojos —los entrecierro un poco, como desconfiando de lo que hará, pero termino cediendo al ver su rostro ansioso y emocionado —Sin abrirlos extiende tus manos hacia adelante —hago caso y siento que deja algo rectangular y frío —Puedes abrirlos...

Cuando lo hago me topo con el teléfono de su padre en mis manos. Mi corazón se estremece, conmueve y agita dentro de mi pecho y no sé muy bien como reaccionar.

—Jungkook...

—Me iré mañana, preciosa. Pero no quiero perder esta conexión entre nosotros. Jamás pensé que en un par de días podría atraerme alguien tanto como tú lo haces... Este es uno de los objetos más preciados que tengo en mi vida, como ya sabes. Sé que si te lo dejo estaremos obligados a reencontrarnos para que me lo devuelvas y no perder el contacto.

—Jungkook, no puedo aceptar esto.. ¿Qué pasa si no nos volvemos a ver?

—Por eso te lo estoy prestando. Sentías curiosidad por las fotos, ¿no? Puedes verlas cuando yo no esté y así nos volveremos a ver.

—¿No puedo verlas ahora? Así te lo llevas y prometemos encontrarnos en Corea cuando esto pase.

—Las promesas se las lleva el viento —afirma decidido y me obliga a cerrar los puños para mantener el teléfono dentro mis manos.

—Pero, ¿qué pasa si no nos volvemos a ver?

—No podrás con la culpa y me buscarás —asevera y lo fulmino con la mirada, logrando que sonría otra vez —Por favor... Te pediría que te vayas conmigo, hablaría con mi tío y así nos vamos juntos, pero/

—No, no puedo dejar mi trabajo.

—Sabía que dirías eso.

Se acerca a mis labios y aloja un beso tierno, logrando ruborizarme otra vez -cosa que le encanta- y me toma por el cuello con delicadeza para besarme otra vez, pero con mayor entusiasmo. Dejo el teléfono en el sofá y me recuesto sobre este dejándome llevar por su boca y su respiración calmada que de a poco comienza a acelerarse, al igual que la mía. He decidido aprovechar este momento al máximo, pues no estaba segura si volveríamos a vernos cuando toda esta crisis termine, aun con el teléfono de su padre en mi poder. Quiero besarlo hasta el cansancio, podría estar así con él todo el bendito día y no me importaría.

Joder. Ni siquiera yo puedo creerlo. ¿Choi Heesook rendida ante un chico que conoce hace apenas unos días? ¿Qué tiene de diferente Jeon Jungkook que lo hace tan especial? ¿Qué es lo que lo diferencia del resto de los chicos con los que he estado? La respuesta es todo. Tal vez en un principio era hostigante y muy ególatra, su forma tan honesta y directa de coquetear hacía que me explotara la cabeza y me alterara los nervios, pero porque tenía miedo de caer enamorada de un mujeriego y salir lastimada después. Sin embargo, resulté herida por quien menos imaginé, alguien con una sonrisa tierna y fachada amable, pero con alma de demonio. Solo podía esperar no volver a equivocarme con Jungkook. De verdad lo espero.

☘ Aᴛʀᴀᴘᴀᴅᴏs ☘ || Jᴇᴏɴ JᴜɴɢᴋᴏᴏᴋDonde viven las historias. Descúbrelo ahora