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Desde que llego Alex, han pasado tres días. Y, aunque pensaba en que las cosas estarían bien cuando llegara, la verdad, es que no fue para nada así. De hecho, el ambiente se sentía pesado y algo lúgubre, el animo no se sentía para nada, a pesar de que intentara hacer algo al respecto. 

Tanto Alex como Rubén, habían cambiado y para ser sinceros, estos días era difícil verlos felices, siempre que podían ambos se juntan a susurrarse cosas pero generalmente, era yo quien los interrumpía, entonces dejaban de hablar, se separaban y hacían como si tuvieran cosas que hacer.  Generalmente era Rubén quien me tomaba de los hombros y me hacía quedarme con él y mencionaba cualquier cosa, intentado evitar que preguntara al respecto, por lo que pronto caí en cuenta de que no podía hacer nada al respecto mas que seguirles el juego. Aún así, me sentía algo curioso por saber que es lo que tanto deseaban ocultarme.

Solté un suspiro al pensar en aquello, estire mis pies y los moví un poco. Estaba sentado en la acera fuera de mi casa, el día era cálido, así que estaba bien.  Y, aunque no deseaba admitirlo, también estaba afuera para mirar hacia la dirección de Samuel.

Rendirme estaba siendo duro y el, intentar, olvidarme de él, era aún peor. Mi pecho se apretaba ante tal opción, ya que no era algo que deseara en realidad pero era algo que debía hacer por el bien de todos, incluso el suyo. De vez en cuando miraba entre ojos para al lado, nada sucedía.

-Es un gran día ¿no?

-Lo es- mencione bajito, mirando de punto fijo la punta de mis zapatillas. El alto sonrió y se sentó a mi lado.

El silencio se produjo y se mantuvo, la verdad, es que no era necesario emitir palabra alguna, con el suave sonido que provocaba la brisa en las hojas de los arboles bastaba. Me deje caer lentamente en el hombro de Rubén y el lo acepto, tocando de vez en cuando mi cabeza. Cerré  mis ojos y me deje llevar por las caricias. Levemente puede escuchar como el alto susurraba un  " Pronto, todo estará bien".

Cuando desperté me encontraba en el sofá con una manta cubriéndome. Al parecer ya era algo tarde, ya que estaba algo oscuro. Pestañe unas cuantas veces y luego mis sentidos empezaron a despertar, fue entonces que pude escuchar tenuemente las voces de los chicos desde la cocina. En consecuencia a eso y a mi gran apetito de curiosidad, me levante cuidadosamente, evitando. o tratando de hacerlo, de emitir algún ruido. Apuntillas llegue hasta la pared que daba a la cocina y agudice mi oído.

-Aunque, en realidad, he dicho la mayoría, hay algo que no he podido mencionar-era Alex. Sentí unos pasos.

-¿En realidad puede haber algo peor?

-Si. Se quien es la otra persona involucrada- ¿De que hablaban? Por alguna razón mi pecho se oprimió y mi garganta se seco.

-Y-yo- la voz de Rubén había salido algo aguda y se podía escuchar como del tema que hablaban fuese algo en realidad muy frágil. Quería saber también, después de todo, ellos me estaba ocultando esto, era la única manera de saber algo al respecto. Pero como mi mala suerte siempre me acompañaba, al intentar asomarme mas a la cocina, mis pies se enredaron y caí directo hacia el piso, por lo que obviamente ellos sabrían lo que sucedía. Mas pronto de lo que imagine ellos ya estaba ahí para auxiliarme.

-Lo siento chicos, solo venia por algo para comer- respondí ante cualquier posible duda.

-Eres un torpe-menciono Rubén, mofándose de mi. Le respondí con una morisqueta. Ambos se burlaron de mi y caminamos hasta la cocina, en donde, en la mesa, había un sándwich servido. Sonreí y sin decir nada comencé a comerlo sin piedad.

-Estoy feliz de que te haya gustado- sonrió Rubén. Yo asentí feliz rápidamente. Aunque, en realidad, lo de que tenía hambre era un mentira, en realidad, si la tenía. 

-Por cierto Guille- mire a Alex, aún disfrutando mi comida- Con Rubén iremos a comprar unas cosas, solo estaremos afuera por un corto tiempo, no te molesta ¿cierto?

