Capitulo 6

3 0 0
                                    

Celeste 

<<La Celeste predecible, hubiera vestido un vestido recatado para ir a bailar, pero no la Celeste intrépida. La Celeste intrépida esta noche se pondrá un vestido corto, arriba de las rodillas, negro, con escote redondo. Se pondrá unas plataformas negras y medias. No pistoleara su cabello para que se vea sofisticado, no. Esta noche ella planchara su cabello para que se ve mas sexy, para que el color negro de su cabello resalte mas>>

Me miro al espejo y me veo atrevida, diría que demasiado atrevida. Pienso en cambiarme el vestido.

-¿Me veo como una mujerzuela?-

Le pregunto a Roro, mi gato. 

Roro solo bosteza y regresa a su siesta.

Quizá no era tiempo de llevar tanto al limite a la Celeste Intrépida.

Me cambio el vestido a uno mas largo, pero mucho mas ajustado. 

Salgo de mi casa lista para arrasar. 

Benjamín y yo nos encontraríamos en la entrada del club. 

Benjamín en definitiva no era un tipo predecible. Cuando le pregunte si quería ir a bailar conmigo, no me dio una respuesta de si o no. En su lugar me pregunto si estaba teniendo un ataque impulsivo debido a mi decepción del día. Le dije que olvidara lo que acaba de preguntarle, y él me dijo que aceptaba la propuesta solo si no lo hacia bailar salsa. Acepte su propuesta.

Estaba en el estacionamiento del club. Estaba lleno y la música a todo volumen, tanto, que podía sentirlo vibrar en mi cuerpo desde la distancia a la que estaba.

Sali del auto y baje mi vestido, que se había subido hasta arriba de mis muslos. Unos tipos que estaban afuera del club me lanzaron piropos muy fuera de tono. Los ignore y camine hasta la entrada.

Benjamín ya estaba allí. Se veía fenomenal con sus pantalones casuales negros, camiseta polo azul y chaqueta negra. Era casi como si no lo intentara. Su propia naturaleza ya era atractiva. Podía estar vistiendo el traje mas horrible del mundo, pero en el se vería fenomenal. 

Benjamín no me miro al instante, pero cuando lo hizo, sus ojos viajaran directo a mi vestimenta. Me miro de pies a cabeza con tanta lujuria, que me hizo sentir vibrar el cuerpo. 

Camine hasta él. Ninguno de los dos dijo hola. Simplemente nos miramos a los ojos. Le tome la mano y la entrelace con la mía. Comencé a caminar adentro del club.    

Estaba tan lleno que apenas podíamos caminar entre el mar de gente, y ni se diga de la música. Estaba tan alta que ni aunque gritáramos seriamos capaz de oírnos. 

Fui a la barra y pedí una margarita. Benjamín pidió una cerveza. 

Volvimos al juego de miradas mientras el mesero preparaba nuestras bebidas.

Me acerco a Benjamín para hablarle al oído. 

-¡¿Por qué me miras tanto?!- le grito sobre la música lo más fuerte que puedo. 

El se acerca a mi y pone sus labios sobre mi oído. Mi cuerpo reacciona y la piel se me pone de gallina.

-Por la misma razón que tú. Porque te deseo y porque me intrigas-

El mesero nos entrega nuestras bebidas. Me llevo la mía rápidamente a los labios y la bebo casi de un solo trago. Benjamín en su lugar, le da un pequeño sorbo. 

Él es tan impasible, que si un criminal le pone un arma en la cien, lo único que Benjamín haría seria quedarse parado con las manos metidas en los bolsillos de su pantalón mientras mira al criminal directo a los ojos con su mirada vil.

-¡Si fueras parte de una película tú sin duda serias el villano!- le grito sobre la música sin esperanzas de que me oiga. Pero lo hace y me responde al oído.

-Y tu serias mi victima- sonríe de lado, lo que lo hace aparentar mucho  mas a un villano.

Me termino la margarita y lo tomo de la mano de nuevo para llevarlo a la pista de baile. 

Esta sonado una canción urbana de ritmo lento. Es una canción para bailarla pegado con tu pareja. Benjamín parece entender la reglas, porque me rodea con los brazos y me pega a su cuerpo. Rodeo su cuello con mis manos. 

Comenzamos a movernos de lado a lado, dejándonos llevar por la música. 

En menos de veinte minutos, nuestros cuerpo exudan calor y sudor. La saturación del aire hace que el ambiente se sienta húmedo, como vapor.  La música sigue en auge. Benjamín y yo bailamos pegados en su mayoría. En un momento, él me da la vuelta y me pega a su espalda. Dejo caer mi cabeza hacia atrás y me muevo de lado a lado mientras Benjamín recorre sus dedos por todo mi abdomen. Cierro mis ojos y disfruto de la sensación.

Bailamos por lo que parece una eternidad. Estoy mas pendiente del recorrido que las manos de Benjamín hace sobre todo mi cuerpo que de la música que esta sonando. 

Hay un momento en el que nuestros labios están tan cerca, que podrimos besarnos. Puedo oler la cerveza en su aliento. Bajo las luces del bar, noto las pupilas dilatadas de Benjamín.

Me pregunto como me veré yo en estos momentos. Porque la verdad es que me siento eufórica. 

No me importaría  lamer el sudor que cae del cuello de Benjamín, pero no quiero ir tan lejos tan pronto. La Celeste intrépida aun tiene limites.

Benjamín comienza a besar mi cuello, mas bien a succionar el sudor de mi cuello. Me sujeto de sus chaqueta con los puños cerrados porque la sensación es demasiado abrumadora. 

Mi respiración se entrecorta y el corazón me late demasiado deprisa. 

Estoy demasiado estimulada, y mi cuerpo lo sabe. 

-Vamos a mi apartamento- me dice Benjamín con la respiración entrecortada. 

Quiero decir si, mi cuerpo esta diciendo si por mi, reaccionando de la forma en la que lo hace cuando Benjamín me toca. Pero esta noche se trata de la impredecibilidad. Y voy hacer algo que quizá a mi mi libido no le agrade. 

-No esta noche- 

Le doy a Benjamín un beso en la mejilla y me alejo de la pista de baile hacia la salida. 






El león y la ovejaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora