Celeste
Benjamín me lleva hasta su cuarto y no pierde tiempo en desnudarme antes de incluso besarme.
-Deberías besarme primero-
Toma mi consejo y comienza a besarme.
Suspiro cuando siento sus labios sobre los míos. Intento seguirlo, pero Benjamín es más audaz con su boca que yo. Dejo que lidere y abro mi boca para que nuestras lenguas jueguen la una con la otra. Su boca sabe a menta. Deja de besar mis labios para bajar hasta mi cuello. Ladeo mi cabeza para darle acceso completo. Benjamín besa y succiona mi cuello, yo gimo en respuesta.
Meto mis manos bajo su camiseta y siento el tacto de sus pectorales. Intento quitarle la camiseta, pero Benjamín están demasiado ocupado con mi clavícula.
-Sabes a vainilla- lame mi cuello, y cielos, eso fue excitante. Aprieto con fuerza sus pectorales y el gime.
Se separa de mi por un macro segundo y se quita la camiseta. Le sigo el juego y comienzo a besarlo en los labios de nuevo, con mucho más frenesí.
Los dos caemos sobre su cama, que es suave. Casi se siento como aterrizar en las nubes.
Benjamín se cierne sobre mi y gime cuando recorro su espalda con mis dedos.
Nota el movimiento de mis senos cuando me muevo. Los besa, no, más bien los devora.
-Quítalo- le digo desesperada.
Me quita el broche y deja al aire libre mi senos, que pedían a gritos ser tocados. Mis pezones se tensan al instante. Benjamín los ataca.
Estoy explotando, ha pasado tanto tiempo para mi, que mi zona V me pide a gritos que la complazca también.
Bajo mis manos hasta mis jeans y desabrocho el botón. Benjamín nota lo que hago. Me ayuda a quitarme los jeans y los deja caer en el suelo.
-Sube tus manos- me ordena Benjamín.
Lo hago, estoy a su merced.
Subo mis manos sobre mi cabeza.
Sus dedos bajan hasta mi zona más íntima, y sólo le basta un empujón de su dedo para que me moje por completo. Mis manos se sujetan al respaldo de la cama. La sensación es tan abrumadora.
-Estas mojada. Me tomará sólo un empujón estar enterrado hasta el fondo-
Sus palabras me hacen gemir. Introduce un dedo más dentro de mi, y es suficiente para hacerme gritar hasta el cielo.
-Me encanta esta versión de ti- dice Benjamín mientras mueve sus dedos dentro de mi - tú cuerpo responde a mi demasiado bien-
-¡Benjamín....Benjamín..!- esta vez lo tomo por los brazos y lo presionó.
-Una vez más, ¿Si?-
Mueve sus dedos una vez más dentro de mi y vuelo a gritar. Pero mi grito es apaciguado por lo labios de Benjamín, que me besan con desesperación.
- No voy a ser suave Celeste, estoy demasiado excitado para ir lento-
-¿Y quién dijo que quería ir lento?-
Benjamín sonríe, una sonrisa genuina, no una de lado. Lo beso mientras sonríe, porque me encanta esa sonrisa.
Benjamín se quita su pantalón y luego sus calzoncillos. Miro fijamente lo que mi cuerpo le ha hecho al miembro de Benjamín.
Benjamín no aparta su mirada de mi mientras se coloca el preservativo. Esta mirada es más dura, mas vil, pero me gusta. Me gusta como me mira.
Me quita mis braga que están completamente húmeda.
Me mira de arriba abajo con demasiada aprensión. Es como si quisiera aprenderse de memoria cada parte de mi cuerpo.
-¿Te gusta mi cuerpo?- me atrevo a preguntar. Mi voz es grave, muy grave.
Nunca había estado tan excitada en mi vida.
-Me excita, me encanta, me motiva- dice con la respiración entrecortada.
Abro mis piernas para él, y a su miembro le encanta la vista. Me abro más más cuando Benjamín comienza a cernirse sobre mi.
-¿Porque tardaste tanto en dejarme tenerte?-
Mi cuerpo entero esta anticipando el momento, y Benjamín parece querer torturarme. Esta ha centímetros de mi entrada. Sólo un empujón y él y yo estaríamos conectados.
-Porque la espera...- tengo que tomar aire - lo hace más excitante-
Benjamín coloca mi manos arriba de mi cabeza y entra con fuerza y profundidad. Ladeo la cabeza de lado y dejó escapar un grito. Las paredes de mi zona V se expanden y le dan la bienvenida al intruso.
Benjamín comienza a moverse, con precisión. Mis senos suben y bajan y mis piernas aprietan los costados de Benjamín. Tengo que ejercer presión, estoy abrumada.
Me encantaba la fricción que su pecho ejerce sobre el mío.
Benjamín deja ir mi manos y comienza a presionar mi senos, con fuerza. Yo lleve mi manos hasta su cabello y lo halo con fuerza. Aprieto más fuerte mis piernas en los costados de Benjamín.
-Maldi...ta sea...estoy...estoy- Benjamín no podía articular palabras.
Eleva mi pierna izquierda sin previo aviso hasta su hombro.
Grito tan fuerte cuando su miembro entró con más fuerza y con más profundidad dentro de mi, que era posible que los vecinos ya estuvieran enterados de lo que yo y Benjamín estábamos haciendo.
Se mecía sobre mi mientras mantenía mi pierna pegada hasta su hombro. Pega su frente a la mía, y nuestro sudor se mezcló. Con mi lengua limpio el sudor que cae de su rostro y él gime. Sonríe ante mi muestra de afecto y sus ojos viles parecen suavizarse.
Se mece dos veces más dentro de mi y luego colapsa sobre mi cuerpo.
Mi cuerpo está inerte en su cama, mientras el calor de la fricción de nuestros cuerpo se filtra en nuestra piel.
Tome una buena decisión al venir acá. Esta había sido la mejor noche de mi vida. Y esperaba poder acumular muchas más.
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El león y la oveja
Lãng mạnCeleste Palermo ha vivido en la monotonía y la rutina toda su vida, complaciendo a su padre y a su madre en todo lo que le piden. Ella siente que no ha vivido por ella misma. Pero todo cambia cuando su padre contrata a un nuevo asistente de finanzas...