-Para nada- hable con la boca llena, ambos me miraron disgustados y yo me reí de ellos- De hecho, luego de comer esto iré a dormir, estoy cansado- ambos asintieron.

Y así sucedió. Luego de terminar de comer y reposar como es debido, subí lentamente las escaleras bajo la atenta mirada de ellos y ya arriba, me gire para despedirme, moviendo la mano de un lado hacia el otro. Solo pude divisar entre ojos como la puerta se cerraba tras de Rubén y me dirigí hasta mi habitación.

Arrastrando los pies entre y cerré sin cuidado la puerta, dejándola cerrar por impulso. Ver la habitación oscura era algo que me aterraba pero debía tragarme aquel miedo y continuar. Prendí la luz y entonces una sombra que se movió se hizo visible en segundos. Ahogue un grito mientras sentía mi corazón querer salirse de mi pecho.

-Lo lamento, no era mi intención- sonrió, aguantando las ganas de reír. Bien, aún continuaba algo aterrado pero ahora por otra razón. 

-¿Que es lo que haces acá? ¿Cómo entraste?  ¿P-por que...? Tú no deberías.

-Wow, son muchas preguntas- el se acerco hasta mi, aun con esa sonrisa que derretía corazones y el mío era el primero en la lista, estaba totalmente seguro- Solo deseaba saber como estabas, nada mas.

-Estoy bien. Ahora lo mejor es que te vayas- tire las mangas de mi suéter hasta cubrir mis manos e intentaba alejarme de él. Por cada paso que daba yo retrocedía otro. Poniendo distancia, pero la pared fue mi tope. E inmediatamente me vi acorralado en esta y su presencia, el tomo mis manos, tirando el suéter hacia arriba. Habían muchas mas y no iba a hacerme responsable por aquello.

-Estoy bien, Sam-susurre. El no menciono nada y solo acerco sus labios hasta mis muñecas. Mis pelos se erizaron y una corriente me recorrió. Entonces, beso aquellas heridas. Me sentí como en una ensoñación de la cual pude salir rápidamente y cuando iba a hablar el teléfono de el sonó. Me sentí aliviado.

Sus respuestas eran cortas y algo tajante. Luego de unos segundos corto y me miro, yo solo pude ruborizarme y apartar la mirada. Me sentí feliz y emocionado, como siempre sucedía, cada vez que estaba con el.

-Debo irme-sonrió por cortesía, asentí y observe como bajaba para desaparecer en cuestión de segundos. Poco a poco camine hasta poder mirar como caminaba hasta su casa, cuando ya no se encontraba en mi campo de visión, deje la ventana para caminar hasta mi cama. Cuando ya estaba listo para tirarme vi un papel, lo tome y desdoble.

" TE DIJE QUE DEJARAS LO QUE ES MIO. AHORA ABSTENTE A LAS CONSECUENCIAS."

No entendí muy bien, debido a que estaba algo mareado con la situación, así que sin quererlo, ignore aquello y me tire a la cama, mis muñecas cosquillaban un poco y se sentían un poco caliente.

Cerré los ojos por ello, cayendo en otra ensoñación, la cual iba a tardar un poco en salir. Y así fue como lentamente y luego de muchos panoramas, me dormí profundamente. Fue, entonces en la madrugada que desperté gracias al frio que sentía, me sentí algo curioso de saber si los chicos habían vuelto, después de todo la casa se podía solo oír un profundo silencio. 

Baje, entonces, luego de haber revisado las habitaciones, encontrándolas totalmente vacías. Las escaleras producían un débil ruido al crujir la madera y hasta parecía hacer eco en la casa por la insana tranquilidad. Cuando baje mire la cocina y nada se lograba ver, fue entonces que sentí unos pasos en la sala de estar, camine hasta ella pero nada sucedió y cuando iba a volver, las cosas sucedieron rápidamente.

Mis ojos y mi boca se encontraron tapadas y una desesperación me invadió, si se trataba de algún juego, no era algo divertido. Pero entonces, una voz hizo eco.

-Luego, no digas que no te avise- y rio suavemente. 

You are my princess(Wigetta).Where stories live. Discover now