Celeste
-¿Sabes cual es la raíz cuadrada de ciento veinte?-
-No lo se-
El dedo de Benjamín viaja de mi clavícula hasta mi ombligo.
-¿La tabla del siete?-
Me pongo a reír.
¿Qué le sucedía a Benjamín con sus preguntas matemáticas?
-No lo se Benjamín. Hay muchas cosas que no se. Las tablas numéricas, la raíz cuadrada de los números y hasta debo admitir que no se cual es la capital de Estados Unidos y de muchos otros paises del continente Americano-
Benjamín deja de jugar con mi ombligo. Se coloca junto a mi, apoyando su cara sobre su mano, elevando su brazo.
-Tú fuerte no es la inteligencia-
Aborrecía cuando Benjamín comenzaba con sus ofensas directas.
-Y lo tuyo no es la discreción- le digo con un tono de voz hostil.
-¿Vas a molestarte porque te digo la verdad?- no lo dice en un tono sarcástico, si no mas bien con convicción.
-Prefiero que me mientas Benjamín, o al menos que intentes no ser tan ofensivo-
-Bien voy a intentarlo- no noto convicción en su respuesta.
Nos miramos a los ojos por un largo rato. Cada uno queriendo leer mas haya de lo que no decimos en voz alta.
Estos últimos días con Benjamín habían sido más que sexo. Mirábamos películas, escuchábamos música y la mayoría de noches me quedaba a dormir. Benjamin me hacia innumerables preguntas de innumerables temas. Sentía que nos estábamos conociendo más haya de la intimidad. Y yo podia comenzar a sentirlo. Benjamin me estaba comenzando a gustar más que para él sexo. A pesar de que a veces sus palabras fueran ofensivas. Sabía ser un caballero cuando se le proponía.
Sabía hacia donde se dirigian mis sentimientos en relación a Benjamin. Pero no sabía que era lo que él estaba sintiéndome por mi. Rara vez Benjamin mostraba emociones. Lo que me hacía dudar que el sintiera algo más de mi que atracción sexual.
Benjamin es él primero en romper nuestras miradas. Se acerca a mi y comienza a besar mi cuello.
-¿Benjamin?- deja de besar mi cuello, pero no levanta su mirada hacia mis ojos -¿Te excita mi intelecto al igual que mi cuerpo?-
La voz me temblaba, y sentia un nudo en el estómago. Quería saber la respuesta, pero a la vez no.
Benjamin parece batallar con sus pensamientos mientras eleva poco a poco su mirada a la mía.
Me arrepenti de haber hecho esa pregunta. La verdad era que prefería vivir en la ignorancia. Desde que me embargue en esta aventura con Benjamin, sabía que todo sería estrictamente físico.
-Me gustas ahora, ¿eso no basta?-
No se que responder. No se incluso si me gusta esa respuesta.
¿Qué pasará cuando Benjamin se aburra de mi y me cambie por otro modelo? ¿seré yo capaz de hacerme a un lado sin más?
Tomo el consejo de Benjamín y me concentro en el ahora. Y lo que quiero hacer ahora es irme a casa, darme un baño y dormir. No quiero pensar, no quiero imaginar, no quiero llorar. Sólo quiero dormir y olvidarme por un momento del presente y el futuro.
-Me voy a casa Benjamin-
Benjamin me toma por el brazo.
-¿No te quedarás a dormir?-
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El león y la oveja
RomanceCeleste Palermo ha vivido en la monotonía y la rutina toda su vida, complaciendo a su padre y a su madre en todo lo que le piden. Ella siente que no ha vivido por ella misma. Pero todo cambia cuando su padre contrata a un nuevo asistente de finanzas...