You are my princess(Wigetta).

35.

Y, entonces, luego de tanto tiempo, Alex apareció por la puerta principal, luciendo totalmente cansado, tanto así que llevaba unas oscuras sombras bajo sus ojos. Rápidamente nos dimos una mirada con Rubén, que justamente nos encontrábamos bajando por las escaleras.

Alex por su parte, nos dio una mirada para luego caminar hacia la cocina, cuando espabilamos lo seguimos. El bajito hacia movimientos lentos y sus hombros estaban caídos. Suponía que Rubén también deseaba atormentarlo con un montón de preguntas, sin embargo, mantuvimos un pacto silencioso, mientras mirábamos como Alex dejaba una infinidad de comida en la mesa. Para luego sentarse y tragarse lo que mas pudiese.

-¿Por que aún no se han sentado?-luego de un rato, Alex hablo mirándonos extraño. Nos sentamos cada uno a un lado y nos quedamos en una posición algo formal y rígidos- ¿Les sucede algo? se ven algo tímidos, me lo esperaría de Guille pero no de ti- apunto al más alto de los tres.

-En realidad- Rubén tosió- dadas estas circunstancias, creo que tu serias el que esta algo extraño.

-Así es-secunde- has pasado mucho tiempo fuera, a penas y éramos capaces de verte- hable en un tono preocupado y, la verdad, es que lo estaba. El nos miro y luego dejo la comida que tenia en sus manos, tomo unos segundos en pensar en algo, los cuales parecían eternos y luego sonrió ligeramente, tirando su cuerpo con la silla hacia atrás, balanceándose.

-No tienen de que preocuparse- su sonrisa parecía ser algo coqueta- aún me estaba cuestionando en decirles o no, ya que es algo apresurado, pero- su dedo índice presiono contra su mejilla- la verdad es que... estoy saliendo con alguien.

Procesar las palabras fue algo lento y tomo un poco (demasiado) tiempo. Cuando nuestras neuronas hicieron sinapsis, nos miramos con Rubén, ambos sonreímos divertidos. El más alto se tiro hacia delante para llegar hasta Alex y darle unos cuantos pellizcos en las mejillas. Por el contrario, yo me mantuve en mi puesto demasiado feliz como para ser cierto. Alex merecía a alguien en su vida que le aportara.

-Y ¿Quién es? ¿Lo conocemos? ¿Es guapo?

-¿Por que supones que es un chico?- Alex cruzo sus brazos en su pecho y levanto una ceja, esperando por la respuesta del contrario, quien solo sonrió y comenzó a hacer señas con las manos.

-Bueno... es obvio para mi. Aunque a diferencias de otros-Rubén me miró- el verte con una chica no sería tan extraño, lo sería, pero no tanto,  ya sabes. Entonces ¿Es un chico?- de respuesta solo fue un asentimiento con la cabeza. Luego de unos cuantas bromas más, de parte de Rubén hacia a Alex (y de vez en cuando para mi), comenzamos a comer tranquilamente. Alex no respondió alguna pregunta más allá acerca de la persona con la cual estaba saliendo, pero estaba bien, después de todo es mejor tomar las cosas con calma.

- Significa, entonces, que tu novio tiene dinero, digo ya que no dormías aquí.

-Y eso... ¿Tiene algún sentido para ti?- el bajito empujo el rostro de Rubén, quién se acercaba de vez en cuando al suyo, casi al punto de apegar su mejilla contra la de él.

-Lo tiene, por supuesto que lo tiene- por alguna razón Rubén comenzó a subir y bajar sus cejas mientras miraba fijamente a Alex, el le dio un golpe para tranquilizarlo. Si, ahora las cosas se sentían algo mas normales.

Entonces, en medio de las risas, el ruido de la puerta nos hizo tomar un respiro. Los dos chicos frente a mi me miraron, diciéndome que yo era el indicado para abrir la puerta, ya que ellos se encontraban demasiado cómodos. Resignado me levante y casi arrastrando los pies fui hasta la puerta para abrirla.

-Siempre es animoso ver tu rostro- me sorprendí de verlo y en reflejo a sus palabras sonreí.

-¡Frank, no digas esas cosas!- respondí avergonzado- Ha sido un tiempo ¿no? Creo que es bueno verte, también. Pasa, estamos en la cocina- el asintió y paso rápidamente. Cerré  la puerta y camine tras de él.