Celeste
<<Sus ojos no se apartan de los míos en ningún momento. Incluso cuando se mueve dentro de mi y tiene que gemir. Sus ojos no son viles. Son de un bello verde oscuro, y están llenos de amor, de amor mientras me hace el amor-
- Te amo Celeste. Eres mi sabor preferido, tus gemidos mi música preferida, y tu cuerpo mi trama preferida- >>
Me levanto de mi sueño erótico jadeando y sudada.
Benjamín sigue dormido enredado a mi cuerpo. Tiene la boca un poco entreabierta y el pelo enredado.
Estoy tan excitada de mi sueño, que involuntariamente me mueve sobre el cuerpo de Benjamín, como si él estuviera dentro de mi.
Tengo que ir al baño. Mi vejiga esta llena y apunto de explotar. Y tengo hambre. Mi estómago gruñe pidiendo a gritos a que le de comida.
Con cuidado, desenredo los brazos de Benjamín de mi torso, y sus piernas de las mías.
La cabeza aun me sigue doliendo, pero ahora es menos que hace unas horas atrás.
Primero voy al baño y después a la cocina.
Abro la refrigeradora y hay ingredientes para prepararme un omelet de champiñones. Tomo todos los ingredientes de la refrigeradora y los mezclo en un tazón.
Estaba poniendo aceite en un cacerola cuando escuché a Benjamín llamar mi nombre.
-En la cocina- le digo con la voz alzada.
Lo veo caminar hasta mi. Tiene los ojos hinchados, el pelo revuelto y a pesar que ya tiene mejor color, aún se mira pálido.
- La cabeza se me está partiendo en dos- dice con fastidio -¿Por qué tú no tienes los mismos síntomas que yo?-
- No es un síntoma. Es resaca- le digo divertida -y a mi también se me parte la cabeza a la mitad. Pero estoy muerta de hambre. Tu deberías comer algo. ¿ Quieres un omelet?-
El asiente.
Se sienta en la barra de la cocina mientras se masajea la cien con la yema de sus dedos.
Estoy cocinando moviéndome al ritmo de la canción que se reproduce en mi cabeza. No era consciente que baila hasta que Benjamín lo recalcó.
-¿Siempre bailas mientras cocinas?-
-Costumbre, supongo. Siempre tengo la radio encendida mientras cocino-
Benjamín se levanta de la barra de la cocina, va a su cuarto y regresa con su celular.
-Siéntete como en casa- dice entregándome su celular.
Ya que él me lo pide.
Tomo su celular y abro la aplicación de música. La primera canción que reproduzco es la de Tears for fears "Everybody wants to rule the world"
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El león y la oveja
RomanceCeleste Palermo ha vivido en la monotonía y la rutina toda su vida, complaciendo a su padre y a su madre en todo lo que le piden. Ella siente que no ha vivido por ella misma. Pero todo cambia cuando su padre contrata a un nuevo asistente de finanzas...